GARVIN, Glenn - Esta campana de Colón se subasta en Miami por $5 millones. Solo hay un problema

Esta campana de Colón se subasta en Miami por $5 millones. Solo hay un problema


La campana, supuestamente de uno de los navíos de Cristóbal Colón, está en la bóveda de un banco en el centro de Miami - Autor: RUA, Ellis / MIAMI HERALD

Es como celebrar las Navidades en julio. Y solo por $5 millones —bueno, tal vez un poquito más si tus ambiciosos vecinos se te van por encima en la subasta— puedes tener una campana de bronce que colgó del mástil de la nave insignia de Cristóbal Colón, la Santa María… o posiblemente es solo un trasto viejo corroído.

Manuel Cambó, que ahora está vendiendo la campana, dijo que esa última posibilidad debe ser motivo de preocupación. “Nadie hoy estaba vivo hace 550 años. ¿A quién le importa lo que digan los expertos?”.

Cambó opera una estación de radio de rock’n’roll en Key Biscayne y está usando sus transmisiones para conducir una subasta para el misterioso propietario de la campana. El mejor postor (mínimo: $5 millones) se lleva la campana de 10 pulgadas de alto, 31 libras…o lo que queda de ella.

La corrosión le ha hecho un gran agujero que se extiende hasta la mitad de la campana —sus días de fanfarria son evidentes— y el resto está teñido de un verde achacoso. No se cobrará nada por el pequeño fragmento de concha incrustado cerca de la parte inferior. A fin de cuentas, la historia no siempre es bonita.

“¡Y esa campana tiene mucha historia!”, dice Cambó con entusiasmo.

Eso es cierto, incluso si la parte sobre Colón, como creen muchos estudiosos y arqueólogos, resulta ser una tontería. (Hablaremos sobre eso más adelante). La campana fue extraída de manera verificable cerca de los restos de otro barco español próximo a las costas de Portugal en 1994.

Cuando una casa de subastas española puso a la venta la campana en el 2003, los gobiernos de España y Portugal se diputaron los derechos. Después de más o menos un año de pleitos legales, un tribunal español dijo que pertenecía al buzo que la encontró y se la envió de vuelta.

Pero al parecer la subasta no se reanudó, y el cuento de la campana se disipó por 15 años hasta que sonó el teléfono hace unos meses en WQSF, la pequeña estación de radio de Cambó. Un amigo le ofreció lo que Cambó entendió como una entrevista con el dueño de la campana.

Cambó echó en el bolso su grabadora y fue a encontrarse con el dueño, solo para descubrir que había malinterpretado la oferta. “No quiero darte una entrevista”, dijo el propietario. “Quiero darte la campana”.

Bueno, más o menos. La idea era que Cambó subastara la campana en la radio. “Quería que vendiera la campana y después donaría una parte de los ingresos a la estación de radio”, dijo Cambó. Y eso es lo que ha estado haciendo: recibiendo ofertas en la dirección de correo electrónico maccambo@comcast.net. “Hay un interés serio”. (Tenga en cuenta la frase “interés serio”, que no es lo mismo que “ofertas reales”, porque no había ninguna hasta la tarde del viernes).

Todo eso nos lleva a hacernos muchas preguntas, empezando por, ¿quién es este misterioso propietario? “No puedo decirte”, responde Cambó. “Eso fue parte de nuestro acuerdo. Fíjate que ni siquiera me refiero al propietario como ‘él’ o ‘ella’. Ni siquiera puedo decirte si es hombre o mujer”.

Pero la revelación de que la campana es de alguien que no es estadounidense y no vive por acá nos lleva a la siguiente pregunta: ¿Por qué trataría de venderla usando una estación de radio sin fines de lucro de Key Biscayne con una señal miserable de 10 vatios que apenas se puede escuchar al oeste de la U.S. 1? ¿Por qué no usa una gran casa internacional de subastas que tiene muchos clientes millonarios, como Sotheby’s?

Manuel A. Cambó, gerente de la estación radial WSQF 94.5FM Blink Radio, está ayudando a subastar la campana que supuestamente iba en una de los navíos de Cristóbal Colón.

Ellis Rua. Miami Herald.

“El propietario perdió el control cuando él [¡vaya! es un él] hizo las cosas al revés”, dice Cambó. “Lo que sucedió en Europa habla por sí mismo. Nadie se tomó el asunto de la campana en serio hasta que se llevó a la subasta. Entonces todos se le abalanzaron... ¿Por qué querrías someterte a eso otra vez? Un año de peleas legales es difícil para una persona de recursos limitados”.

La última pregunta probablemente debió haber sido la primera: ¿Por qué alguien pudo pensar que una campana hallada cerca de Portugal tuvo algo que ver con la Santa María, que se hundió frente a lo que ahora es Haití? “Esa es una historia bastante interesante”, dice Cambó. La pregunta es si eso es verdad.

Lo que pasó

La historia comienza con una retrospectiva a 1492, cuando Colón y sus naves, la Niña, la Pinta y la Santa María, regresaban a España después de su primer viaje al Nuevo Mundo. La víspera de Navidad, Colón se fue tarde a la cama a bordo de la Santa María y dejó a un grumete que navegara el barco. Cualquiera que le haya dado las llaves de su auto a un adolescente puede adivinar lo que vino a continuación: la carabela golpeó un banco de arena cerca de lo que hoy es Cap-Haïtien y quedó varado.

