NÚÑEZ PEÑAFLOR, Marlem - El simbolismo de las campanas. Tercera llamada: puntualidad metodológica

3. Tercera llamada: puntualidad metodológica

De manera amplia y detenida se han expuesto los conceptos básicos que nos permitirán tratar de explicar nuestro objeto de estudio pero, ahora, el punto es medir dichos conceptos (convertidos en categorías de análisis) para comprobar nuestra hipótesis.

La parte metodológica constituye la viabilidad de medir, conocer y analizar aquella parte del trabajo que, sólo se encuentra "documentada" en los habitus y los sistemas simbólicos, propios de cada individuo. Con la finalidad de llegar a conclusiones lo más cercanas a la realidad del espacio social, retomamos ciertas consideraciones básicas de la hermenéutica (como método de explicación) para explorar y documentar determinados datos del inmenso banco de información elementalmente humano; más adelante planteamos el problema de la contextualización del significado y su relación con las formas simbólicas y; finalmente, la exposición de las categorías de análisis propias de este trabajo da pauta para empezar el trabajo de campo del cual emergerá la información a re-interpretar, analizar y explicar. Revisando la perspectiva de Ricoeur, Thompson rescata la idea de que a la hermenéutica profunda subyace la investigación social y en otros campos, el proceso de interpretación puede ser, y de hecho exige ser, mediado por una gama de métodos explicativos u objetivantes.

Para John B. Thompson, en la medida en que el objeto de nuestra investigación es un campo preinterpretado, "el enfoque hermenéutico profundo debe reconocer y tomar en cuenta las maneras en que las formas simbólicas son interpretadas por los sujetos que comprenden el campo sujeto-objeto. En otras palabras, la hermenéutica de la vida cotidiana es el punto de partida primordial e inevitable del enfoque de la hermenéutica profunda" (Thompson, 1993: 306).

Para poder reconstruir la comprensión y la (s) interpretación (es) de las formas simbólicas en los distintos contextos de la vida social, Thompson recomienda llevar a cabo entrevistas, procesos de observación participante y otros tipos de investigación etnográfica. Tal reconstrucción, continÚa el autor, constituye en sí un proceso interpretativo de la comprensión cotidiana; es una interpretación de las doxas, entendidas éstas como las opiniones, creencias y juicios sostenidos y compartidos por los individuos que conforman el mundo social.

Al elaborar un análisis interrelacionado entre las formas simbólicas y los contextos en que se producen y reciben por los individuos, que de manera rutinaria extraen sentido de ellas y los integran a otros aspectos de sus vidas, se toma en consideración una condición hermenéutica fundamental de la investigación sociohistórica.

Retomando los trabajos filosóficos, fenomenológicos y etnometodológicos de Wittgenstein, Thompson sugiere que subrayar la importancia de la interpretación de las doxas no significa que el estudio de las formas simbólicas deba reducirse solamente a esto. Por el contrario, la interpretación de las doxas es el punto de partida indispensable para el análisis, pero no es el fin del asunto.

3.1 Metodología de la Hermenéutica Profunda

Con la finalidad de evitar transformar un aspecto indispensable de la investigación en la totalidad de la investigación, Thompson propone hacer una ruptura metodológica con la hermenéutica de la vida diaria. Lo anterior no pretende relegar que las formas simbólicas son constructos significativos interpretados y comprendidos por los individuos que los producen y los reciben; por el contrario, se busca complementar con aspectos que surgen de la constitución del campo objeto, esto es que, las formas simbólicas son también constructos significativos estructurados de distintas maneras e insertados en condiciones sociales e históricas específicas.

La hermenéutica profunda, en tanto marco metodológico, comprende tres fases definidas, tales como: análisis sociohistórico, análisis formal o discursivo, e interpretación/reinterpretación.

Dentro del análisis sociohistórico, las formas simbólicas se producen, transmiten y reciben en condiciones sociales e históricas específicas, razón por la cual el objeto de este tipo de análisis es la reconstrucción de tales condiciones sociohistóricas. Para identificar las maneras en que se pueden examinar mejor estas condiciones; Thompson recurre a los escenarios espaciotemporales, a los campos de interacción, a las instituciones sociales, a la estructura social y a los medios técnicos de transmisión; cabe señalar que cada uno de ellos define un nivel diferente de análisis.

