ESTRADA, María Esther M. A. - La Iglesia de Santa María

La Iglesia de Santa María

En el casco histórico de Cadaqués todos los caminos conducen a la cima, donde se yergue este templo, orgullo de los pescadores puesto que fueron ellos los que costearon su construcción. Por fuera es muy sencilla, blanca, con un alto campanario que destaca en el perfil del pueblo. Al entrar dejé atrás el sol intenso del inicio del otoño para pasar a una fresca sombra que protege el bellísimo retablo barroco de 23 metros de alto dedicado a la Virgen de la Esperanza, lo último que perdían las mujeres que veían salir a sus hombres a bregar en el mar. Aunque no tuve oportunidad de contarlos, me dijeron que se pueden descubrir 365 rostros de ángeles, uno por cada día del año.

Sólo hay una misa semanal, más durante el verano, pero su presencia se hace sentir a diario: el reloj de su torre marca el ritmo del día, sonando cada quince minutos y las horas; sus campanas avisan nacimientos, bodas y defunciones.

La Iglesia es sede del Festival Internacional de Música de Cadaqués, que tiene lugar cada mes de agosto desde 1970. En ella se celebran los conciertos de música clásica.

* Su génesis

Detrás del altar del Santo Cristo hay una piedra con una inscripción que reza así: "Octubre de 1534. Fue quemada la iglesia vieja por los moros". Sobre sus restos se levantó otra en el siglo XVII. En 1681 las asociaciones de pescadores resolvieron entregar una parte de sus ingresos para levantar el campanario, hacerlo alto y blanquearlo para que pudiera servir de señal. El reloj y los retablos también fueron pagados por los pescadores, quienes asimismo aportaron recursos para construir en Portlligat una ermita y guardar en ella las reliquias de San Abdón y San Senén, salvadas del naufragio de un barco.

Hago un paréntesis para mencionar que la ermita subsiste. Colinda con el cementerio que, para mi sorpresa, está dividido en dos, uno para creyentes y otro para no creyentes.

Retomando el hilo de la historia, Federico Rahola tenía razón cuando escribió: "La iglesia de mi pueblo, la hicieron los pescadores, trabajando por las fiestas, en bien de Nuestro Señor". Por eso no es de extrañar que los peces constituyan uno de los principales motivos de la decoración del altar.

* Iconografía

El retablo mayor está dedicado a la Virgen de la Esperanza, una mujer joven y embarazada, cuya imagen ocupa un lugar central. Acompañándola encontramos a los cuatro evangelistas, además de a Santa Rita y Santa Bárbara, protectoras de los cadaquenses. También están representadas muchas escenas de la vida de la Madre de Dios. Hasta ahí el retablo sigue las "reglas" de este tipo de piezas. Pero hay algunos detalles en él que son muy especiales, únicos.

En los laterales se encuentran dos relieves con motivos marinos que representan la técnica pesquera de Cadaqués, llamada "pesca a l'encesa" que quiere decir "al candil" porque se encendía una hoguera a popa para atraer a los peces. Los rayos dorados sobre las cabezas de los pescadores ponen de manifiesto el apoyo celestial a estos hombres.

Dos atlantes sostienen el retablo, dos pescadores, hombres fuertes vestidos con la indumentaria propia de los marineros del siglo XVIII. Sus brazos, musculosos, y sus rostros, muy expresivos, atraen inmediatamente la atención de los feligreses. Su presencia y su función de puntales del conjunto, visualmente a ambos lados del altar, remarcan la importancia de este gremio en su construcción.

El contrato de obra del retablo está fechado en 1723 y firmado por los escultores Pau Costa y Joan Torras. Seis años después se terminó el tallado, pero no fue sino hasta 1788 en que se acabó de pintar y dorar. Sin duda alguna, es una obra de arte, delicada y de altísima calidad, que sigue admirando a quienes la contemplamos.

Pero no es el único retablo en la iglesia. Hay otros siete en las capillas laterales. Todos de magnífica factura y con detalles decorativos relacionados con la pesca y el mar. Pero si me permiten la opinión, el que más me gustó es el dedicado a Nuestra Señora del Carmen.

* El órgano

Si entra usted a la iglesia cuando se celebra la misa, escuchará la suave música que emana de un bellísimo órgano construido en 1689, aunque restaurado a fines del siglo pasado. Se encuentra cerca de la puerta, a la izquierda, sobre la primera capilla. Con las puertas cerradas nos muestra las pinturas "El pecado original" y "Los primeros discípulos de Cristo" (donde vemos a Jesús junto a una barca de pescadores), que cuando se abren nos dejan ver "La adoración de los Reyes" y "La adoración de los pastores". Los estudiosos piensan que pueden haber sido pintadas por Isaac Adriaen Vermey, de ascendencia holandesa, en el siglo XVIII.

Una de las características de sonoridad de este antiguo instrumento es que mantiene el "efecto ocells", que imita el trino de varios pájaros a la vez.

* La capilla de la oración

Mucha gente visita la iglesia casi como si fuera un museo. Pero para quienes quieren recogerse en oración está habilitada una capilla lateral, muy amplia e iluminada, en la que preside una imagen del Sagrado Corazón.

Nada más entrar se percibe una diferencia sustancial frente a otras capillas similares: el espacio central está libre de bancas, con un tapete y cojines, para que quienes profesen otras creencias puedan orar según sus costumbres. Las bancas se encuentran en los laterales.

Este espacio "interreligioso" se debe a las profundas convicciones del párroco, que promueve el diálogo con personas de diferentes credos. El padre Jaume Angelats Morató (Banyolets 1958) es un hombre muy amable y abierto, que aparte de atender las necesidades espirituales de su grey es delegado del obispo de la Diócesis de Girona para promover el diálogo interreligioso y funge como docente en la Facultad de Teología de Cataluña.

La conversación que sostuvimos con él en la casa parroquial -que tiene una magnífica vista de la bahía- fue muy interesante. Entre otros temas hablamos sobre la convivencia entre las personas de diferentes religiones que viven en Cadaqués (católicos, evangélicos y musulmanes), que se da sin problemas. ¿Bodas? Unas 10 o 12 al año. ¿Bautizos? Algunos. ¿Defunciones? Más. Consciente de que durante el verano el pueblo se ve inundado de turistas y que durante las misas tiene frente a sí a una comunidad multilingüe, aunque la celebra en catalán prepara traducciones de los textos en otros idiomas para que todos puedan seguir la celebración.

El padre Angelats promueve el uso de la Iglesia como lugar de encuentro para todo aquel que viene a Cadaqués. Para mi sorpresa mencionó que en julio y agosto la visitan unas 4 mil personas cada día.

* Unas palabras adicionales

Si quiere conocer más sobre este pueblo tan especial, lo invito a leer el libro "Cadaqués", de Josep Pla (1897-1981), y a visitar la web: www.cadaques.eu

Su tranquilidad, su aislamiento, su luz, la amabilidad de su gente, la claridad de sus aguas, el silencio de sus noches, lo estrellado de su cielo, lo sinuoso de sus calles y lo enraizado de sus tradiciones. Todo suma para que, si usted llega hasta aquí, corra el riesgo de quedarse quedar.

ESTRADA, María Esther M. A.
La Prensa (31-10-2011)
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