El templo del Crucificado moreno de La Laguna se ha quedado sin sus dos campanas -sólo está la esquila- porque el actual Esclavo Mayor ha decidido restaurarlas ante el peligro anunciado hace 9 años.
Aunque su mandato sólo dure un año, el nuevo Esclavo Mayor de la Esclavitud del Cristo, Francisco González de Aledo y Buergo, en los pocos meses que lleva en el cargo está preocupándose por dos temas de gran trascendencia para la historia y patrimonio de La Laguna, como son la restauración del campanario y la imagen del Cristo lagunero.
Lo más curioso de esta actuación, como están valorando diferentes colectivos relacionados con la defensa de la ciudad, es que hace 9 años la gestora de la Esclavitud mandó a hacer dos informes sobre el estado de los dos citados elementos patrimoniales. Ambos destacaron que el campanario y el Cristo estaban en peligro, pero los escritos se quedaron en el cajón de los olvidos, contribuyendo a que el deterioro fuera en aumento.
El Esclavo Mayor dijo el pasado mes a EL DÍA que iba a intentar con su junta solucionar los citados problemas dentro de su mandato, y, si no fuera posible, dejarlos aunque fuera encaminados. Pero parece que los hechos van más rápidos que sus intenciones, ya que la pasada semana este periódico dio la noticia de la presencia de una red para quitar las campanas con seguridad, y ahora han empezado las obras de restauración.
Por todo ello, los laguneros ya están destacando que el Cristo saldrá en su día grande en las fiestas de septiembre con el repique de tradición y de historia de unas campanas que han sido elogiadas hasta por afamados poetas.
Las campanas han sido colocadas en la sede de la Esclavitud y ahora los técnicos procederán a la construcción de nuevos yugos de madera y herrajes de sujeción para que vuelvan a su lugar de origen. Pero antes de que eso ocurra, la parte de piedra deteriorada y otras zonas del campanario serán restauradas.
En principio, la Esclavitud ha decidido en solitario dar pasos para solucionar los dos citados problemas del Santuario de San Miguel de las Victorias, como son su campanario y su Cristo. El dinero, como dijo un investigador, tendrán que ponerlo los organismos oficiales como el Ayuntamiento de La Laguna, el Cabildo de Tenerife y el propio Gobierno de Canarias, ya que -precisó- "estamos ante uno de los bienes culturales más relevantes de Canarias, sobre todo ese Cristo que ya no se puede decir que es lagunero, sino tinerfeño, canario, nacional e internacional. Y digo esto porque he visto a personas de todo el mundo quedarse maravilladas ante la hermosa imagen de nuestro Crucificado".
