El toque de difuntos es de gran interés, con un ritmo más propio de marcha o de procesión. Tiene una particularidad: el sexo del fallecido no se indica por una señal al principio (o al final) o incluso por una reiteración, como los toques modernos de misa, sino que se señala mediante repetición: si lo repiten dos veces, es toque de mujer y tres de hombre difunto.