A Su Santidad el Papa Benedicto XVI no sólo le recibirán en su histórica llegada a Valencia miles de personas, flores o adornos callejeros, sino que su visita convertirá la capital del Turia en el escenario de un concierto muy singular. La música contribuirá también a crear el ambiente festivo que tanto se respira ya en las calles.
Valencia será toda oídos, pero no para escuchar y vibrar con la melodía de cualquier pentagrama, pues sus torres serán los instrumentos cuyas cuerdas adoptarán la forma de campanas. De esta forma describe el campanero Francesc Llop el espectáculo sonoro que dará la bienvenida a Benedicto XVI en su primer viaje a España, pues hasta 80 personas venidas de distintos puntos de la Comunitat Valenciana tocarán simultáneamente las 200 campanas de 20 torres del casco histórico de la ciudad. «Con las campanas somos capaces de hacer no ruido, sino música», aseguró Llop.
Aunque 100 de ellas voltearán automáticamente, desde el gremio de Campaners de la Comunitat se ha querido aprovechar este acontecimiento para reivindicar una tradición histórica que encuentra sus orígenes en tierras valencianas en el siglo XV, momento en que ya se tiene constancia de la existencia de partituras para el volteo de campanas. Sin embargo, la llegada de la electricidad provocó que en la década de los 60 se optase por tecnificar este proceso, con lo que esta actividad manual perdió prácticamente todo su sentido. No será hasta mediados de los años 90 cuando comiencen a darse los primeros pasos para recuperar la costumbre de tocar las campanas de forma manual. «El espectáculo de juntar a 80 campaneros hoy es por eso algo exótico», subrayó Llop.
Este particular concierto constará de nueve toques de campana, de los cuales tres destacarán por su sonoridad. En concreto, serán los que se oigan en los momentos del aterrizaje del avión papal en el aeropuerto de Manises y de la entrada de Benedicto XVI a la Catedral de Valencia y de su posterior salida. Sin duda, el toque que más llamará la atención será el que reciba al Papa en la Seo, ya que será la primera vez que la campanamás grande del Micalet se toque en un volteo.
«Lo bonito serán los momentos de silencio», manifestó Llop, cuya misión consistirá en coordinar los volteos desde la misma Catedral. «Lo que más me preocupa no es que todos empecemos al mismo tiempo, sino que todos consigamos callar a la vez», explicó. De hecho, el ritmo lo marcarán las campanas de la Catedral -donde trabajarán 15 personas-, a las que seguirán durante tres o cuatro minutos el resto de campanarios. Llop tiene clara la clave del éxito: «nos basaremos en el instinto del campanero para escucharnos los unos a los otros».
Y, sobre todo, la genialidad se alcanzará con la transmisión de emociones. Como explicó Llop, «en el funeral que se hizo en la Catedral a las víctimas del accidente de metro la gente sabía que tocábamos a los muertos». Ahora se trata, por el contrario, de extraer de las mismas campanas sentimientos como la alegría o el júbilo.
No será fácil, pues en cada volteo el campanero se juega su vida al lidiar con un artefacto de más de 1.000 kilos. Ahora bien, el secreto mejor guardado de un campanero es el ritmo y no la fuerza. El más joven de los campaneros que demostrarán hoy su valía tiene quince años, y lleva tres inmerso en este mundo. «Su cuerpo entra en armonía con la campana y se deja caer cuando ella se lo pide», declaró Llop.
A las campanas de la Catedral se sumarán las de Santa Catalina, San Martín, Santo Domingo, Santos Juanes, Santo Tomás, El Patriarca, Santa Mónica o Monteolivete. Todas acompañarán al Papa en su recorrido por las calles de Valencia, dejándose acariciar por manos expertas que las sacarán así del silencio.
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© La Razón (2006) © Campaners de la Catedral de València (2024) campaners@hotmail.com Actualización: 26-04-2024 |
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