El análisis formal o discursivo comprende a las formas simbólicas como productos de acciones situadas que aprovechan las reglas y los recursos, que están a disposición del productor, pero también son algo más en la medida en que expresan o definen algo acerca de algo.

Para poner en práctica este tipo de análisis, podemos recurrir a la ayuda de los métodos semiótico, conversacional, sintáctico, narrativo o argumentativo.

El primer tipo de análisis es considerado por Thompson como el estudio de las relaciones que guardan los elementos que componen una forma simbólica o signo, y de las relaciones existentes entre estos elementos y aquellos de un sistema más amplio, del cual pueden ser parte esta forma simbólica o este signo.

El análisis discursivo es el referente al estudio de los rasgos estructurales y de las relaciones del discursoPor su parte, el análisis sintáctico abarca la gramática o sintaxis operativa en el discurso cotidiano.

El análisis de la estructura narrativa se refiere al discurso que recuenta una serie de sucesos, en la cual participa una constelación de personajes, y que combinados exhiben una trama.

Lo que puede llamarse como análisis argumentativo, consiste en reconstruir y hacer explícitos los patrones de inferencia que caracterizan al discurso.

Finalmente, la tercera fase del enfoque hermenéutico profundo es lo que Thompson define como interpretación/reinterpretación. Este tipo de análisis se construye sobre el análisis discursivo y sobre el análisis sociohistórico. "Localizado dentro del marco de la hermenéutica profunda, el proceso de interpretación puede ser mediado por los métodos de análisis sociohistórico, así como por los del análisis formal o discursivo" (Thompson, 1993: 318).

Para John B. Thompson, al desarrollar una interpretación mediada por los métodos del enfoque hermenéutico profundo, estamos reinterpretando un campo preinterpretado; estamos proyectando un posible significado que puede diferir del significado interpretado por los sujetos que constituyen el mundo sociohistórico. De esta manera, el punto de partida es la interpretación de las doxas (producto de a hermenéutica de la vida cotidiana), las formas simbólicas pueden ser analizadas más allá, esto es, tanto en sus condiciones sociohistóricas como en sus rasgos estructurales internos y, por lo tanto, pueden ser reinterpretadas.

La divergencia entre la interpretación lega y la interpretación profunda, entre la interpretación y la reinterpretación, crea el espacio metodológico para lo que Thompson describe como el potencial crítico de la interpretación.

3.1.1 Interpretación de la ideología e interpretación de la comunicación de masas

Para Thompson, la interpretación de la ideología es un proceso que recurre a cada una de las fases del enfoque de la hermenéutica profunda, pero las emplea de manera particular, con la perspectiva de subrayar las maneras en que el significado sirve para establecer y sostener las relaciones de dominación. Lo anterior se refiere al hecho de que esta interpretación "busca demostrar cómo, en circunstancias específicas, el significado movilizado por las formas simbólicas sirve para nutrir y sostener la posesión y el ejercicio del poder" (Thompson, 1993: 320).

Por su parte, las instituciones de comunicación masiva producen formas simbólicas para receptores que casi nunca están físicamente presentes en el lugar de producción y transmisión o difusión; generalmente la mediación de las formas simbólicas por medios técnicos de diversos tipos, implica un flujo unidireccional de mensajes del productor al receptor, de tal manera que con frecuencia es muy limitada la capacidad del receptor para intervenir en el proceso comunicativo.

a) Para Thompson, los procesos de a producción y transmisión o difusión de los mensajes de los medios, pueden analizarse apropiadamente por medio de una combinación de análisis sociohistórico y de investigación etnográfica (interpretación de las doxas).

Por medio del análisis sociohistórico podemos llegar a determinar las características de las instituciones dentro de las cuales se producen los mensajes, y a través de los cuales se transmiten o difunden a receptores potenciales. Por su parte, la interpretación de la comprensión cotidiana de las doxas, puede ayudar a esclarecer las reglas y suposiciones implícitas en el proceso de producción, incluidas suposiciones acerca del pÚblico y sus necesidades, intereses y habilidades. Estas reglas y suposiciones forman parte de las condiciones y códigos sociales que aprovecha el personal de los medios al producir y transmitir los mensajes de los medios.

b) Al centrarnos en la construcción del mensaje, podemos analizarlo como una construcción simbólica compleja que presenta una estructura interna, a partir del análisis formal o discursivo.

c) La recepción y apropiación de los mensajes pueden abordarse a través del enfoque sociohistórico y de la investigación etnográfica. A partir del primero, podemos examinar las circunstancias específicas y las condiciones diferenciadas socialmente, en las cuales individuos particulares reciben los mensajes de los medios.