Como Colón contó en su diario, se creó un grave problema: no había espacio a bordo de los dos barcos restantes para toda la tripulación de la Santa María. Colón dijo a 39 hombres que tenían que quedarse mientras él seguía viaje hacia España, pero que volvería por ellos. Nadie puso en duda su sinceridad, porque los nativos taínos llevaban adornos de oro, lo que significaba que debía haber yacimientos de oro en la isla, listos para el saqueo.

Aunque los taínos parecían amistosos, Colón de todas formas ordenó que se desmontara la Santa María hasta la línea de flotación y les dijo a los tripulantes que quedaron en tierra que construyeran el fuerte La Navidad, por el día en que habían desembarcado. Con todo en aparente orden, partió hacia España.

Pero cuando Colón regresó casi un año después, el fuerte no era más que un montón de cenizas y los tripulantes habían desaparecido. “Colón fue a ver al jefe de los taínos y le preguntó qué había pasado”, dijo la arqueóloga jubilada de la Universidad de Florida Kathleen Deason, que ha llevado a cabo varias excavaciones en la zona.

“El jefe dijo que otra tribu había atacado el fuerte y los había matado a todos. Colón realmente no le creyó, pero estaba en inferioridad numérica y no quería presionarlo, así que se fue. No hay forma de saber exactamente qué pasó en realidad. Pero muchos suponen que los hombres que Colón dejó en tierra se volvieron codiciosos con el oro, maltrataron a los indios, se robaban a las mujeres, y finalmente los indios contraatacaron. Era una historia muy común en esos días”.

La historia sobre Colón está muy bien documentada hasta ahora. Pero la teoría de por qué esa campana — que ahora está en la bóveda de un banco de Miami — debe ser de la Santa María es casi toda una conjetura. Y aquí va:

La tripulación debe haber quitado la campana de la Santa María cuando la estaban sacando, y luego la colgaron en el nuevo fuerte. Como estaba hecha de bronce, sobrevivió al incendio y Colón la encontró cuando regresó y la envió de regreso a España en un buque de carga llamado Salvador. Pero el navío Salvador se topó con una violenta tormenta cerca de Portugal y se hundió. La razón por la que sabemos que la campana estaba a bordo del Salvador es que, supuestamente, figuraba en el manifiesto de carga del buque, que sobrevivió al accidente y se puede verse hoy en un archivo del gobierno español.

Lo que (posiblemente) no pasó

Los historiadores y los arqueólogos dicen que la historia es un material de lectura fascinante, demasiado fascinante para ser verdad.

“Es una historia realmente buena”, dice Deason. “O bien es una estafa muy creativa, o la extraña interpretación que hizo alguien de fake news. Aquí hay una gran cantidad errores”.

El principal problema, dice, es que aunque la historia del naufragio de la Santa María y la desaparición de los 39 tripulantes está documentada en detalle en los diarios de Colón y en el relato escrito por un médico que lo acompañó en su segundo viaje, no hay una sola palabra sobre la campana del barco: ni que haya sido llevada a tierra, ni que la colgaran en el fuerte, no que sobrevivió el incendio, tampoco que hubiese sido enviada de vuelta a España, ni siquiera que existiera.

“Mis colegas y yo, todos los que trabajamos en la excavación en Haití, leímos todo lo que escribió Colón durante el tiempo que pasó allí, y no se dice nada en absoluto sobre la campana”, dice Deason. “Se pudiera decir ‘podría haber sido esto, podría haber sido aquello’, pero simplemente no hay ninguna evidencia”.

También hay lagunas enormes en la parte de la historia sobre el retorno de la campana a España. El Salvador, el buque de carga que supuestamente la transportaba, zarpó de Puerto Rico. El fuerte de Colón estaba en Haití. ¿Cómo se trasladó la campana de un lugar a otro?

¿Y por qué tomó tanto tiempo? El regreso de Colón a Haití, cuando debió haber encontrado la campana en las ruinas del fuerte incendiado, ocurrió en 1493. El Salvador no zarpó de Puerto Rico hasta 1555. ¿Dónde estuvo la campana durante todos esos años?

Y en cuanto a ese manifiesto de carga que supuestamente muestra que la campana estaba a bordo del malparado Salvador, se refiere al artículo como el “signo” de Villa Navidad. Signo se entiende como un cartel o señal, pero no se usa para describir una campana.

“Esta historia sobre la campana es lo más ridículo que he escuchado en arqueología”, dice John de Bry, director del Centro de Arqueología Histórica en Melbourne Beach. “Hay un sinfín de problemas con los reportes y la documentación. Simplemente no es posible tomarse esto en serio...

“Si buscas publicidad, dirás lo que te dé la gana: ‘Tengo esto, deja que los demás intenten demostrar lo contrario’. No lo creo”.

Cambó no va tan lejos. Pero no quiere hablar sobre la autenticidad de la campana. “Cada cual tiene que decidir eso por sí mismo”, dice mientras se encoge de hombros. “Busque en internet. Hay muchas cosas sobre la campana. Saquen sus conclusiones”.

Pero hazlo pronto porque el período de ofertas cierra el 31 de julio. (Aunque Cambó dice que podría extenderse si hay mucho interés en los próximos días). Su esperanza es que el condado de Miami-Dade quiera colgar la campana en un museo o galería en la Torre de la Libertad.

A fin de cuentas, pregunta Cambó: “la apertura del hemisferio occidental fue un asunto de la libertad, ¿no es así?”.

GARVIN, Glenn

El Nuevo Herald (30-07-2018)

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