Francesc Llop, campanero de la Seo, junto a la ventana. Foto: SIGNES, Jesús
Los arquitectos del pasado tenían que dominar muchas materias. Una de ellas era la gnomónica, para interpretar la orientación del sol. Ese conocimiento les permitía realizar una especie de guiños de fe, efectos visuales, jugando con la alineación del sol, para conmemorar efemérides religiosas. La costumbre viene de largo, como atestiguan los yacimientos arqueológicos donde en ciertos días, como el solsticio de verano, un haz de luz ilumina un punto concreto.
El arquitecto de la Seo también jugó con la arqueoastronomía. Hace dos años, como explica Francisco Pons en la 'Revista de la Catedral de Valencia', descubrieron el sentido de dos ventanas atípicas. Estas dos hendiduras que se encuentran en el Miguelete, gracias a la gnomónica, tenían una explicación. Una, en el segundo cuerpo de la primera cara, desde la puerta de los Hierros, sirve para que un rayo de sol penetre el 15 de agosto, día de la Ascensión, en la Prisión, una de las salas de la torre. La otra, en una cara que da ya a la calle Miguelete, más baja, en el primer cuerpo, está orientada de tal forma para que el 22 de junio otro haz de luz la atraviese y conmemore dos momentos: el solsticio de verano y el aniversario de la colocación de la primera piedra (22 de junio de 1262).
Francesc Llop, campanero de la Catedral, fue, ayer, la primera persona que acudió a verificar este estudio. El cálculo hacía pensar que a las 19 horas y 34 segundos un fogonazo de luz solar irrumpiría en la escalera de caracol del Micalet. Pero no fue así. La celebración del 750 aniversario de la colocación de la primera piedra de la Seo no tuvo su guinda. Sólo dos motivos, viendo que la iluminación sí que era mucho más intensa de lo habitual, pueden justificarlo: un error de cálculo en la hora o la construcción de un nuevo edificio.
Llop se inclina por la segunda opción. «El Miguelete se levantó entre 1390 y 1400, y cinco siglo después, en 1850, se construyó la Casa del Rellotge al otro lado de la calle. Es posible que este edificio bloquee la proyección del rayo de sol». El campanero, que también es antropólogo, ha encontrado más huellas de la gnomónica en la Seo. «Al lado de la puerta de los Apóstoles hay un reloj de sol en el que ha reparado muy poca gente».
Lo que es indudable es que esa hendidura fue hecha con algún propósito. Está justo al lado de la hilera de seis ventanas que iluminan la escalera de caracol, la base rompe en diagonal la horizontalidad de las filas de piedra y la ventana cae en una extraña inclinación.
La Revista de la Catedral expone más casos en la Comunitat. En la ermita de Sant Antoni, en Bocairent, un círculo ilumina la faz del santo el día de su onomástica. Y en Benitayá, en la Vall de la Gallinera, el sol se alinea con una oquedad de la Penya Foradà para alumbrar el lugar donde los monjes franciscanos erigieron su monasterio en 1611.
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