TORMO, Silvia - Las campanas del monasterio de El Puig vuelven a tañer
Las campanas del monasterio de El Puig vuelven a tañer
Los bronces han sido restaurados para recuperar toques tradicionales
Las campanas restauradas, ayer a las puertas del monasterio de El Puig.
Restauradas, limpias y con yugos nuevos, las dos campanas del monasterio de El Puig, de 600 y 480 kilos, volvieron ayer a la torre del campanario tras cuatro meses de intensa restauración.
Durante este tiempo se ha llevado a cabo un minucioso proceso de limpieza, que ha consistido en devolver a las campanas su color de bronce originario. Además, se han sustituido todos los yugos de hierro por yugos de madera y se ha cambiado el motor que hacía mover las campanas. Ahora el nuevo accionamiento de los bronces funciona con impulsos, lo que permitirá controlar la velocidad, los giros y el frenado.
Según explicaron ayer los técnicos de la empresa Manclús, encargada de la restauración, "con el nuevo motor se intenta recuperar la figura del antiguo campanero. Es posible gestionar, a través de un ordenador, los toques que necesite la parroquia o que quiera recuperar". De esta forma, y gracias al novedoso sistema, el monasterio de El Puig podrá recuperar toques de campana tradicionales, que ya no utilizaba. "Es una parte del patrimonio histórico y además, a través del ordenador se podrán hacer tantos toques como la parroquia necesite", explicaron.
Ayer, una grúa de 25 metros de alto volvió a instalarse en la explanada de la parroquia del monasterio de El Puig para devolver a María de las Mercedes de 600 kilos y a María de las Mercedes de 480 kilos a su lugar, lo alto del campanario. Curiosamente, las dos campanas se llaman de igual forma.
El proceso de colocación duró toda la mañana, bajo la atenta mirada de los vecinos de la localidad. La primera en subir fue la más grande del campanario. Su peso ronda los 620 kilos y tiene un diámetro de 1,02 metros.
Una hora después subía la segunda de las campanas, también de nombre María de las Mercedes. Esta campana data de 1940 y tiene un diámetro de 94 centímetros.
La restauración de estas dos campanas es la primera que se realiza en el monasterio de El Puig. Nunca antes se habían bajado desde que se colocaron en los años 40, y por ese motivo se encontraban tan deterioradas.
Además, de estas dos campanas, la torre del monasterio tiene dos más, aunque todavía no está prevista ninguna actuación. La más pequeña, María, pesa 24 kilos, tiene un diámetro de 35 centímetros y es la más antigua, data de 1777. Es la única campana fija y se utiliza para dar los toques del reloj. La otra campana que cuenta el monasterio es Merceditas. Es de 1958, pesa 37 kilos y mide 40 centímetros de diámetro. Esta es la única de la abadía que sigue tocándose al estilo tradicional.
