DÍAZ, José María - El patio de campanas de la Catedral de Palencia se abre al turismo

El patio de campanas de la Catedral de Palencia se abre al turismo

La escuela taller ha restaurado el campanario y trabaja ahora en el triforio de la girola


Alumnos del taller de empleo de la catedral conversan con sus monitores en el restaurado patio de campanas - Autor: QUINTERO, Antonio / EL NORTE DE CASTILLA

Son siete. Majestuosas, fundidas en bronce en los siglos XIX y XX, excepto una, una réplica forjada ya en el siglo XXI para sustituir a una de las piezas dañadas por el uso. Son siete, aunque hay más en la catedral de Palencia. Tres se sitúan en la espadaña de la torre (los dos famosos Cimbalillos y el y Zarambombón del reloj), y aún hay otra de estas grandes piezas de bronce en una segunda espadaña situada en el tejado y es conocida como la campana del Viático o de los Difuntos. Once en total, pero siete son las que próximamente pueden convertirse en un nuevo atractivo para los miles de visitantes que todos los años recorren todos los rincones de la seo palentina. O al menos recorren aquellos rincones que por el momento se han abierto al público, aunque no sean todos los que ya se encuentran acondicionados para recibir visitas, sin que todavía se hayan incluido en las rutas turísticas.

Hasta hace tan solo cuatro años, los visitantes solo tenían la oportunidad de conocer aquellas zonas de la catedral que también se encuentran abiertas al culto, además de otros espacios como el claustro o el museo catedralicio, sin olvidar, por supuesto, el primitivo origen del templo, la venerada cripta visigótica de San Antolín.

Sin embargo, hace cuatro años, esta situación cambió, y algunas zonas que durante siglos habían permanecido vedadas a los fieles, y que únicamente eran conocidas por algunos privilegiados, como investigadores, expertos en patrimonio o el propio personal de la catedral, comenzaron a salir de nuevo a la luz, y lo hicieron de la mano de los alumnos de los talleres de formación y empleo que durante décadas se vienen sucediendo en la capital palentina. Concretamente, la primera de estas escuelas taller comenzó a trabajar en 1986 y, desde entonces, decenas de jóvenes desempleados se han ido formando en especialidades como albañilería, construcción de muros, mantenimiento de edificios o cantería. Así, en el marco de uno de estos talleres, hace cuatro años, los alumnos comenzaron a trabajar en la restauración de uno de esos espacios que hacen especiales a la catedral de Palencia, el acceso a uno de los triforios, el que se encuentra a los pies de la nave central, frente a la entrada de la cripta de San Antolín, aunque muchos metros por encima, puesto que los triforios no son otra cosa que esos ornamentados ventanales que pueden apreciarse en lo alto de los muros y que permiten a quienes se asoman desde sus balcones contemplar la catedral desde una perspectiva deslumbrante, espectacular.

Las escuelas taller, en estos últimos años, han podido no solo recuperar y acondicionar el triforio de los pies de la nave central, sino también los accesos a varios de estos ventanales, en los laterales del templo, en el crucero principal y también en la capilla mayor, lo que permite apreciar con todo lujo de detalles la parte superior del retablo principal de la catedral palentina, que se encuentra coronado por un calvario de Juan de Valmaseda, una de las piezas de más extraordinaria calidad de la catedral.  En esta zona del triforio, que forma parte de girola, ya se ha acondicionado es primer lateral y los alumnos de la escuela taller están trabajando en estos momentos en la limpieza y la instalación de medidas de seguridad para conseguir que toda esa zona de la girola superior pueda ser visitable. De esta forma, se podría circular por un pasillo ubicado sobre las bóvedas y apreciar toda la maquinaria de carpintería que se encuentra bajo la cubierta del templo y que se utilizaba en la antigüedad para labores de mantenimiento y limpieza, especialmente de las gigantescas lámparas que cuelgan de las bóvedas, además de poder contemplar la parte posterior del retablo del altar mayor y su parte superior desde ambos lados.

No está aún definido cuándo se podrán completar estas actuaciones, si en el ámbito del actual programa de empleo o en una convocatoria posterior, puesto que al que ahora opera en la catedral únicamente le resta mes y medio para concluir (la fecha fijada para el fin de las clases es el 31 de agosto).

Esta zona aún no está completada, pero algunos de estos espacios están ya restaurados y completamente acondicionados para recibir visitantes, sin embargo, aún no se han incorporado a los recorridos abiertos para los turistas. La apertura al público depende ahora de la comisión que dirige el proyecto cultural de difusión de la catedral, que recibe el nombre de 'La bella reconocida', así como del Cabildo Catedralicio. Para ello, deben elaborarse planes de seguridad y estudiarse cómo incluir los nuevos recorridos.

A estas alturas, las escuelas taller han recuperado también parte de la escalera de la torre principal de la catedral, así como una de las estancias intermedias que se pueden encontrar en su interior. Se trata de la casa del campanero, unas dependencias que estuvieron habitadas hasta mediados del siglo pasado y que ahora se han acondicionado como un espacio diáfano, en el que pueden colocarse paneles y bancos por si se quiere instalar una exposición o proyectar un audiovisual para hacer más atractiva la visita.

Pero quizá la parte más novedosa de las intervenciones del taller de empleo, que se dedica también a la limpieza de las cubiertas del templo o la restauración de elementos degradados por el paso del tiempo, ha sido la recuperación durante este periodo de prácticas del llamado patio de campanas, en el que se ubican esas siete grandes piezas de bronce que ponen voz a la catedral.

Así, el campanario es en estos momentos totalmente accesible para cualquier visitante, se encuentra limpio y cuenta con medidas de seguridad, por lo que podría incluirse ya en las rutas pensadas por los turistas, aunque como alguno de los triforios ya acondicionados o la casa del campanero todavía no son visitables.

El taller de empleo, que da trabajo y formación a seis alumnos (comenzaron siete), más un monitor y un director, ha contado con un presupuesto cofinanciado por una aportación del ECYL de 83.604,78 euros y otra municipal por 29.096,85 euros. Los alumnos se forman en la especialidad de albañilería, con contenidos asociados de cantería y conocimientos básicos de patologías de la piedra, aplicados al mantenimiento de edificios en general (no sólo históricos). Se desarrollan dos certificados de profesionalidad relacionados con fábricas, revestimientos continuos y cubiertas, completándose con un módulo formativo de mantenimiento y restauración de obras de piedra natural.

DÍAZ, José María

El Norte de Castilla (15-07-2018)

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