La fundación Hortensia Herrero recibe 20 proyectos de mecenazgo arquitectónico

La entidad, que financia ahora la restauración de la imagen y camarín de la Virgen, dispone de dos millones anuales para obras en edificios

La Comunitat está repleta de tesoros arquitectónicos y artísticos que hablan del pasado, pero que necesitan una intervención para poder seguir en pie en el futuro. La fundación Hortensia Herrero ha decidido apostar por una estrategia de mecenazgo, que tiene su último ejemplo en la restauración de la imagen de la Virgen de los Desamparados y el camarín de la Basílica. En poco más de un año de vida ha recibido hasta 20 propuestas para respaldar proyectos de rehabilitación de edificios y bienes culturales de toda la región.
Aunque no pueden detallar las propuestas recibidas, fuentes de la entidad indican que hay iniciativas referidas a intervención de edificios museísticos, en palacetes antiguos de la provincia de Valencia, también para algunos castillos y hasta monasterios de la zona de Castellón.
La fundación tiene un año de vida y sus primeras obras de mecenazgo han sido la construcción del centro parroquial de Genovés, la restauración de la ermita de Santa Lucía y la rehabilitación de fachadas y ventanales de la iglesia de San Nicolás. Cuenta con un presupuesto anual que ronda los dos millones de euros y, en principio, para este próximo ejercicio ya está cubierto con las solicitudes recibidas.
La última actuación que se ha anunciado es la inversión de 260.000 euros en la intervención de la Mare de Déu y el camarín de la Basílica, un trabajo que la Conselleria de Cultura, a través del CulturArt Ivacor, ha comenzado esta misma semana. De aquí al final de año, es posible que se anuncie otra intervención en otro inmueble.

Por iniciativa propia

En el caso de la intervención de la Geperudeta, fueron los responsables de la Basílica los que se dirigieron a la fundación en busca de ayuda. «Lógicamente el proyecto nos cautivó y, más, tratándose de la Virgen. Pero siempre nos gusta que se trate de trabajos muy concretos, bien definidos y planteados, que ya tengan el proyecto y licencias claras para que sea una intervención inmediata y con plazos cerrados», indica Elena Tejedo, miembro de la fundación Hortensia Herrero.
En otro gran proyecto, como la rehabilitación de la iglesia de San Pedro Mártir y San Nicolás Obispo, fue la propia fundación la que dio el primer paso y contactó con los responsables del templo para devolverle a este edificio su esplendor. «Nos fijamos que la fachada de la Comunión estaba deteriorada, hablamos con el párroco, Julián Magro, que también era arquitecto, y nos dijo que urgía más actuar en las vidrieras porque los cerramientos no iban bien y entraba agua y viento», añade Elena Tejedo.
La obra, que ha costado 600.000 euros, ha tardado un año en hacerse e incluye mejoras en carpintería, vidrieras y restauración de fachadas. «La pena es que Julián Magro falleció dos semanas antes de terminar», añaden.
Carlos Campos, arquitecto responsable de la rehabilitación ejecutada en San Nicolás, indica curiosidades como la recuperación de los ventanales. «La iglesia tenía ventanas ojivales en el siglo XV. Cuando se hizo la pintura barroca, las ventanas se hicieron rectas con un dintel y en la reforma neogótica se hacen de nuevo las ventanas ojivales, pero no coinciden con las originales. Ahora se ha recuperado la forma primera en el exterior, con el arco gótico, pero se ha mantenido la forma neogótica en el interior para no perder las pinturas barrocas».
También ha sido muy interesante la recuperación de la pintura de la fachada de la capilla de la Comunión. «Hemos encontrado parte del dibujo y las pinturas originales con tonos amarillos, anaranjados, violetas y verdes», según Campos.

Ermita de Santa Lucía

Otro mecenazgo importante se ha realizado en la ermita de Santa Lucía. Fue el propio Francesc Llop, responsable del inmueble, quien buscó ayuda para financiar el proyecto y encontró la sensibilidad de la fundación Hortensia Herrero.
«Me ha gustado liberar el volumen de la ermita porque con el tiempo había quedado dos metros por debajo del nivel de la calle. No es común tener ermitas en plena ciudad y ha sido una satisfacción restaurarla, recuperar los tonos de la fachada y encontrar la fercha, especie de viga o estructura medieval que soporta parte de la cubierta», comenta Salvador Vila, arquitecto que ha dirigido la obra.
«La ermita ha ganado en luminosidad y es emocionante ver los cientos de devotos que acuden, incluso desde Madrid para la fiesta anual», añaden desde la fundación. La entidad también ha apoyado iniciativas culturales, como el proyecto de un promotor de ópera o una exposición de alumnos de un máster de la facultad de Bellas Artes.

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SORIANO, Lola
Las Provincias (08-10-2013)
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Última modificació: 19-04-2024