RIVERA ROUCO, Enrique - Os toques das campás en As Pontes

Os toques das campás en As Pontes

Se diferenciaban dos repiques: el general y el solemne. En el primero eran usadas las dos campanas mayores (grande y pequeña). Comenzaba con una entrada rápida, de unos diez segundos en cada una, y seguía alternándolas ágilmente durante unos cuatro o cinco minutos. Para el solemne eran necesarios dos campaneros y utilizaban la campana del reloj además de las otras dos: tras la entrada en cada una, un campanero alternaba repicando la grande y la del reloj y el otro volteaba la campana pequeña tirando de una cadena que tiene asida a la cepa, también unos cuatro o cinco minutos, para terminar repicando unos segundos la grande y la pequeña.

Toques de llamada a la Misa: igual que en la fecha, media hora y un cuarto de hora antes, una serie de tañidos diferenciando al final si es el primero o el segundo; en los días laborables se usaba la campana pequeña y sólo el golpe deferencial con la grande; en los festivos se verificaba todo el sonido con la campana grande. El toque de entrada, que en la actualidad consiste en un tercero con el mismo procedimiento que los anteriores, hasta aproximadamente el año 1940 era ejecutado mediante una campana pequeñita, llamada “el esquilón” que se hallaba con una diminuta espadaña sobre la sacristía vieja adosada a la cabecera de la nave del Sagrado Corazón, accionándola desde la sacristía. Por dicha fecha se suprimió y posteriormente eliminó la espadaña al ocasionar gotera en el edificio.

Toques fijos a diario: del alba, al salir el sol con un repique general abolido por el año 1940), de ángelus y de oración hasta hace un cuarto de siglo, respectivamente a las 12 horas y a las 7 de la tarde, con ocho tañidos en cada campana, comenzando por la pequeña. Quienes estaban trabajando en el campo solían interrumpir la labor y rezaban tres avemarías.

