Colocación. La grúa izó los 3.100 kilogramos de la campana y su yugo hasta la torre. Los operarios anclaron la pieza. - Autor: AMASORRAIN

«Es la mayor campana románica del mundo en condiciones para voltear», afirmaba Ignacio Quintana de la empresa palentina que ha restaurado las doce piezas de la torre de San Pedro. Lanzaba al aire esta afirmación poco después de izar la mayor de 2.850 kilogramos, que junto al yugo supera los 3.100 kilos, y colocarla sobre el reloj en la cara que da a la plaza Ariznoa.

«Está preparada para voltear después de estar muchos años en desuso. Hay otra de 1.900 kilos de ese estilo y dos más góticas en el cuerpo principal de la torre, en el primero y en el superior ocho góticas. Las campanas romanas solo se encuentran en España y principalmente en la zona Norte. Son grandes y de perfil delgado Tienen una sonoridad más grave en el punto álgido».

Nueve meses después han regresado esta semana de Palencia las cuatro campanas principales de San Pedro que se ubican encima del reloj y unas semanas antes habían ocupado su espacio en el tramo superior las ocho menores después de recibir un minucioso proceso de restauración en los talleres de Campanas Quintana, campaneros desde 1637 y de las pocas empresas existentes en la península.

Como apuntaba Ignacio Quintana, que supervisó la tarde del jueves la izada y colocación de las piezas, han sido objeto de un proceso detallado de identificación de cada pieza con año de fundición, autor del trabajo, tipo, modelo y otros aspectos. Después se han aplicado unos procesos de limpiado y mantenimiento general tanto a la campana como a los badajos, y se han construido yugos nuevos, ya que «estaban muy deteriorados y se han tenido que cambiar. Son de madera maciza de origen tropical por la mayor uniformidad y resistencia de la fibras, mayor densidad y mejor comportamiento a los ataques de agentes externos y xilófagos».

El regreso de la campanas ha esperado a la conclusión de la obras de rehabilitación de la torre para que no sufrieran daños, «ahora mismo vamos a proceder a la motorización de todas las piezas y preparación en los próximos días del sistema eléctrico y el informático que desde la sacristía permite accionar el movimiento y sus toques. Después de esta restauración están preparadas para el volteo motorizado o manual. Si alguien quiere hacer una exhibición o sabe los toques las podrá usar».

Automático y manual

En los últimos años los toques a los que estaban acostumbrados los vecinos no procedían del volteo de estas majestuosas piezas sino de unos sonidos pregrabados que se emitían por altavoces.

En unos días sonarán los primeros repiques originales en las pruebas que se van a realizar para que antes del verano estén listas aunque no asumirán la la plenitud de funciones hasta que concluyan los trabajos de rehalitación de la iglesia en 2013.

El abanico de estas piezas va desde la romana de 2.850 kilogramos, 1.800 milímetros. de diámetro y sobre metro y medio de altura hasta la más pequeña gótica de 69 kilogramos y 500 milímetros de diámetro. Las nueve y la que ocupaba la espadaña de la parroquia, más las dos traídas de la iglesia de Uzarraga en Antzuola, que forma el nuevo campanario, pesan 5.822 kilogramos en bronce más sus doce nuevos yugos.