Santa Lucía, guarda la vista

Hoy, en numerosas iglesias y especialmente en la ermita de Valencia, cuyo origen se remonta a 1377, alzada en la calle del Hospital, la imagen de santa Lucía estará rodeada de flores, luces y devotos.

Desde la Edad Media, a la joven mártir de Siracusa, se le representó como portadora de una bandejita con los dos ojos que los verdugos le habían sacado durante la tortura; sin embargo, este hecho corresponde a la fantástica invención. Ni siquiera figura en la 'Leyenda Dorada'.

Fue víctima de la persecución de Diocleciano. Renunció a casarse con un noble argumentando el ofrecimiento de su virginidad a Cristo; y el despechado prometido -un celoso de mucho cuidado- la denunció al cónsul Pascasio, quien mandó que la llevaran a un burdel para que fuera violada sin piedad.

Jacobo de la Vorágine, hagiógrafo de la hermosa siciliana narra que la santa se quedó petrificada; nadie podía conducirla al lupanar. Entonces recurrieron a la fuerza de una yunta de bueyes atándola a las bestias, pero nones, tampoco pudieron. Escena que Leandro Bassano (1590-1600) inmortalizó en un gran lienzo que se admira en el templo de San Giorgio Maggiore de Venecia.

También la cubrieron con resina para prenderle fuego, pero las llamas la respetaban como si estuviera en una urna; en fin, que, como todos los santos, fue degollada; y aún se cuenta que en los últimos minutos, milagrosamente, recibió la comunión; instante que se encargaría de pintar Juan Bautista Tiépolo (1748-1750), obra perteneciente a la iglesia veneciana de los Santos Apóstoles.

¿Qué circunstancia influyó para que se diera pábulo al martirio ocular y la bandejita de plata?. Simplemente, que otra santa siciliana, santa Águeda, nacida en Catania, despertaba gran devoción por la ofrenda de sus pechos, un símbolo iconográfico mil veces reproducido por los imagineros. Y bien, los de Siracusa no querían ser menos que los de Catania (competencias que en las latitudes del sur se prodigan), de manera que representaron lo que pudo ser y no fue. Y, desde entonces, se dice 'Santa Lucía, que nos guarde la vista'...y uno se alegra con el día que crece 'aunque siga un pas de pusa' porque a 'Nadal será de pardal'. Algo es algo.
ARAZO, Mª Ángeles
Las Provincias (13-12-2007)

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Última modificació: 24-04-2024