Casi siempre, las campanas unen los corazones, en un sentimiento compartido.
Pero hay veces que, a pesar de la distancia, las campanas unen, aún más, a aquellos que las amamos.
Hoy tocaremos en dos catedrales, separadas por unos 1.000 kilómetros de diferencia, los mismos toques, a la misma hora.
Ha fallecido monseñor José Gea Escolano, que fue obispo de Mondoñedo, y que residía, jubilado, en tierras valencianas.
Y, a pesar de la separación, y ciertamente ayudados por las nuevas tecnologías (el Guasap que une casi de manera tan inmediata a las personas, como lo hacen los antiguos toques de campanas), los campaneros de Mondoñedo, donde fue obispo don José, y de València, donde ha fallecido, y en cuya catedral será enterrado, tocaremos, unidos por una misma emoción.
Bien es cierto: a pesar de los kilómetros que nos alejan, a pesar de las diferencias, la misma emoción, la misma pasión por comunicar, por avisar, por transmitir emociones, nos une.
Y será muy emotivo, incluso si estamos lejos de ambas torres, pensar que distintas campanas, lejanas y próximamente unidas, lloran juntas, gracias a las manos amorosas de sus campaneros.
Descanse en paz, don José, y gracias por unirnos en el toque a campaneros tan lejanos (en la distancia) pero tan próximos (en el corazón).
![]() |
||