Una de las campanas recién restauradas. - Autor: Parroquia / La Tribuna de Albacete
Peñas de San Pedro vivirá mañana, miércoles, un día sonado. Y, además, lo vivirá de forma literal, porque comenzará una delicada operación, de tres días de duración, para reponer en su sitio las cuatro campanas de la parroquia local, recién restauradas.
Las cuatro campanas, con muchos años a cuestas, llevan mes y medio fuera de su lugar natural. Las bajaron a tierra hace mes y medio, para someterlas a un delicado proceso de restauración en un taller metalúrgico de Murcia, donde han pasado por un proceso de limpieza y les han cambiado los yugos de madera, así como los mecanismos de volteo.
En paralelo, el propio campanario ha pasado por su propia limpieza y reforma. Se ha procedido a limpiar el espacio y a instalar nuevos mecanismos, así como a dotarlo de un moderno sistema de telecontrol, basado en la mensajería móvil por SMS, que no solo permitirá hacer que suenen, sino elegir la melodía a interpretar. Además, se ha reparado y mejorado la megafonía, retranqueando los actuales altavoces para que no estropeen la estética de la torre.
De forma puntual, el párroco de Peñas, José Valtueña, ha informado a sus feligreses y convecinos de los trabajos por los que han pasado las cuatro campanas en la región vecina.
Así, y según el relato del párroco, « la limpieza realizada con chorro de arena les ha devuelto el mismo color que tuvieron el día que salieron de la fundición», algo que, en algunos casos, se remonta a más de 200 años.
Por ejemplo, la limpieza ha permitido descubrir entre otras cosas, que el nombre real de la que siempre hemos conocido como Campana María es Amor de Madre y data de 1809.
Un descubrimiento similar se ha hecho, tras la limpieza, con la campana que es, de las cuatro, la penúltima en tamaño, pues ésta, en realidad, se llama Maria y tiene algo más de 100 años, pues se ha podido comprobar que su fundición tuvo lugar en 1911,
Unos elementos en los que se ha puesto un cuidado muy especial, como parte de este proceso de restauración, son los yugos, hecho de una madera tropical procedente de un árbol que crece muy lentamente en climas muy húmedos, lo que hace ideal la madera para yugos de campanas por su dureza y resistencia.
La función primera del yugo es compensar el peso de la campana para que el volteo se haga con el menor esfuerzo. «Para que nos hagamos una idea- explica el párroco.- la campana Amor de Madre la más pesada de todas, de 1,2 toneladas, sólo hará la fuerza de 80 kilos sobre los muros de la Iglesia al voltear, lo que es igual que si un hombre intentara derribar el muro del campanario empujando con sus propias manos, es decir algo completamente imposible».
Por otra parte, el yugo absorbe las vibraciones, lo que protege al edificio, a la misma campana y sobre todo limpia el sonido para que pueda escucharse realmente la pureza del sonido de las campanas a gran distancia, puntualiza el sacerdote.
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