Las circunstancias específicas se refieren a: ¿en qué contextos; en compañía de quién; con qué grado de atención y consistencia; los individuos reciben los mensajes?. Las condiciones diferenciadas socialmente, implican interrogarnos ¿de qué manera varía la recepción de los mensajes de acuerdo con consideraciones como la clase, el género, la edad, los antecedentes étnicos y la ubicación geográfica del receptor?

La investigación etnográfica puede ayudarnos a definir cómo entienden los mensajes y los incorporan a sus vidas diarias individuos particulares situados en circunstancias específicas; "esta interpretación de la comprensión cotidiana de los mensajes puede ayudar a poner de relieve las reglas y suposiciones que los receptores aplican a los mensajes, y por medio de los cuales comprenden estos significados en la forma en que lo hacen. También puede ayudar a subrayar qué consecuencias tienen los mensajes de los medios para los individuos que los reciben, incluidas las consecuencias que tienen en las relaciones de poder en que están inmersos otros individuos" (Thompson, 1993: 336).

Al llevar a cabo una interpretación ideológica de los mensajes de los medios a partir del enfoque tripartito, Thompson sostiene que el análisis de estos tres aspectos de la comunicación masiva puede conducirnos a una interpretación que busca la explicación de las conexiones entre los mensajes particulares, los cuales se producen en ciertas circunstancias y se construyen de ciertas maneras, y las relaciones sociales dentro de las cuales los individuos reciben y comprenden estos mensajes en el curso de sus vidas diarias.

3.1.2 La apropiación cotidiana de los productos massmediados

El análisis de la comunicación de masas y la interpretación del carácter ideológico de los mensajes de los medios, se complementan en un enfoque comprehensivo de la comunicación de masas: la apropiación cotidiana de los productos massmediados. Este nivel de análisis presenta seis momentos o etapas fundamentales:

a) Para Thompson, este enfoque resulta porque permite apreciar que algunas de las características de la apropiación cotidiana se vinculan con la naturaleza de los medios técnicos de transmisión, con la disponibilidad de las habilidades, capacidades y recursos necesarios para decodificar los mensajes transmitidos por los medios particulares, y con las reglas, convenciones y exigencias prácticas asociadas con tal decodificación. Elucidar los modos típicos de apreciación, implica identificar algunas de las maneras características en que los individuos reciben y captan los productos massmediados.

Este tipo de análisis requiere que se abstraigan las idiosincrasias y se busque especificar los rasgos comunes a una pluralidad de prácticas de recepción.

Al analizar los medios técnicos de transmisión en relación con las circunstancias reales en las que se reciben y asimilan los productos massmediados, podemos intentar elucidar los modos típicos de apropiación de estos productos, pues, "con todo, los medios técnicos de transmisión no determinan los modos característicos de apropiación, ya que estos medios también dependen de las condiciones, convenciones y capacidades que caracterizan a los contextos de recepción y a los receptores" (Thompson, 1993: 346).

b) La recepción y apropiación de los productos massmediados deben verse como prácticas situadas, esto es, como prácticas que ocurren en contextos sociohistóricos específicos, en tiempos y espacios particulares, aislados o en compañía de otros.

c) Sobre este punto, Thompson sostiene que las formas de recibir los mensajes massmediados son formas de actuar: y dentro de los contextos de la vida cotidiana, estas maneras de actuar pueden ser significativas para los individuos implicados, pueden ser entendidas como maneras de relajarse, de compartir experiencias con los demás.

d) Al recibir los mensajes massmediados, los individuos toman y emplean convenciones de diversos tipos que les permiten decodificar y entender los mensajes, y en este proceso también pueden evaluar, aceptar o rechazar los mensajes, tomar una posición frente a ellos, y así sucesivamente.

