El campanario es uno de los referentes visuales de nuestra población, Agost (Alicante). No teníamos constancia de que hubiera existido otro, por eso creíamos que siempre ha estado ahí, y como lo conocemos. El único cambio se había dado en su aspecto exterior, en su decoración (finales de la década de 1960). El campanario, como tal, existe supeditado a sus ocupantes, las campanas y en menor medida como soporte del reloj público. De ahí que tenga la altura necesaria para elevarse por encima de la mayoría de las viviendas de la población e intente salvar, a su vez, a la “serra del castell” para que la voz de las campanas se oiga al otro lado de la misma. En él descansan tres campanas de tamaños y sonoridades distintas, ellas son las que nos anuncian el paso de las horas, marcan con sus alegres cantos el ritmo de las principales celebraciones y festividades, y también nos comunican los sucesos más tristes, el fallecimiento de algún vecino o vecina...
La campana es un instrumento de origen chino (posiblemente de unos 3.000 años antes de Cristo), se propagó por el Próximo Oriente y Europa como un medio de comunicación dedicado a transmitir mensajes. Mediante los toques de las campanas se conseguía una emisión simple, económica y de gran alcance, que una vez difundida y conocida por la gente lograba que el mensaje emitido se expandiera a grandes distancias y de manera inmediata. San Paulino de Nola (m. 431) fue el primero en introducirla en el mundo cristiano, y ya en el siglo VI empezaron a utilizarse para convocar a los fieles y para dar diversas señales, según las celebraciones litúrgicas. La Regla de San Benito en 540 establecía su uso habitual. Por su importancia, son bendecidas y suelen llevar inscripciones y dedicatorias.(1)
La referencia más antigua que tenemos de la existencia de un campanario y campanas en nuestra parroquial de San Pedro Apóstol data de 1595 (2). La cita es muy escueta y forma parte del inventario de bienes existentes en la parroquia: Hem tres campanas en lo campanar. No indica nombres ni tamaños. Unos años después, en 1606, se indica que una de ellas se encontraba inutilizada: badada e sens badall (3). A finales del siglo XVII, se realiza una ampliación en el campanario encargándose la obra a Jaume Terol, para ganar altura o más espacio en el existente.
Conte que se li dona a Andreu Castelló de (¿?) y principal obligat ab Jaume Terol arrendador que fonch dit Terol de les obres de la cuberta de la esglesia Parrochial del Señor Sant Pere del present lloch de Agost, una torre que sea fet en lo campanar y una sacristia en la dita esglecia de les partides que dits Terol y Castelló tenen en paga de dites obres lo qual conve y es dona en 14 de octubre any 1675... (4)
No tenemos referencias de cómo sería, ni donde se ubicaría exactamente este primer campanario. Pero, en la Epístola, sobre la capilla que actualmente está dedicada al Sagrado Corazón de Jesús se encuentra una estructura que recuerda a una espadaña para dos campanas, cegada y que no se aprecia en el exterior . En ella, aún quedan los soportes metálicos y restos de grasa en ellos que nos hacen pensar que llegaron a voltearse y que no eran un mero soporte. Por su ubicación, entre contrafuertes, no podemos afirmar si se trataría de una torre mencionada anteriormente, o sencillamente se habilitó de forma provisional mientras se acometía la obra del futuro campanario.
En 1768 se trata en la Junta de Fábrica la conveniencia de trasladar el campanario a la esquina del carrer Pal (5). Tradicionalmente se decía que se había realizado con piedra del negret, pero era difícil de corroborar porque, los años de insolación habían matado el color negro, tan característico, de la piedra de esta cantera. Los documentos conservados en el Archivo Parroquial han permitido corroborar que realmente se utilizó este material local, por el pago a dos canteros: Pascual y Pedro Berenguer de Callosa de Segura por labrar la piedra de la cantera del negret para la torre en 1780 (6). Un año más tarde habían terminado la obra de cantería (7), Montesinos cita como fecha de conclusión 1794 (8). Probablemente, se de esta fecha por ser la de fundición de las campanas, realizadas ese mismo año por Ramón Roses i Tormo. Para conocer más detalles sobre las campanas recomiendo la lectura de los diversos escritos realizados por Salvador Ivorra ,que pueden consultarse en la página web: www.campaners.com.
Pero el remate del campanario se derribó por causas que desconocemos en 1831.
He recibido de mano del señor cura de Agost la cantidad de cien reales vellón que han sido entregados por Juan Visedo fabriquero en cuenta del derribo del remate de la torre de la iglesia y para que conste lo firmo en Novelda a 26 de marzo de 1831. Silvestre Ferrándiz. (9)
Encargándose a un albañil la realización de un nuevo remate, que sería el responsable de la configuración del campanario tal como lo conocemos en la actualidad.
Confieso que yo José Segura Albañil que he recibido de Dn. Don. José Moliner Vo. Primero de esta Iglesia Parroquial la cantidad de ciento ochenta y ocho reales con cuatro maravedís vellón y son por el trabajo empleado con mi cuadrilla en la composición y Bajar las campanas, hacer el tablacho, cubrir el cascarón de la torre, escaleras, yeso gastado, maderas y cañas y demás material necesario para dicha Iglesia Y para que conste doy el presente que firmo en Agost 21 de julio de 1831. (10)
En el cuerpo en el que se encuentra el reloj se habilitaron unos huecos para las campanas, que en el interior aún pueden apreciarse, mientras que en el exterior una capa de enlucido recorre uniformemente los muros. Probablemente se dispusieran aquí durante la obra derribo del remate original hasta que concluyera la obra del nuevo.
