Andamio en la fachada principal de la ermita - Autor: MARSILLA, Irene
Mañana debe estar todo desmontado y listo para su apertura a los fieles. Es el objetivo que se ha marcado el presidente de la Cofradía de Santa Lucía, Francesc Llop, para finalizar las actuales obras de restauración y mejora de las que se beneficia desde hace meses el pequeño inmueble que recae a la calle Hospital.
Gracias a la ayuda financiera de la Fundación Hortensia Herrero, la entidad ha dado un lavado de cara completo al edificio de culto, además de eliminar el grave problema de las humedades que afectaban a las fachadas, especialmente la que recae a la calle Guillem de Castro.
Hasta dos metros se ha rebajado el nivel del terreno, con un pasillo que permitirá el acceso a la ermita «a pie llano», según indicó Llop. El pasillo termina en una puerta accesible al edificio, que evita los siete escalones de la puerta principal. Desde su construcción en el siglo XIV, el edificio de culto se ha mantenido invariable en lo que se refiere a la altura, aunque no ha ocurrido lo mismo con su entorno. El asfaltado y la construcción de canalizaciones ha subido el nivel de la calle.
La intervención en las fachadas ha dejado al descubierto paredes de tapial originarias del siglo XIV. El actual es varios siglo posterior y todo ha quedado documentado por los expertos, antes de que la empresa encargada de la restauración colocase la capa de mortero.
Llop indicó que faltará esto precisamente en una de las fachadas, además de otras obras menores. En su conjunto, la entidad pretende que en marzo «esté todo acabado». De manera paralela, se trabaja en la restauración de pergaminos, las vidrieras y las pinturas murales, así como en una colección de ornamentos.
Los documentos se refieren a la compra de terrenos por parte de la cofradía, que también donó el solar para la construcción del antiguo hospital, por donde hoy se extiende un jardín recientemente inaugurado.
