La ermita de Santa Lucía respira otra vez

El terraplén excavado en el perímetro de la ermita ha reducido el problema de humedad en un 70%
La ermita de Santa Lucía, cuyo origen se remontan al siglo XIV, exhibe nueva imagen tras una intervención urgente en sus cuatro fachadas destinada a consolidar y airear los muros, que presentaban un grave problema de humedad por la filtración continuada de agua del vecino jardín del hospital, un espacio recién remodelado con el que la iglesia busca encuentro

Fachada este, considerada la más antigua, con el nuevo acabado - Autor: MONTENEGRO, Ferran
Fachada este, considerada la más antigua, con el nuevo acabado - Autor: MONTENEGRO, Ferran

La popular ermita de Santa Lucía, en la calle Hospital, se ha librado del problema de humedades y falta de aireación y respira de nuevo, cumpliendo así uno de los principales objetivos de la restauración del templo que ha entrado en su recta final. La intervención, que arrancó hace seis meses, ha permitido reducir en un 70% la humedad y ha sido financiada por la Fundación Hortensia Herrero. El origen de la ermita, declarada Bien de Interés Cultural, se remonta al siglo XIV.
La intervención, dirigida por el arquitecto Salvador Vila -restaurador, entre otros edificios religiosos, de la Catedral de Valencia- se ha centrado en consolidar las fachadas de la ermita que presentaban grietas y grandes manchas de humedad provocadas por la continua filtración de agua del vecino jardín del hospital, situado 2,5 metros por encima de la cota de la ermita. El presidente de la Cofradía de Santa Lucía, Francesc Llop, explica que "lo que queríamos es que la iglesia no se regase cada vez que lo hacía el jardín". De ahí el proyecto de excavar un foso perimetral para evitar la entrada de humedad cuyo encuentro con el jardín se ha resuelto mediante un terraplén.

La conexión con el jardín

La falta de coordinacion entre la remodelación del jardín del Hospital, encargada por la Diputación de Valencia al arquitecto sevillano Guillermo Vázquez Consuegra, y la intervención para oxigenar Santa Lucia está obligando a buscar puntos de encuentro a posteri de la obra del jardín. Para Vila, la mejor solución "por estética y seguridad" es el terraplén, que se ha conectado con una escalera con el jardín para evitar un "cul de sac".
A la aireación de las fachadas ha contribuido tanto el terraplén como la retirada del mortero de cemento, que impidía a los muros respirar, y su sustitución por un estuco de cal que, además de dejar respirar a las paredes, le ha dado una tonalidad blanca y luz a la ermita. Nada que ver con la imagen degradada que ofrecía la ermita hace apenas unos meses. Para el presidente de la cofradía lo importante era dignificar la imagen de la iglesia y hacerla más accesible y atractiva para el visitante.
Queda pendiente excavar el terraplén de otra fachada lateral y de la trasera, aunque "con lo que se ha hecho hasta ahora se ha mejorado en un 70 u 80% el problema de humedad", señala Vila.
A principios de año acabará la intervención, que ahora se centra en la nueva puerta de la fachada oeste, que proporcionará una entrada a cota de calle más accesible para feligreses y visitantes.
El edificio construido por la cofradía en terrenos adquiridos en 1381 junto al portal de Torrent de la muralla medieval ha sido durante siglos objeto de un uso intensivo por la devoción a Santa Lucía, patrona de los ciegos. La cofradía valora la aportación de la fundación Hortensia Herrero aunque se calcula que son necesarios 700.000 euros para terminar la restauración de la ermita.
La intervención le ha permitido a Salvador Vila obtener planos de cómo pudo ser en origen la ermita, todo un enigma puesto que no existen planos o si los había se han perdido, como el "tesoro de Santa Lucía" posiblemente expoliado en las guerras y del que apenas quedan unas piezas custodiadas por la cofradía. Vila cree que en la fachada oeste pudo haber una especie de atrio porticado con una entrada que en su día se integró como nave lateral y sacristía. La presencia de un pozo en dicha nave refuerza esta hipótesis.

Una escultura del hospital para la ermita

La intervención en la ermita de Santa Lucía ha dado sorpresas como el hallazgo de una hornacina en la fachada trasera de la ermita. El presidente de la cofradía, Francesc Llop, y el arquitecto Salvador Vila vinculan este elemento con la casa de las monjas del antiguo hospital, una de las edificaciones que se adosó a la ermita en los terrenos cedidos por Cofradía de Santa Lucía al Hospital de los Pobres Inocentes.
El hospital de los Inocentes fue construido en el siglo XV y durante años fue un referente en asistencia hospitalaria. El edificio de estilo renacentista fue derribado en 1974 para dar paso a una operación urbanística que finalmente no se llevó a cabo.
El derribo del hospital se hizo en tiempo récord y buena parte del material resultante de la demolición así como los muebles y otros elementos fueron vendidos a precio de saldo. La cofradía de Santa Lucía adquirió algunos de los muebles, vitrinas y pilas de mármol del hospital que en la actualidad están en la ermita. Precisamente, se ha pensado en una figura de porcelana de la virgen que decoraba una fuente del hospital y que ahora es propiedad de la cofradía para decorar la hornacina de la fachada trasera.
Esta hornacina como las ventanas, algunas de ellas con vidrieras, serán protegidas con mallas para evitar actos vandálicos y a las palomas, cuyos excrementos degradan los monumentos.
GARCÍA, Herminia
Levante - El Mercantil Valenciano (02-01-2012)

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Última modificació: 25-04-2024