El presidente de la Generalitat, en el centro, rodeado de los galardonados por su contribución a la celebración del año Jaume I.
Jaume I como ejemplo de "ambición y tesón" para salir de la crisis, para "superar, juntos, los retos a los que nos enfrentamos". Así definió ayer el presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, a un rey que hubiera cumplido el pasado año 800 años. El pasado 2 de febrero se cumplió un año desde que arrancaran las actividades del año Jaume I. Fue un Te Deum en la Catedral, como aquel en el que participara el rey tras conquistar Valencia.
Con el acto que se organizó ayer en el Monasterio Santa María del Puig se cierra de forma oficial este año, plagado de exposiciones, encuentros académicos, conferencias, audiovisuales, restauraciones... Un sinfín de actividades que ayer fueron debidamente premiadas con la entrega de medallas a todos los que han contribuido a su organización. 47 de bronce, siete de plata y dos de oro, éstas a la CAM y a Bancaixa por su aportación económica.
Eduard Mira, comisario del Any Jaume I, fue uno de los galardonados con la medalla de plata, además del director del archivo de la Corona de Aragón o el dean de la Catedral de Valencia. Mira, que recibió la ovación más cerrada por parte del público presente como un reconocimiento a su trabajo, fue el encargado de hablar en nombre de todos los premiados y recordó a Jaume I como el "héroe primigenio" de la Comunitat. "Aunque los valencianos tenemos orígenes remotos, hay un antes y un después de la llegada de Jaume I".
Camps hizo referencia en su discurso, entre todos los actos celebrados durante este año, a la cabalgata histórica que acogió Valencia, en la que participaron 100.000 personas, recreando la que tuvo lugar hace 580 años.
La celebración del acto que culmina el año Jaume I en el monasterio tampoco fue una casualidad. El Puig fue escenario de la última batalla que tuvo que librar el rey antes de conquistar Valencia. Y como recuerdo de aquella gesta, Jaume I ordenó construir la iglesia originaria donde después se ha erigido el imponente monasterio.
Como en el edificio no hay ninguna sala habilitada para conferencias, el comedor de los hermanos mercedarios se habilitó para acoger el acto. 200 invitados, casi la mitad galardonados, además de todos los consellers y algunos diputados. Pocas personalidades del mundo social asistieron, con la excepción de Santiago Grisolía.
Todos los presentes hacían balance tras el acto de un año calificado como "excepcional. Hemos conocido más de nuestro pasado, del rey que nos dio Els Furs que nadie nos debía haber quitado", decía uno de los galardonados.
Camps también destacó la autonomía que los valencianos pudieron gozar gracias a Jaume I, que "nos dotó hasta de moneda propia". No fue, tal y como decía Mira, el fundador de los pueblos de la Comunitat, pero sí el que contribuyó a configurar la identidad actual de los valencianos.
Para la celebración se encargó al joyero Argimiro Aguilar que realizara unas medallas conmemorativas, tres de las cuales, de oro, se guardarán en tres instituciones: les Corts, la Generalitat Valenciana y la Casa Real.
Y la crisis no podía faltar ni siquiera en este acto. "En estos momentos difíciles tenemos que poner en valor lo mejor de nuestro legado", manifestó Camps. Jaume I también puede ayudar a hacer frente a la difícil situación económica, en el año que cumple 801 años. El próximo aniversario de Jaume I, en 2108.
CARCHANO, M. J.
Las Provincias (07-02-2009)
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