Campanario de la catedral. Foto IDEAL
La noticia ha trascendido incluso fuera de la provincia. A muchos les suena a cachondeo. ¿Qué pasa con las campanas de la catedral?, preguntan los que viven fuera. Y es que con la iglesia hemos topado. Pocos antecedentes debe haber de un vecino que se queja de que las campanas de la catedral suenan demasiado fuerte, de que un juez del TSJA acepte esa demanda y dicte una sentencia favorable al vecino y de un Ayuntamiento que se ve obligado a abrir un expediente para reducir el ruido de las campanas.
Hacía meses que el TSJA había instado al Ayuntamiento de Jaén a tomar medidas para reducir el ruido y aún no se había hecho nada. Ante esto, el vecino, Antonio Rus, anunciaba esta semana que había acudido al juzgado contencioso-administrativo para que tome la medida provisional de precintar el foco emisor del sistema de toque de las campanas hasta que se lleven a cabo las medidas definitivas.
Este anuncio ha avivado una polémica que para nada estaba olvidada y que puede ser más delicada de lo que parece. Sólo un día más tarde de que Antonio Rus hablara ante los medios, la Concejalía de Medio Ambiente, tras una reunión extraordinaria y con el consenso de todos los grupos políticos, ecologistas y parte del movimiento vecinal, daba un plazo de un mes al cabildo catedralicio para que tome las medidas correctoras que sean necesarias sobre las campanas. Ojo, el vecino lo ha dicho en varias ocasiones: su intención no es que se quiten las campanas sino que suenen sin superar el nivel de decibelios permitido.
Pero aquí no ha quedado la cosa. La semana ha dado para mucho en el caso de las campanas. La iglesia no se conforma y está dispuesta a utilizar todos los recursos a su alcance antes de tener que reducir el sonido de las campanas. Por eso el cabildo se ha puesto ya manos a la obra y ha iniciado una campaña de recogida de firmas solicitando al Ayuntamiento que mantenga los toques de las campanas, considerándolos como un sonido tradicional de la ciudad.
Esta reacción era de esperar, sobre todo teniendo en cuenta que la mayor parte de la ciudadanía apoya que las campanas se mantengan tal y como están. Lo más sorprendente ha sido que la primera persona en firmar ha sido la propia alcaldesa. Ante esto, el concejal de Medio Ambiente ha salido de inmediato a la palestra y ha pedido también el apoyo de los ciudadanos a la campaña de recogida de firmas, aunque recuerda que la sentencia del TSJA no tiene en cuenta cuestiones como el acervo cultural.
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