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Esta es a grandes rasgos, la historia del “matracón” o matraca de campanario de Novillas. Antiguamente, las matracas de mano se hacían sonar en los pueblos durante la Semana Santa, tanto en los oficios (Jueves y Viernes Santo) dentro de las iglesias, como en las calles por los niños anunciando la pasión y muerte de Cristo; popular mente se conocía a estos instrumentos como “matajudíos”. Asimismo, las matracas de campanario sustituían a las campanas cuyo sonido alegre debía enmudecer ante la solemnidad de esos momentos. Algunas de estas grandes matracas de campanario aÚn subsisten hoy en día en diversas iglesias repartidas por toda la geografía aragonesa y española. La construcción de nuestra matraca la podemos situar entre 1925 a 1930, con lo cual, su antigüedad rondará los 73 o 78 años. Pudiese haber existido anteriormente otra antigua matraca, aunque este dato no se puede confirmar. |
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Los encargados de construirla fueron Eustaquio Ruperte en el apartado de carpintería (también construía pequeñas matracas tipo martillo) y los hermanos Sixto y Antonio Gracia, en el de herrería. El cura en aquellos años era mosen Paco García. |
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La matraca se colocaba en un ventanal situado en la parte derecha de la iglesia cuando comenzaba la Semana Santa, para ser tocada manualmente en los citados oficios, retirándose para ser guardada en las bóvedas de la iglesia una vez termina da ésta. La costumbre de poner y quitar la matraca se perdió y se dejó fila en su ubicación con el consiguiente riesgo de deteriorarse ya que quedaba prácticamente a la intemperie. Dejó de tocarse a principios de 1955. |
