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© Unión - Web (2006) © Campaners de la Catedral de València (2024) campaners@hotmail.com Actualización: 19-04-2024 |
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Desde hace mucho años, más de los que yo quisiera, escribo un articulo para los días de Navidad, un articulo navideño, un articulo lleno de paz, de amor y amistad, de alegría. Pero este año, ahora mismo, tengo que atemperar el sonido de las campanas que suenan excesivamente a guerra y …¡estamos en Navidad! Y suenan “guerreras” porque me rebelo, y ellas conmigo, ante el afán o intención de suprimir cualquier simbolismo navideño por aquello de que estamos en una sociedad laica. ¡Y un jamón con chorreras, yo celebro la Navidad con el mas profundo sentimiento religioso del que soy capaz! Que cada uno lo celebre como quiera, pero sin imposiciones a golpe de decreto o descrédito o falsas tolerancias. ¡Feliz Navidad!
Y voy a rebuscar en los armarios las viejas figuritas de los pastores que van hacia el Portal para ofrecer al Recién Nacido, los pondré sobre el serrín y junto al corcho de las montañas para que alegren estos días con sus zambombas y panderetas, con sus canciones, con sus voces de felicidad. A ellos y a mi nos importa un bledo ni el que dirán, ni el que pensaran. Precisamente porque acepto de modo absoluto la libertad de los demás, proclamo mi verdad con total libertad, y de ese modo manifiesto respeto a los demás. ¿Por qué? Porque les transmito pacíficamente mis sentimientos y mis verdades y se las ofrezco porque pienso que lo que me hace feliz a mi, les puede hacer feliz a los demás. ¡Feliz Navidad a todos los hombres de buena voluntad, sin excepción alguna!
Estoy de acuerdo con que los verdaderos simbolismos, aquellos que nos incitan a ser mejores, los llevamos dentro. Por eso me rebelo, también me indigno, ante los intentos de suprimir todo símbolo religioso externo, porque la intención va un poco más allá: también hacerlos desaparecer de nuestro interior. Pues… ¡va a ser que no! Va a ser que esta Navidad cantare –aunque desafine y mucho- mas villancicos y felicitare mas estas fiestas, eso sin con un ¡Feliz Navidad! Rotundo y lleno de sentido.
Que cuando coman rodeados de sus familiares el turrón, tengan un recuerdo para quienas no tienen nada con que alimentarse. Que cuando sonrían a los demás y les deseen felicidad, se acuerden de quienes lloran su pobreza y su falta de libertad. Que cuando vean a los niños felices enseñando sus juguetes, sepan, les guste o no a unos cuantos, que esos juguetes nos recuerdan que estas fiestas son las fiestas de Navidad con todo su significado religioso, se acepte o no.
Con el sonido de las campanas y las zambombas de los pastores les deseo a todos, con el máximo respeto a su verdad, un millón de felicidades, esas felicidades que me han sido donadas en el Portal de Belén.
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