El repique general:
Se efectuaba en las ocasiones siguientes: con el toque de oración todos los sábados y vísperas de festivo, a la salida y regreso de las procesiones, al comenzar el rezo de rogativas en torno a la Iglesia (25 de Abril y antes de la Misa de mediodía en los domingos siguientes hasta el verano), en la “Misa del Gallo” (24 de Diciembre) al llegar al gloria, a la llegada del Obispo en la “visita pastoral”, en que además la orquesta o banda del Pueblo interpretaba el himno nacional; y, durante los días en que había sermón al atardecer, por ejemplo en los novenarios solemnes, tres repiques consecutivos junto con el toque de oración. Asimismo había repique general cuando salía el “viático” o comunión para los enfermos: si era para un barrio o aldea, sólo el repique de partida, cuando era para una casa de la Villa el Sacerdote llevaba dos partículas y entonces se verificaba el repique a la salida y al regreso de la Iglesia, le acompañaban personas con velas encendidas y, entre ambos repiques, el sacristán volteaba de vez en cuando la campana pequeña. Tanto si iba a la aldea como al Pueblo precedía al Sacerdote un hombre portando en la mano izquierda una linterna metálica con los laterales de cristal y una vela encendida en el interior y, en la derecha, una campanilla con que daba toques de atención de que pasaba el Santísimo.
La gente descubría la cabeza e incluso muchos se arrodillaban. Cuando se cruzaba algÚn despistado sin quitar la boina o el sombrero el Cura le increpaba… En la semana de pascua se llevaba la Comunión a los enfermos del Pueblo, al terminar la Misa de la mañana el día previamente señalado; acudía gran nÚmero de personas con velas encendidas y el Sacerdote iba revestido con capa pluvial blanca y banda de hombros y con la cruz alzada y los ciriales y repique general de partida y regreso y el volteo intermedio.
El repique solemne:
Tenía lugar el día víspera de las fiestas principales del Pueblo (El Carmen y Corpus) a las 12 de la mañana, juntamente con la salva de bombas de palenque que anunciaban la llegada de los festejos.
El toque de alarma:
Se realizaba cuando había incendio en una o en las proximidades de viviendas. Consistía esta señal en repiques breves (de medio minuto) y consecutivos con las dos campanas a la vez y más lentos en el repique general. Entonces los moradores del Pueblo salían de prisa con cubos en la mano al lugar del siniestro para ponerse en hilera hasta el río o el pozo más cercano pasando los cubos llenos de agua de mano en mano y depositar en el fuego (hasta la década de los 50 no hubo bomberos en la Empresa Calvo Sotelo, los primeros de As Pontes).
Los toques de difunto o de funerales:
Por un difunto doblaban las campanas la mayor parte del día, desde el fallecimiento hasta el funeral, con dos golpes en la campana pequeña y uno en la grande si se trataba de una mujer y al revés, dos en la grande y otro en la pequeña, siendo un hombre. Tres en cada una cuando el fallecido era el Cura. Cuando acababa de ocurrir la defunción siendo en la Villa o lugares próximos, durante los primeros minutos estos tañidos se realizaban de forma muy suave, a los que denominaban “toques de agonía”.
Para las funciones de aniversario doblaban desde el toque de ángelus de la víspera y alternando con un sonido en cada campana indistintamente fuere difunto o difunta. Por los suicidas era diferido el funeral durante varios días y sólo sonaban las campanas desde la víspera y al igual que para los aniversarios. Precedía a la comitiva del entierro sólo la cruz y a media hasta (sin el mango) y en vez de cantar el “miserere” era simplemente recitado por el Sacerdote. En las salidas para la conducción del cadáver, si la casa mortuoria era en la Villa o lugares cercanos, iba el Cura con roquete y pluvial negra, acompañado de varios monaguillos que portaban la cruz parroquial, los ciriales, una bandera negra o guión y los estandartes de las cofradías a las que el difunto estuviere afiliado.
Cuando salían de la Iglesia el sacristán volteaba durante unos minutos la campana pequeña añadiendo de vez en cuando un golpe en la grande y repetía este toque si le correspondía pasar a la comitiva por la calle real o por el puente de Isabel II, al transitar por dichos sitios. También doblaban las campanas de la Capilla del Carmen (sólo cuando el difunto o difunta era cofrade) al aproximarse a la misma; y finalmente, en la llegada al cementerio, tañían las campanas de la capilla de allí, siendo estos toques como los de la Iglesia pero apurando más. En las conducciones de la Villa solían acompañar al Párroco algÚn sacerdote más y no cuando era de la aldea; entonces, al no haber coches fÚnebres, el Cura iba a caballo y el sacristán salía con los monaguillos portando los ciriales a esperar el entierro en la entrada del Pueblo, tras dar el indicado toque de salida.
La cruz, estandarte y “guión” venían en manos de paisanos desde la casa a donde eran previamente trasladados y al que traía la cruz le reemplazaba el monaguillo con otra cruz parroquial más destacada que la primera. En los entierros de párvulos (o niños menores de 7 años) al tener el aviso del fallecimiento era tocado un repique especial, llamado “vaivén” que consistía en comienzo como en el repique general y seguía con golpes alternados lentamente en ambas campanas para concluir como en los repiques ordinarios. Se repetía este toque al salir para la conducción del párvulo. El Sacerdote, precedido de la cruz y ciriales, iba revestido de roquete y estola blanca y durante el trayecto cantaba el salmo “Laudate pÚeri Dóminum” y, hecho el enterramiento, había la “Misa de Gloria” en la Iglesia. Tratándose de un domicilio de aldea era usada solamente la cruz, a mano de un paisano.
La rogación:
La remuneración que percibía el sacristán por todos los servicios de campana era una taza de grano de trigo que pasaba a recoger en el mes de septiembre por las casas a la vez que el Párroco recogía medio ferrado (siete kilos) por el rezo de las rogativas; este tributo se denominaba “rogación”.
Alguna casa negaba la retribución al sacristán, entonces en vez de doblar a difunto durante la mayor parte del día lo hacía sólo durante mañana y tarde y la gente se daba cuenta de que tal familia regateaba la taza de trigo.

Enrique RIVERA ROUCO
"Asociación Infomática Amigus As Pontes" (2004)
  • AS PONTES DE GARCÍA RODRÍGUEZ: Campanas, campaneros y toques
  • Lista de toques: Bibliografía

     

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    Actualización: 16-04-2024
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