GONZÁLEZ GUDINO, María Ángeles - Campanas de siempre - Recuerdos de todos

Campanas de siempre

Recuerdos de todos

María Ángeles GONZÁLEZ GUDINO
Valencia (2003)

Un día muy especial

Es el día de Corpus Christi. Son las once de la mañana. La “escuraeta”, tan típica en nuestras fiestas se extiende frente a la Catedral, en la plaza de la Reina, y entre sus cerámicas no pueden faltar numerosas pequeñas campanas con sus diminutos badajos.

Me encuentro en la plaza, frente a la puerta de los hierros de nuestra Catedral y mi pensamiento está confuso, pues se amontonan los actos a los que querría acudir. No quisiera perderme ninguno de ellos, pero esto va a ser imposible. A las doce en punto, ya que hace unos años cambiaron el horario, comenzará la magnífica Misa de Pontifical oficiada por el Arzobispo, en la Catedral y cantada por la Coral Catedralicia. Por sí sola, todo un espectáculo. A la misma hora, en la plaza de la Virgen comenzará el “pregón” con la Cabalgata del Convite y a esa misma hora desde el Miguelete se tocara el Vuelo del Mediodía.

Desde el día anterior esta plaza brilla como pocas veces lo hace a lo largo del año. El tapiz floral de motivo eucarístico y una gran custodia, realizada toda ella de flores, aunque alguna vez ha sido de dulces, costeada por el gremio de sucrers, presiden la plaza. Las rocas, esos carros triunfales sobre los que se representaban “els misteris” a lo largo de la procesión, y cuyo origen podemos fecharlo en 1413, sabiéndose que en 1,417 ya había varias y que en 1,512 eran doce, se encuentran colocadas delante de la fachada principal de la Basílica de la Virgen de los Desamparados, a uno y otro lado de su puerta principal, dejando espacio en la plaza a los demás elementos del Corpus.

Once son las Rocas que en la actualidad se exponen, encontrándose guardadas el resto del año en la Casa de las Rocas, construida para ese fin en 1435, verdadero museo corpusiano. Allí, en la plaza, podemos apreciar de cerca su belleza, su antigüedad y su magnificencia. La más antigua de las actuales, pues muchas fueron las que desaparecieron, fundieron o se volvieron a crear, es la Roca “Diablera”, “de Plutón” o de “L’infern”, llamada así por la cantidad de diablos que en ella se representan. Data de 1512, siendo reformada en 1542 y construyéndosele de nuevo la figura de Plutón en madera maciza en 1815. Se cree que viene a representar la dominación árabe, antes de la Conquista. Le sigue en antigüedad la “San Miguel”, construida sobre una anterior llamada del “Juicio Final” que sería dedicada al arcángel San Miguel en 1542, siendo en parte renovada en 1817. Se cree que representa la extirpación de la secta mahometana.

“La Fe”, llamada antiguamente del “Paraíso Terrenal”, se construía en 1542 siendo renovada en 1702, haciéndosele una nueva figura de la Fe en 1814 y se ha querido ver en ella el establecimiento y triunfo de la religión católica en nuestro Reino.

Otra antiquísima Roca es la de “San Vicente Ferrer”, construida en 1512 de dos rocas más antiguas y originariamente dedicada a San Vicente Mártir. La imagen del Santo con alas y espada flamígera recuerda la tradición de su aparición de esta forma sobre la puerta de San Vicente, en actitud de defender la Ciudad de la peste que se extendía desde Játiva y data de 1853, pues un año antes tras una caída había quedado destrozada.

“La Purísima” tiene también su origen en una roca anterior, la “María del Te Deum” de 1542, aÚn cuando la actual data de 1665, siendo restaurada y haciéndose nueva la imagen de la Inmaculada y de Judit en 1815, año en que como hemos visto se restauraron muchas de ellas. No podía faltar en la procesión del Corpus de Valencia una roca dedicada a la Inmaculada Concepción de la que Valencia fue ferviente defensora. “La Santísima Trinidad” se construía en 1674 y sobre ella se representaba el “Misteri de Adam i Eva”, presentes estos en la Roca en el momento de su expulsión del Paraíso. Es la Roca que más restauraciones ha necesitado. En la de 1702 se hicieron nuevas las figuras de Adán y Eva por Vergara el Viejo, rehaciéndose de nuevo en 1816. Representa la creencia del pueblo en el Misterio de la Trinidad.

La Roca “Valencia” se construía en 1855 con motivo del IV Centenario de la Canonización de San Vicente Ferrer y se hacía con restos artísticos de la antigua Casa de la Ciudad (Ayuntamiento), mientras que “La Fama” se realizaba en 1899 para la Cabalgata de la Feria de Julio por “Lo Rat Penat” y “El Círculo de Bellas Artes de Valencia”, regalándola al Ayuntamiento que la incorporaba posteriormente a la Procesión del Corpus.

