El reloj solo sonará a las horas en punto - Autor: NIETO, Eduardo
No podrán sonar cada cuarto de hora como ocurría antes, y los repiques de misa se reducen de tres a un solo minuto
La decisión se ha producido sin que medie ninguna denuncia vecinal
Las campanas de la Catedral sonarán menos veces al día y durante menos tiempo. Esta semana han visto considerablemente reducida su presencia en el día a día de los vecinos y visitantes del centro, tras la decisión del cabildo catedralicio de eliminar los toques cada cuarto de hora. En otras palabras, solo se harán sonar a las horas en punto, y no a las y cuarto y a media, como ocurría hasta hace solo unos días. La medida parte de esta institución y aunque no viene motivada por ninguna queja, tiene como objetivo evitar posibles molestias a los residentes.
No es la única decisión que se ha adoptado para regular la sonoridad del primer templo de la diócesis. Los repiques de campanas, que se utilizan fundamentalmente para llamar a misa los sábados por la tarde y los domingos, aunque están presentes en otras conmemoraciones, han reducido drásticamente su duración, tras pasar de tres minutos a solo uno.
La iniciativa se ha producido de motu propio, sin que exista constancia de ninguna queja ni denuncia por ruido, según confirmó ayer la concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Málaga, Araceli González. El aparejador de la Catedral, Fernando Ramos, coincidió con la edil en que, aunque no se habían producido protestas ciudadanas, la decisión venía justificada por la necesidad de no distorsionar el descanso de los vecinos.
«La Iglesia tiene que estar en su tiempo, y hoy los horarios han cambiado y hay gente que trabaja de noche y duerme de día, o que viene de guardia y no se les debe molestar», y añadió: «Las campanas son alegremente sonoras, bonitas, forman parte de la ciudad y son necesarias para llamar al culto, pero sin deteriorar el descanso ni despertar a nadie».
Ramos explicó que junto a su sentido litúrgico las campanas adoptaron siglos atrás una función horaria: «Cuando no había relojes en las casas o estos eran muy costosos, las iglesias informaban de la hora que era»; algo que ahora ya no es tan necesario.
Aunque la Catedral de Málaga ha puesto el parche antes de que salga el grano, lo cierto es que existen precedentes cercanos de conflictos vecinales motivados por el ruido de las campanadas. Así ocurrió en la urbanización Cerrado de Calderón, donde las quejas motivaron la mediación del Área de Medio Ambiente, que acordó con la diócesis una restricción del horario en que se podían hacer sonar.
El caso más grave se produjo en Jaén, donde las denuncias de un vecino ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía obligaron al Ayuntamiento a imponer a la Catedral de esta ciudad medidas correctoras para reducir el volumen de los tañidos, que superaban con creces los niveles legales en el domicilio del afectado.
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