Una de las campanas de la iglesia El Calvarito de San Jerónimo, situada en el barrio del mismo nombre, fue sustraída por sujetos desconocidos quienes ingresaron al interior de la casa del Señor sin forzar el candado de la puerta lateral derecha.

Las campanas fueron donadas por doña María García Cermeño en 1972, quien relató que el pasado miércoles a eso de las nueve de la noche, Catalina Alemán Mercado, encargada de cuidar el templo, llegó a su vivienda a decirle que se habían robado la campana que estaba en un rincón del Sagrario.

“¡Jesucristo, Dios mío, las campanas no son hechizas, son holandesas hechas a base de oro, plata y bronce y su valor histórico es incalculable!”, expresó la afectada.

Las campanas habían sido bajadas del campanario, porque el sacerdote Harvin Padilla necesitaba construir un anexo para colocar la imagen del Santísimo y del Santo Entierro.

Sin embargo, una de las campanas fue guardada en la vivienda de María García, mientras la otra había quedado en el templo, la que en ocasiones jóvenes sostenían con mecates gruesos para llamar a misa a la feligresía.

La congregación ha comentado a doña María García que el autor del robo es “gato casero”, por el simple hecho que no violentó el candado de la puerta e ingresó directamente donde se encontraba la campana.

Lilliam Aguirre, hija de la cuidadora de la iglesia, expresó que ese día llovió y que ni los perros ladraron, por lo que sospecha que los autores son personas conocidas, porque hasta abrieron el candado y no aparece por ningún lado.

“Pareciera que tenían todo calculado, porque en esos días faltó un vigilante vecino y parece que solo esperaron que se fuera para cometer el delito”, comentó Aguirre.

El caso fue denunciado ante las autoridades policiales, quienes acudieron e inspeccionaron el lugar para esclarecer el robo.

BARRIOS, Orlando

El Nuevo Diario (07-07-2012)