Respecto a la restauración que se realizó en 1881 en toda la iglesia, no debió afectar a la estructura ni al interior del campanario. Para ello nos basamos en la existencia de varios graffitis, en los muros de la escalera del campanario, que por su temática parecen anteriores a esta fecha y que aún hoy siguen siendo visibles.
Durante la República, pese a la destrucción de casi todo el patrimonio mueble de la parroquial, las campanas fueron respetadas, incluso durante la guerra: aunque hubo una petición del Ministerio de guerra y se llegaron a ceder dos para su fundición y reutilización para material bélico, como recoge una acta de la Comisión Municipal.
Seguidamente por la Presidencia se da cuenta de una comunicación que dimana del Ministerio de la Guerra en la cual se solicita que si las campanas que en la actualidad existen en la torre de la Iglesia de esta villa podrían remitirse a dicho Ministerio para utilizarlas como material de guerra, enterados los asistentes y tras algunas discusiones entre los vocales del Consejo se avienen a un acuerdo y las campanas que en dicha torre existen se podrán facilitar dos para ayudar al servicio de la guerra quedando para el servicio del reloj público para conocimiento del vecindario dándose conocimiento a dicho Ministerio para si a bien lo tiene puede disponer de ellas y se comunique a esta alcaldía... (11)
Pese al acuerdo, no llegaron a bajarse del campanario. Probablemente se entregó una campana que había inutilizada, Santa María de las Nieves, que se había bautizado el cinco de septiembre de 1818 (12). Finalizada la contienda, las tres campanas realizadas por Ramón Roses seguían en el campanario rigiendo la vida de la población.
El año 1958 (13) en un arranque de modernidad se sustituyen los yugos de madera de las campanas por yugos metálicos acodados, con el fin de electrificar las campanas y prácticamente eliminar el mantenimiento, obra que realizó Salvador Manclús, Fundidor de campanas y fabricante de relojes de torre, inaugurándose el 24 de enero de 1958 festividad de la Virgen de la Paz. Los volteos de las campanas de ser manuales pasaron a realizarse con motores de volteo continuo. Pero Santa María, la campana más grande, presentaba problemas y se simulaba el volteo con golpes de badajo. Pasado un tiempo se intentó voltear pero los resultados hicieron que la empresa de mantenimiento decidiera que no se volviera a hacer. Tal vez fueran decisivos hechos como el desmoronamiento del campanario de Murla (1 de mayo de 1990). Las campanas, al voltear, ejercen unas fuerzas dinámicas hacia las estructuras que las contienen y soportan. Si existe un equilibrio, esas fuerzas se compensan y se anulan. Pero sin embargo, si las fuerzas que recibe la estructura son mayores se producen grietas en el campanario y se va debilitando internamente, pudiendo llegar al colapso y al desplome del campanario si se conjugan con otros efectos como las filtraciones de agua... como sucedió en Murla. Otro suceso fue la caída de una campana en la localidad valenciana de Benimodo (25 de agosto de 1999) por la rotura de las asas que la fijaban al yugo. El primero de estos factores estaba presente en nuestra parroquial, un campanario agrietado y una campana que no era conveniente voltear.
El punto de inflexión fue el año 2000 en que se obtuvo una ayuda de la Dirección General de Promoción Cultural y Patrimonio Artístico para la restauración de campanas y sus instalaciones tradicionales (14). Con la cantidad aportada por esta ayuda y el resto con las aportaciones de los feligreses se encargó a Relojería Valverde de Murcia los siguientes trabajos:
El 18 de julio de 2000 una grúa de grandes dimensiones procedía a bajar los badajos y después, las campanas (Santa Bárbara, Santa María, y San José) una a una. Momento histórico que aprovecharon varios vecinos para fotografiarse con Santa María, la campana mayor del juego.
El trabajo más importante que se realizó ya en los talleres fue la sustitución de los yugos de hierro por unos de palo rojo de Guinea (madera tropical conocida por su resistencia a la intemperie) . Los yugos de madera, que tenían las campanas en su instalación original, presentan las ventajas que apagan menos el sonido de la campana y absorben parte de las fuerza que esta produce al girar, siendo menos agresivas con la estructura del campanario. Se repararon golpes y abolladuras producidos por los martillos, se limpiaron y se cambiaron los badajos. También se cambiaron los motores de volteo que estaban en funcionamiento pero muy deteriorados. Los nuevos motores de impulsos simulan y permiten el volteo manual. El motor arranca suavemente girando la campana como lo haría un campanero, primero balanceándola con una oscilación cada vez mayor hasta que la campana da la vuelta completa y después manteniendo el giro que se produce por la inercia propia de la misma. Con ello la campana recibe de forma gradual golpes más fuertes y se va calentando el metal progresivamente. Con los antiguos motores se pasaba directamente a voltear la campana en frío y siempre con el mismo sentido, mientras que con el nuevo sistema, según se va usando, una vez voltea hacia el interior del campanario y otra hacia el exterior. Esto, según los expertos, puede ser más beneficioso que si lo hiciera siempre hacia el mismo sentido, ya que el desgaste que produce se reparte de forma más equitativa.
Mientras las campanas se encontraban en el taller, el cuerpo de campanas, en el campanario, era sometido a una necesaria intervención consistente en:
Tras las intervenciones realizadas en el campanario y en las propias campanas estas volvían a ocupar su lugar la mañana del 9 de agosto del 2000. Este acontecimiento fue inmortalizado en sus cámaras por varios vecinos que aprovecharon también para fotografiarse con ellas. Santa María, Santa Bárbara y San José volvían a ocupar su lugar, entre el cielo y la tierra, en el campanario de la parroquial de Agost.
© Llibre de Festes de Sant Pere de Agost (2012) © Campaners de la Catedral de València (2024) campaners@hotmail.com Actualización: 19-04-2024 |