La campana más grande de la iglesia fortificada de San Bartolomé de Xàbia, conocida popularmente como la ''Bertomeua'' ha dejado de voltear debido al deterioro del cubículo donde asienta su eje.
SegÚn explicó ayer el párroco, Vicente Gilabert, la medida se ha adoptado para velar por la seguridad de este templo, que es Monumento Artístico Nacional, porque ''hace un mes que nos dimos cuenta de que la campana voltea inclinada y no recta, debido a que había cedido la piedra tosca del cubículo donde se apoya el eje de la Bertomeua”.
Esta inclinación provoca “un mayor desgaste de las correas de la campana cuando voltea, y aunque ahora mismo no hay un peligro real de que se caiga si la volteamos, queremos evitar cualquier riesgo”, indicó el sacerdote.
De todas formas, la Bertomeua no quedará muda y seguirá dando los toques, sólo que no podrá voltear hasta que no se arregle la situación actual. “Hay una solución bastante cara que implica la contratación de una grÚa”, afirmó el párroco, quien ya ha consultado el problema con diversos técnicos.
Las causas del desgaste provocado por la campana en la piedra hay que buscarlas tanto en el peso de la primera como en la antigüedad de la segunda.
La Bertomeua fue un regalo que hicieron los feligreses a la iglesia en el año 1942. Fundida por los hermanos Roses de Silla en ese mismo año, tiene un peso cercano a los 1.500 kilos, segÚn apuntó párroco.
El campanario, por su parte, fue construido en el siglo XVI, hace más de 400 años, y en piedra tosca “que es bonita, pero débil”.
El problema de la campana se une a las goteras que sufre la iglesia. Cada vez que llueve, las aguas consiguen filtrarse a través de la cubierta que está muy deteriorada, e incluso llegan a formar grandes charcos dentro de este templo.
En cualquier otro templo parroquial, la solución sería tan sencilla como encargar un proyecto y buscar financiación para reparar las goteras, pero la iglesia de San Bartolomé de Xàbia es Monumento Artístico Nacional, y cualquier actuación debe estar supeditada a la decisión de la Conselleria de Cultura.
La situación actual no es nueva. Hace ya varios años que cuando llueve con cierta fuerza en la villa, San Bartolomé se llena de agua. De hecho, el párroco, Vicente Gilabert, ha remitido a la Conselleria a lo largo de estos años, multitud de informes firmados por el arquitecto municipal donde se alerta de la urgencia de llevar a cabo esta reparación en el templo con el fin de evitar que se vaya deteriorando cada vez más. Hace unos diez meses aproximadamente, el párroco recibió la visita de los técnicos de Cultura “que revisaron toda la cubierta” y le informaron de que existía una solución costosa, pero viable.
SegÚn manifestó el párroco, estos técnicos “también me dijeron que había un compromiso serio de destinar 900.000 euros en la reparación de la cubierta por parte de la Conselleria”. La reparación, segÚn explicó, resulta muy costosa a causa de la propia estructura de la iglesia. “No tiene un tejado de tejas”, indicó Gilabert, “sino que es una terraza que cubre todo el perímetro, y las filtraciones pueden estar produciéndose a diez metros de donde cae la gotera dentro”. Por este motivo, las goteras no pueden localizarse para su reparación, sino que hay que levantar toda la cubierta y repararla si se pretende zanjar el problema.
Pese al compromiso de la Conselleria, refrendado por el conseller Esteban González en una rueda de prensa hace unos meses, de momento, no se ha habilitado ninguna partida presupuestaria para esta actuación, “ni tengo tampoco constancia de que lo hayan concedido”, apostilló el párroco.
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