Al tratar de analizar el significado de los mensajes de acuerdo a la recepción e interpretación por parte de individuos, tratamos de reconstruir el sentido que dan los receptores a los mensajes que reciben; hacer explícitas las convenciones que emplean implícitamente para decodificar los mensajes; buscar aclarar si la comprensión cotidiana varía de manera sistemática en relación con las características sociohistóricas, por ejemplo, en relación con los antecedentes de clase. También podemos relacionar la comprensión cotidiana de los mensajes con las características sociohistóricas de los contextos de recepción.

e) Los mensajes transmitidos por medios técnicos no son recibidos sólo por individuos particulares en contextos particulares, "sino que también son comÚnmente discutidos por los receptores en el curso de la recepción o después de ella, y de este modo s elaboran de manera discursiva y se comparten con un círculo más amplio de individuos que pueden haber experimentado o no directamente el proceso de recepción" (Thompson, 1993: 348). Sobre este mismo punto, Thompson aclara que la apropiación de los mensajes mediados no coincide necesariamente con la recepción inicial de los mensajes, sino que por el contrario, con frecuencia implica un proceso progresivo de elaboración discursiva en una variedad de contextos. Asimismo, puede proporcionar un marco narrativo dentro del cual los individuos refieren aspectos de sus propias vidas, entretejiendo experiencias personales con la narración de los mensajes mediados o con la renarración de los mensajes vueltos a contar en consecuencia.

f) Debido a que este rasgo de apropiación es complicado, Thompson distingue cuatro tipos de interacción y cuasiinteracción:

3.1.3 Autorreflexión y Crítica

La justificación de una interpretación presupone un principio de imposición. Ahora bien, si nuestras interpretaciones son justificables, entonces son justificables en principio no sólo para nosotros como analistas, sino también para los sujetos que producen y reciben las formas simbólicas que son el objeto de la interpretación; a esto, Thompson lo define como el principio de la autorreflexión.

3.2 Variables

Llegados a este punto de la investigación, hemos identificado cuatro variables fundamentales que son: los medios de consumo cultural, la práctica religiosa, la apropiación simbólica y los vehículos de comunicación.

