La ventana abierta al muelle
sobre su piel las ondas de la barcaza
que te llevan a un horizonte de piel naranja.
El sol es la cara del equilibrista
antes de partir sobre la línea invisible
del abra de las montañas.
Mi desnudez es óleo que la hora concluye
cuando estuve respirando en ti
el tiempo de la madurez de los colores.
Te marchas y ahora las campanas de la tarde
me recuerdan el golpear del éxtasis que acabas de ofrendar.
© Las vacas pastan sobre la hoja en (2010) © Campaners de la Catedral de València (2024) campaners@hotmail.com Actualización: 29-03-2024 |