La torre de la iglesia de Llodio se ha convertido en un palomar. Los animales anidan allí desde hace años, pero su presencia está provocando problemas en el interior del campanario derivados de la suciedad que invade las escaleras, las vigas y los mecanismos de las campanas, el reloj y la iluminación. Para evitar más daños, los responsables de la parroquia iniciaron ayer los trabajos de acondicionamiento interior. «Vamos a limpiar la torre entera, desde el coro hasta la última campana», explicó Juan Carlos Pinedo, párroco de San Pedro de Lamuza.
Una empresa empezó a retirar ayer los primeros restos acumulados y, cuando termine, «inyectarán un producto en la madera para evitar que se deteriore», aseguró el párroco. La torre se construyó en el siglo XVIII y aunque ha sufrido reformas posteriores, se va a aplicar un tratamiento conservador a la madera de la estructura para que no avancen los daños ocasionados por la presencia de las palomas. A continuación, se aplicará un barniz protector a las vigas.
Los trabajos culminarán con la colocación de cuatro redes protectoras en los vanos del campanario. Ya hay una instalada en la fachada orientada hacia la Herriko Plaza y ha demostrado su eficacia, pero quedan por colocar otras tres en el campanario y otra más en la cúpula de la torre, donde hay otra campana.
Este método pretende controlar la presencia de palomas, que también han provocado suciedad en los canalones. Éstos se adecentarán más adelante. Por su parte, los bomberos realizan ocasionalmente limpiezas externas de la cúpula retirando las hierbas que crecen entre las piedras.
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