Los vecinos de Soneja no dan crédito. Todavía están abrumados con la repercusión e importancia de su conjunto de campanas, considerado como uno de los más valiosos de la Comunidad por albergar una los instrumentos más antigua de la diócesis, cuando la torre de su "campanar" –como los sonejeros llaman a su torre– alberga en una de sus angostas paredes el dibujo o grafiti más antiguo de la comarca. Todo indica que fue allá por el siglo XVI, cuando la torre se dedicaba al poco grato deber de albergar prisioneros.
SegÚn los expertos bien podría haber sido un recluso el que estampó un grabado de un barco de época en la paredes de la torre. Quizá hubiera visto alguna vez los grandes barcos que atracaban en los puertos, o tal vez alguna vez pisó la cubierta de uno y sintió el viento azotando su cara o simplemente fue un marino en tierra que ansiaba surcar la mar. Sea como fuere, alguien grabó de una manera clara un gran barco de tres mástiles que ha sido recientemente descubierto.
Fue Francesc Llop, secretario del Gremi de Campaners de la Comunitat Valenciana, quien en una de sus visitas descubrió el grabado. Lo insólito del hallazgo, en su opinión, es que se haya encontrado tan lejos de la costa, tanto es así que en toda la provincia tan sólo se conoce uno en el Castillo de Peñíscola.
Respecto al significado, el campanero está seguro de que "lo que quería reflejar eran sus ansias de libertad y unos mares por descubrir".
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