Medios de consumo cultural
Tomando en cuenta que "la clase, la etnia o el grupo al que pertenecemos nos acostumbra a necesitar tales objetos..." (Canclini, 1992: 09) y que, unas condiciones específicas de existencia producen unos habitus específicos; las prácticas y las formas de consumo generadas por esos habitus se presentan como unas "configuraciones sistemáticas de propiedades que expresan las diferencias objetivamente inscritas en las condiciones de existencia bajo la forma de sistemas de variaciones diferenciales que, percibidas por unos agentes dotados de los esquemas necesarios de percepción y apreciación, funcionan como unos estilos de vida" (Bourdieu, 1988 :170).
Está claro que los grupos y las clases sociales emplean los medios de consumo cultural puestos a su alcance y, de acuerdo a su habitus de clase producen ciertas prácticas y obras enclasables, posibilitando entre los agentes de un mismo grupo y entre los de grupos distintos el reconocimiento necesario y suficiente para conformar su identidad.
Cuando Néstor García Canclini afirma que el consumo puede hablar y, de hecho habla en los sectores populares acerca de sus aspiraciones a una vida más digna, nos percatamos de que al asumir -todos y cada uno de los agentes del grupo- esas aspiraciones como factores elementalmente comunes y humanos, tienden a consolidar sus relaciones a través de ciertos lazos de integración.
Cabe aclarar que las formas de hablar del consumo están determinadas por el uso y la apropiación, tanto de los medios de consumo cultural como de los objetos consumidos por parte de los agentes sociales.
Si a esto agregamos que el uso y la apropiación de los bienes culturales por parte de un grupo o clase social, varían dependiendo de sus capacidades de apropiación definidas por el capital económico, cultural y social que pueden utilizar para apropiarse material y/o simbólicamente de los bienes considerados, lo anterior quiere decir que mediante los medios de consumo cultural empleados por un grupo social, los agentes expresan y comunican su posición en el espacio social y por ende, generan principios de diferenciación social.
El establecimiento de diferencias sociales, es un proceso realizado por los agentes, considerando lo que es y lo que pueden hacer sobre el espacio social, en función de la posición que ocupan.
Práctica religiosa
La producción y reproducción de ciertas prácticas entre los miembros de un grupo, desarrolla en ellos capacidades y relaciones de unión, de pertenencia, así como de identidad; todas estas capacidades se logran a partir del reconocimiento de las prácticas como propias. De este modo, la identidad individual y/o colectiva se puede adquirir a partir de una práctica socio-cultural aunque, tal y como sostiene Gilberto Giménez (1997), una multiplicidad de pertenencias de carácter no territorial (como la identidad religiosa) se articula y se combina en todos y cada uno de los individuos del grupo con la pertenencia socio-territorial (Iglesia católica-templo).
Retomando la clasificación introducida por P. Centlivres, y retomada por Giménez, acerca de la identidad, podemos decir que la identidad adquirida a partir de la práctica (socio-cultural) religiosa del repique de las campanas es vivida, pues representa la vida cotidiana y el modo de vida actual de su región espacio-religiosa al mismo tiempo que combina elementos históricos, proyectivos y patrimoniales relevantes para la grey católica.
Sin embargo, las potencialidades de esta práctica religiosa no cesan ahí, pues al momento de que los feligreses y aquellos que no los son tanto incorporan a su propio sistema cultural las reglas, los símbolos y los valores expresados a partir del repique de las campanas, se lleva a cabo un proceso de interiorización capaz de expandirse y reflejarse en el establecimiento de lazos de integración que, dentro del mundo ritual, como sugiere Roberto Da Mata, puede expresar más de lo que expresa en su contexto normal.
Cuando la práctica religiosa se ritualiza, los practicantes satisfacen sus deseos y necesidades de acuerdo a la lógica del uso y de la producción de dicha práctica; cabe agregar que mediante esa lógica los individuos determinan el sentido(s) y el significado(s) colectivos. Desde esta perspectiva, la práctica religiosa genera procesos de intra-comunicación que, a su vez, posibilitan el contacto intercomunicativo con otro u otros grupos distintos.
Debido a que la práctica es producto de un habitus (interiorización de las reglas sociales como ley inmanente orientadora de la acción), las prácticas engendradas se tornan inteligibles y evidentes, produciendo un sentido comÚn. A esto hay que agregar la relación existente entre el habitus y la práctica: el habitus, definido como un sistema socialmente constituido de disposiciones estructuradas y estructurantes, es adquirido por los individuos a través de la práctica.
Apropiación simbólica
Retomando los aportes de García Canclini (1982) acerca de las culturas populares, vemos que éstas "se configuran por un proceso de apropiación desigual de los bienes económicos y culturales de una nación o etnia -o cualquier grupo social- por parte de sus sectores subalternos, y por la comprensión, reproducción y transformación, real y simbólica, de las condiciones generales y propias de trabajo y de vida" (Toussaint, 1982:217).
Considerando que dentro de un grupo la apropiación de los bienes económicos y culturales es desigual, podemos darnos cuenta de que se integran subgrupos, cuya apropiación comÚn de los bienes implica una sólida interiorización (individual y colectiva) del significado(s) y de la función de los objetos utilizados en sus prácticas. Ahora bien, cuando un grupo de individuos produce y reproduce creencias y costumbres mediante ciertas prácticas, sucede la instauración de la identidad como rasgo de reconocimiento y diferenciación social, cultural y simbólica.
Es imposible pensar que las diferentes apropiaciones nunca convivan, no se encuentren, no se relacionen o -como diría Jorge González-, no tengan contacto en algÚn punto. En términos de Bourdieu, esto se explicaría como la relación entre las distintas posiciones de la estructura social dentro de un campo.
Pero ¿cómo explicamos dicha relación?. Podemos intentarlo desde dos puntos: a) el primero tiene que ver con los procesos de integración social a partir de las prácticas socioculturales colectivas que, a su vez, son resultado de la conjunción de apropiaciones simbólicas; b) el segundo se refiere a que los miembros de un grupo entran en conflicto al entablar luchas por la apropiación de los bienes económicos y culturales, en tanto signos distintivos enclasados y enclasantes. Los individuos pueden esforzarse por distinguirse con o sin intención, lo cierto es que, la apuesta de las luchas simbólicas es la imposición del estilo de vida legítimo a través de la lucha por el monopolio de sus emblemas de clase, bienes de lujo, bienes de cultura legítima o modo de apropiación legítima de los bienes.
Como ya hemos mencionado, una de las características del consumo es que genera la apropiación de los productos en formas y niveles distintivamente mÚltiples, como consecuencia del volumen y la estructura del capital.
Tal y como sostiene Canclini, el consumo funciona como un mecanismo para comunicar las diferencias sociales de acuerdo a las formas en que se utilizan los objetos que se consumen, es decir, de acuerdo al significado(s) que se le asigna(n).
Tanto la lógica del funcionamiento de los campos de producción de los bienes culturales, como las estrategias de distinción, hacen que los productos requeridos para su funcionamiento estén predispuestos para funcionar diferencialmente como instrumentos de distinción entre las fracciones y entre las clases.
Como resultado de estas luchas, existe siempre una clase que cuenta con los medios para apropiarse de los bienes económicos y culturales, detentando así el monopolio de la legitimidad sociocultural. Desde su posición, la clase hegemónica dicta las reglas del juego de cada campo, de modo que intenta guiar y conducir a través de su influencia a las clases subalternas.
Vehículos de comunicación
Para que los miembros de un grupo social produzcan, reproduzcan y expresen sólidos lazos de identidad, recurren consciente e inconscientemente, individual y colectivamente, al complejo comÚn de imágenes y de símbolos que, materializados y objetivados a través de ciertas prácticas, dan sentido a sus relaciones, a su ser y a su devenir.
La producción del sentido permite a los individuos expresar su visión del mundo social, desde la posición que ocupan en la estructura social y de acuerdo al volumen y a la estructura del capital que poseen. Sin embargo, para hacer posible dicha expresión, el individuo elige entre la esfera privada y la pÚblica, o bien puede optar por pasar de uno a otro ámbito.
Independientemente de estas dos esferas, y continuando con la propuesta de Shutz, consideramos a la religiosidad popular como un ámbito de sentido a partir del cual el grupo se integra para reafirmar la legitimidad de ciertos valores y normas que rigen en un momento dado su acción. En otras palabras, "el ámbito es como el juego asociativo desde el cual se acepta proyectar una simbología" (Paoli, 1994: 29).
Desde el ámbito de sentido y más específicamente desde la enunciación, se emiten y se reciben mensajes cargados de sentido que orientan la acción humana. Los mensajes (tanto emitidos como los recibidos), son organizados segÚn un determinado Sistema Simbólico (SS), y la finalidad de éste define el sentido.
La parte fundamental del SS radica en los valores individuales y colectivos que generan normas e imaginarios espacio-temporales y que, al ser socializables, definen la percepción y el comportamiento de los miembros del grupo. La socialización lograda a base de este vehículo de comunicación, se da a partir de la funcionalidad del SS, a través de la cual "los contingentes humanos los adoptan y ciertas organizaciones los impulsan desde determinados ámbitos de sentido" (Paoli, 1994: 32).

