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© Dr. José SÁNCHEZ REAL (1980) © Campaners de la Catedral de València (2024) campaners@hotmail.com Actualización: 24-04-2024 |
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La finalidad de las líneas que van a seguir es salvar de la destrucción un todavía elevado nÚmero de piezas histórico-artísticas que están pasando desapercibidas; me refiero a las campanas de nuestras iglesias.
No creo que en el inventario que ha anunciado repetidamente el Ministerio de Cultura figure el capítulo de las campanas, y me gustaría que alguna de las personas ligadas al ministerio me rectificara, porque sería señal de que la situación no es tan grave como a mí me parece y que las campanas están ya catalogadas y no corren peligro pero mucho me temo que se dé la callada por respuesta.
Mi interés por las campanas nació en los años cuarenta. Serra Vilaró, el constante investigador de feliz memoria, me hizo saber que estaba preparando un trabajo sobre "la Capona", la campana que corona nuestra ciudad. Le ayudamos en aquella ocasión, como en tantas otras, el recordado Valentines y yo. Valentines puso sus conocimientos profesionales y su máquina fotográfica y yo la agilidad de mis años veinte, que me permitieron encaramarme, sobre el templete de "la Capona" para obtener fotografías de la decoración de la campana de los cuartos y copiar la inscripción que ostenta.
Cuando en aquellos días le ofrecí a Serra Vilaró las noticias que con relación a campanas había ido reuniendo en mis horas de archivo, no las aceptó. Él sólo quería tratar de "la Capona" y con esa inamovible idea redactó el artículo que se publicó en el "Boletín Arqueológico" de enero-marzo de 1949.
El tema de las campanas quedó adormecido hasta el pasado año que llegó a mis manos un cuadernillo de todos los gastos que se produjeron en 1405, en la fundición de una campana para el Miguelete de Valencia.
El contenido del modesto cuaderno de cuentas de unas pocas hojas, ha dado lugar a un estudio de casi un centenar de folios que posiblemente publicará la Universidad de Valencia, por su importancia. Con ese motivo también durante casi un año he vivido día a día la fabricación actual de campanas, y esto me ha permitido conocer mejor los secretos del oficio. 1
A los talleres de fundición, llegan campanas de todas las épocas como materia prima ya que se aprovecha su bronce para hacer otras nuevas.
En todo este tiempo de mi aprendizaje, han pasado por delante de mis ojos camino del horno muchas campanas relativamente modernas; un día me sentí obligado a interceder por una. Le pedí al dueño de la empresa que conservara aquella campana llegada del sur de España: su decoración era, como se suele decir, fuera de seria, el fundidor había sido un artista, y su antigüedad estaba manifiesta.
Inicié gestiones a todos los niveles con el fin de salvarla: oficiales y particulares, profesionales y familiares; mis esfuerzos fueron vanos. La campana fue condenada al crisol y en las vísperas de su destrucción, antes de que se troceara recogí todos los datos que pude sobre ella, y cualquier día los daré a conocer.
Esta campana, que no pude salvar, activó mi viejo interés por las campanas. Como aquella campana que llegó al taller de fundición pueden estar perdiéndose para siempre joyas que aÚn permanecen ignoradas en nuestros campanarios.
Así, pues, me he propuesto llamar la atención sobre este tesoro artístico no catalogado, desconocido para todos, y que está en peligro.
Mi plan de trabajo de este verano es pues, lanzar un aviso y pedir la colaboración de todos para salvar las campanas de nuestras comarcas.
He empezado por buscar en los archivos toda la documentación que haga referencia a ellas, reunirla con los datos que hoy se puedan recoger, y confeccionar un a modo de inventario. Sólo conociendo lo que tenemos podremos valorarlo y defenderlo.
Así, independientemente de lo que con este fin pueda organizar cualquier organismo o entidad, aquí hay tarea para todos. Hace falta que el más decidido, el más interesado, el más activo de cada lugar confeccione una ficha de las campanas que aÚn se conservan en su localidad, y recoja los datos siguientes.
Estos datos, acompañados si es posible de una fotografía del campanario en su conjunto y de alguna o de todas las campanas en su detalle, pueden enviarse a la redacción de "Diario Español", que me las hará llegar y que reunidos a los que se haya podido conseguir en los archivos, serán la base de unos artículos ilustradores.
Ha llegado la hora de salvar las campanas. Es necesario que estas líneas sean un toque a rebato, para evitar que se pierdan las viejas campanas que no fueron destruidas por las guerras y que ahora la paz las está haciendo desaparecer.
Hace unos domingos un catedrático de la Universidad de Barcelona se extrañó de encontrarme como perdido por una calle de una localidad cercana, solo tomando notas de lo que me llamaba la atención y, dirigiéndose a mí, me dijo:
- Qué fas per aquí, perdut?
y le contesté:
- Fent pàtria.
Aunque en estos tiempos hay quien evita hablar de ella, quizás porque crea que es un concepto militarista ligado a la guerra, mostrando su desconocimiento del complejo concepto, bueno es decir que en la paz, salvando campanas se hace Patria, de todos y para todos.
Y como hay que predicar con el ejemplo el próximo artículo lo dedicaré a las campanas de la iglesia mayor de Montblanc, consagrada a Santa María.
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© Dr. José SÁNCHEZ REAL (1980) © Campaners de la Catedral de València (2024) campaners@hotmail.com Actualización: 24-04-2024 |
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