El equipo de arqueólogos en el yacimiento de Santa Creu de Rodes en Port de la Selva - Autor: CASADEMONT, L. / ACN
Datan de finales del siglo XV y se han descubierto en dos fosas excavadas en el suelo
La campaña arqueológica que se está llevando a cabo estos días en el poblado medieval de Santa Creu de Rodes en Port de la Selva ha permitido descubrir fragmentos de los moldes de dos campanas de la iglesia de Santa Helena, construidas a finales del siglo XV cuando el poblado ya estaba deshabitado. El hallazgo se ha hecho en una zona de trabajo muy cerca de la necrópolis medieval, que en aquel momento era un espacio abierto. Concretamente, se han encontrado las dos fosas donde se ponían los moldes y fragmentos de estos, unas estructuras efímeras que se destruían para sacar las campanas. Los restos no permiten reconstruirlas pero aportan información de interés, com por ejemplo su diámetro -medían unos 80 centímetros- o la posible decoración a partir del análisis de los materiales del molde exterior que se han conservado.
Ésta es la oncena campaña que se hace en la zona y que acabará el próximo 25 de setiembre. Las excavaciones empezaron el 12 y se han centrado en un espacio de unos cien metros cuadrados muy cerca de una de las calles secundarias de la zona oeste del yacimiento. Uno de los aspectos que ha sorprendido al equipo de arqueólogos es que se trata de un espacio abierto, sis techo, utilizado como lugar de trabajo aprovechando que las casas que hay cerca y que se han localizado en los últimos once años de campaña ya estaban abandonadas.
“Cuando haces una campaña necesitas que sea un lugar alejado de casa porque durante el proceso se llegan a temperaturas muy altas y se generan humos”, detalla Montserrat Mataró, una de las codirectoras de las excavaciones juntamente con Anna Maria Puig y Imma Ollich. La elaboración requería como mínimo una semana de faena y se hacía muy cerca del lugar donde tenían que ir las campanas porque su peso dificultaba el traslado. Los arqueólogos creen que se hicieron a finales del siglo XV, cuando el poblado ya estaba abandonado, y que su destinación era la iglesia de Santa Helena que está muy cerca, un templo que estuvo en activo hasta el siglo XIX.
Lo que han encontrado los arqueólogos son dos fosas bien delimitadas en el suelo y restos de los moldes de argila exteriores de una de las campanas. Estas dos cavidades es donde se colocaban los moldes -el interior y el exterior- para vaciar el bronce fundido. Se trata de construcciones efímeras, ya que para extraer la campana hay que destruirlo. A pesar de ello, se han conservado fragmentos de molde exterior -visiblemente quemados por las altas temperaturas- que quedaron enterrados en la fosa.
Estos fragmentos, juntamente con restos del bronce que sobraba que también se ha conservado, permitirán determinar como eran las campanas, aunque no se podrán reproducir de nuevo con exactitud. Según explica la arqueóloga Anna Maria Puig, a través del análisis del bronce se sabrá si había otros materiales, juntamente con el diámetro que hacían las campanas y si se ha conservado una parte de la decoración exterior, como alguna inscripción.
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