3.3 Ejes de análisis

Como en toda investigación, resulta necesario aclarar cuáles son los conceptos o categorías de análisis que nos ayudarán a interpretar y a explicar el objeto de estudio. Siendo éste un trabajo cuyo eje de análisis principal es el simbolismo del repique de las campanas, y que por lo tanto está involucrado en el contexto de las prácticas socioculturales y religiosas, cuya trascendencia está determinada por sus manifestaciones dentro de la estructura social, las categorías que nos permitirán acercarnos al conocimiento de los mecanismos de instauración simbólica y significativa de la mencionada práctica cultural, son: la identidad, la integración, la comunicación y, la socialización.

Con la ayuda de estos conceptos, la discusión sobre las relaciones sociales entre grupos y clases desde el ámbito comunicativo pero, hacia los ámbitos social, cultural y simbólico, se torna como un ensayo inter y transdiciplinario que posibilita la interpretación de sentidos y significados de una práctica específica, pero que además nos dota de elementos para explicar (o acaso intentarlo) los simbolismos a través de los cuales los individuos manifiestan, re-producen y comparten su(s) concepción del mundo y de la vida, aÚn en sus relaciones contradictorias.

Para los fines de esta investigación, la identidad, la integración, la comunicación y la socialización, son las categorías de análisis con la capacidad teórico-explicativa para abordar la importancia de las posiciones sociales en la instauración de los simbolismos del repique de las campanas, y de sus mecanismos de reconocimiento social.

Considerando lo anterior, los datos analizables a partir de esta investigación son precisamente aquellas manifestaciones conductuales, de comportamiento y de expresión oral que denoten el reconocimiento entre las personas auto-denominadas católicas; la asociación cultural y religiosa; la convergencia de manifestaciones y expresiones religiosas, en torno y a raíz del repique de las campanas. Esto es, cómo a partir del repique de las campanas la gente asiste al templo o bien, si es capaz de comentar a qué tipo de celebración se refiere cada repique; y cómo expresa sus deberes religiosos entre y frente a los demás.

Sobre su construcciónÍndex generalPresencia e importancia de las campanas en América
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