La Catedral, por lo menos desde los comienzos del XVI, ha tenido siempre su reloj. Lo necesitaban los señores prebendados para el rezo de sus horas, y los labradores para las dulas de sus aguas.
En octubre de 1515, mientras se terminaban las torres de los Caracoles, el Cabildo da las órdenes convenientes para que el reloj suba a ellas. (Actas del Cabildo, libro 1, fol. 12 vt.)
La misma orden se repite el 22 de septiembre de 1516. (Íbid. Fol. 23 vt.)
El 24 de julio de 1521 se nombra a Pero Días relojero de la Catedral con el salario anual de 4.500 maravedís y un cahíz de trigo. (Ibídem)
El 17 de diciembre de 1529 se acuerda traer un reloj de Flandes, pero se desiste de ello. Lo dice el acta con la nota marginal que lo retracta. He aquí el acuerdo:
“Mandaron al Mayordomo de Fábrica envíe por un reloj a Flandes y se conforme con la campana que ahora tiene y conforme al tamaño envíe por la vitola.” (Cabildo, 17 de diciembre de 1529; Lib 3. fol. 37)
Al margen:
“Rectificóse este auto del reloj en el Cabildo del 8 de marzo de 1530.”
El 20 de diciembre de 1599 después de idos los holandeses:
“Se manda traer un reloj grande para el servicio de la ciudad con la campana grande que se oiga en toda ella.” (Cabildo, lunes 20 de diciembre de 1599)
El reloj llegó de Malinas, juntamente con las campanas, en 1601 en la embarcación de Pascual Leardín.
Su costo puesto en Las Palmas de Gran Canaria, según el recibo de Leardín, fue dos mis doscientos cincuenta reales.
Libras Sueldos Dineros Reales Costó el primer costo 63 10 6 Por derechos y gastos hasta embarcar 1 10 Por el seguro de Amberes hasta Canaria al 12 por ciento 7 15 Por flete 3 Por su encomienda al 24 por ciento 75 15 6 1.818 436 2.250 (Libro de Recuerdos, 1602-1622, fol. 13)
En 1651 se habla de otro reloj traído de Londres, pero no se nos dice si fue o no para la torre.
El descargo que se hizo de él sólo nos dice que Gonzalo Rodríguez Vázquez, vecino de La Orotava, lo trajo para esta iglesia por la cantidad de tres mil quinientos reales.
“Por 3.513 reales que se hacen buenos al señor chantre por tantos que pagó a Gonzalo Rodríguez Vázquez, vecino de La Orotava, del costo del reloj que trajo de Inglaterra para esta Santa Iglesia.” (Cuentas Particulares 1596-1671, fol 199)
Pero el reloj que hoy tiene la Catedral no es ninguno de los que hemos citado. Han desaparecido o destruido por los holandeses o estropeado por el tiempo.
El reloj actual fue traído de Londres en 1775, cumpliéndose el acuerdo del 11 de diciembre de 1773 que dice:
“Se acordó se escriba al señor hacedor de Tenerife para que valiéndose de la Casa Cólogan, encargue en Londres un reloj con arreglo a lo que dijere o diseño que hiciere el señor arcediano Barrios, y se asegure el riesgo que importare este encargo con el premio más conveniente.” (Cabildo, 11 de diciembre de 1773, tomado de Legajos Corrientes)
El reloj llegó en 1775 en la corbeta inglesa Scipion al mando del capitán Samuel Horhman según vemos en el recibo firmado en La Orotava por Juan Cólogan e Hijos el 18 de diciembre de dicho año, que se guarda original entre los Legajos Corrientes. Su importe total fue de 9.948 reales:
“Razón del costo de un reloj que de orden del muy Ilustre Señor Deán y Cabildo Eclesiástico de Canaria comunicada por el señor doctor don Rafael José Ramos Perera, prebendado de la Santa Iglesia y su hacedor en esta isla hicimos venir de Londres y condujo a este Puerto en la corbeta inglesa el Scipión el capitán Samuel Horhman, el que remitimos a dichos señores en el barco que es maestro Pedro Gómez, según su conocimiento a saber.
Libras Sueldos Dineros Reales Por el primer costo del dicho reloj con todo lo necesario hasta encajonarlo según la cuenta que acompaño dada por Igss y Evans, relojeros de dicho Londres y traducido en el castellano que importó 147 15 Por costos por llevar al embarcadero y poner a bordo los incluidos en los costos de otros efectos que nos remitieron nuestros corresponsales Burgos y Pollar 15 Por la comisión de compra al dos por ciento 2 1 4 Por seguro L. 155 sl 21 por L. 100 y póliza 1 4 La comisión de haber dicho seguro al medio por ciento 15 6 153 18 10 9.236,4 Por premio que costó poner en Londres 6,50 reales corrientes recibidos anteriormente y costará el resto que se debe hasta completar los dichos 9.236 y 4 octavos al dos por ciento 164 5 Por flete de dicho reloj en cinco cajones según el recibo del Capitán Horhman 17 4 Por subir a la aduana 1 7 Por entrar a la aduana y sacar 3 1 Por llevar a bordo del barco 10 Por derecho de libres según las Reales Órdenes Por bajar a la playa 1 7 Por flete pagado al Maestro Gómez 100 Importó 9.948 reales corrientes que hemos recibido de dicho Señor Hacedor: los 6.500 en mayo de 1774 y los restantes 3.448 que ha entregado a nuestra orden quedando satisfechos... Puerto de La Orotava, 18 de diciembre de 1775. Juan Cólogan e Hijos.” (Legajos Corrientes 1775 y Cuentas Particulares 1747-1813, folios 85 y 95)
Este reloj de la torre de la Catedral se estropeó y hubo que llevarlo a Londres para su composición en 1794:
“Por ochenta reales y veinte maravedís que por acuerdo del Cabildo del 11 de julio de 1794 pagó dicho Hacedor al maestro Antonio Juan Cabral, costo de un cajón que hizo para acomodar el reloj que se remitió a Londres para su composición; consta de recibos del 23 de diciembre del referido año.” (Cuentas Particulares, 1747-1813, fol. 177 vt.)
El encargado de llevarlo fue don Carlos Rooney y suponemos sea el reloj de la torre. (Íbid. Fol 191 vt.)
Uno de los modos que tenían los canarios de demostrar su alegría en ciertos acontecimientos de su historia era soltar el reloj para que su campana loca sonara junto con las de la torre.
Así, cuando el 21 de abril de 1725 recibió carta el Cabildo del Pontífice y del Rey para que el día de San Joaquín fuera festivo,
“acordó aquella hora que fue a las diez que se repicase y soltase el reloj.” (Libro de Recuerdos, 1733-1743, fol 41 vt.)
Lo mismo se hizo cuando en 1734 llegó la noticia de que el arcediano titular don Francisco Pablo de Matos Coronado había sido nombrado obispo de Mérida en la Provincia de Yucatán:
“Se soltó el reloj y se repicó como es costumbre de las Santas Iglesias” (Ibídem, fol. 231)
“El 17 de octubre de 1804 se repicó una hora en esta Santa Iglesia y se soltó la campana del reloj de dicho templo por mandato del Cabildo en acuerdo del mismo día por motivo de haber venido la noticia de haberse elegido por Obispo de Arequipa del Arzobispado de Lima al arcediano titular don Luis de Encina.” (Libro de Recuerdos 1777-1807, fol. 2)
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