El deán presidente del Cabildo, García Rivilla (izq.) y el obispo Rubio, señalando hasta donde pueden subir las visitas - Autor: MARTÍN, J.
El público podrá contemplar las diez campanas que, desde el campanario, vigilan día y noche la ciudad de Segovia y su entorno desde el siglo XVI
Desde el campanario de la Catedral, situado a unos 66 metros de altura, se divisa Segovia en plenitud. Diez campanas —cuyos nombres son Sermonera, Menos Cuarto o Cimbalillo, Santa Bárbara, San Nicolás, El Becerro, Esquilón para Entierros, La Purísima, María de la Paz, La Mediana y La Fuencisla— vigilan día y noche todo lo que acontece en la ciudad y su entorno más próximo. Ellas, como ayer señaló García Rivilla, han sido “testigo de los acontecimientos acaecidos en Segovia desde el siglo XVI”.
En las labores de acondicionamiento del campanario para su visita turística se ha procedido a la colocación de cartelería indicativa del nombre de cada campana, su peso y el año de su fundición. La campaña de mayor peso, María de la Paz (1.384 kilos), presenta una graciosa inscripción: “María de la Paz me llamo, cinco quintales peso, si no me quieres creer cógeme a peso, bájame al Azoguejo y me dejas en mi puesto”.
El nivel superior al campanario, desde el que se accede a las denominadas ‘Ocho Bolas’, “no es de momento visitable”, por medidas de seguridad. El deán-presidente del Cabildo, Ángel García Rivilla, señaló que “no estamos cerrados a su apertura”, aunque matizó que, hoy por hoy, “hay dificultades” para abrir al público este último tramo.
En cualquier caso, desde el Cabildo se puso énfasis en indicar que el atractivo de la torre no se limita a sus vistas, dado que esconde innumerables bellezas, como la casa del campanero, habitada hasta mediados del pasado siglo y donde, según se cuenta, era criado un cerdo cada año, o el llamador de piedra granítica utilizado por los canónigos para llamar al campanero...
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