“El Patriarca” es de 1961 realizada con motivo de la Canonización del Patriarca San Juan de Ribera, Arzobispo de Valencia y devotísimo de la Eucaristía como lo demuestra el hecho de que a in de mayor recogimiento establecía en el Colegio del Patriarca, por él fundado la singular Octava de Corpus que continÚa celebrándose en Valencia, cuya procesión viene representada en la Roca. “La Mare de Déu dels Desamparats” construida en 1995 para la conmemoración del V Centenario de ésta advocación dada a la Virgen del Hospital dels Folls por Fernando el Católico era patrocinada por el Excelentísimo Ayuntamiento de valencia y la sociedad Agricultores de la Vega, inspirándose la imagen de la Virgen en la que se conserva en el Capitulet.

La más moderna de las rocas, “El Santo Cáliz”, procesionaba por primera vez, después de haber sido bendecida en Roca por Juan Pablo II, en el año 2001, es pues una roca del siglo XXI, realizada gracias a la iniciativa de “Amics del Corpus”, tal vez por echar de menos una roca destinada al Santo Cáliz de la Cena, la reliquia más preciada de nuestra Catedral y que tanto tiene que ver con la institución de la Eucaristía, de la que el Corpus es su fiesta suprema. El Santo Cáliz, es fiel reproducción del original. A través de los 33 socarrats que la circundan vemos representados los distintos momentos de la Procesión General. Estos carros procesionales son elementos genuinos de nuestro Corpus, una más de nuestras facetas de demostrar nuestra religiosidad.

La antevíspera de la Fiesta, al caer la tarde, se van sacando “a mano”, las rocas de su Casa, para colocarlas en la próxima plaza de los fueros y de aquí ya tiradas por caballos, a excepción de la “Diablera”, que será llevada a mano por “Els Amics del Corpus” se trasladaran a la plaza de la Virgen donde quedaran expuestas hasta el día de Corpus por la tarde en que procesionarán en primer lugar.

La víspera de la fiesta, las rocas no están solas en la plaza, pues a ella se han trasladado también otros elementos del Corpus, los Gigantes y las alegorías. Los “gigantes” al día siguiente, junto con los cabezudos y tras la procesión de las rocas, y la “enramada” que cubre de murta el itinerario de la procesión, abrirán el desfile de las danzas que precede a la procesión propiamente dicha. Serán colocados junto a los balconcitos del Cabildo de la Catedral. Ocho son las parejas que estarán expuestas y que procesionarán: las cuatro más antiguas que representan cada una de las cuatro partes del mundo conocido en la época en la que ellos se incorporaban a la procesión, en 1589: Europa, Asia, África y América. En aquel año se sumaban a ellos una pareja de “nanos”o cabezudos, a la que posteriormente se añadieron otras dos. En estos “gigantes” vemos la adhesión de todos los continentes a la Eucaristía y en su conjunción con los “nanos”, que todos, altos y bajos, adoran al Señor. Con motivo del 750 aniversario de la Conquista se realizaron tres parejas de Gigantes formadas por el Rey D. Jaime y su esposa Doña Violante, una pareja de moros y otra de judíos, recuerdo de la tolerancia y convivencia en nuestra tierra de las tres culturas tras la Conquista, que pronto se incorporaban a la procesión del Corpus.

En el año 2002, en la víspera del Corpus se bautizaban en la Plaza del Carmen, en las puertas de la iglesia, una nueva pareja de gigantes, financiada por la Falla Na Jordana y regalada al Ayuntamiento para su incorporación al Corpus. Esta Última pareja de "gigantes”, formada por típicos representantes del pueblo valenciano, recibían el nombre de “Carmeleta” y “Vicentico”, demostración de que el pueblo valenciano se postra ante la Eucaristía.

Mas allá, en la plaza, se encuentran las “alegorías” de nuestro Corpus, que el resto del año, junto con las rocas, los gigantes y otros elementos se guardan en la “Casa de las Rocas”. Allí podemos ver las “Águilas de San Juan”, con flores en su corona, las dos pequeñas parecen significar la unión de la iglesia de Roma y España, de ahí las iniciales R y E que llevan, la grande al evangelista San Juan, conocido por “El Águila de Patmos”, ya que la paloma que lleva en su pico porta una cinta con las primeras palabras de su evangelio. Aunque su origen se remonta a 1404, las que vemos en la actualidad datan de la segunda mitad del siglo XX. Junto a ellas El Dragón de San Jorge, representado por un dragón alado, la Tarasca de Santa Marta, dragón de grandes fauces y la Cuca Fea de Santa Margalida, gran tortuga que representa al diablo dominado por la Santa. A las siete y media de la tarde, en este día de la víspera del Corpus, en la propia plaza se representará uno de los “misterios”. Este año será el de “Adán y Eva”, que ya se representaba en el siglo XVI sobre la Roca de la Trinidad, otros años se ha representado el misterio del “Rey Herodes o Degolla”, y aÚn un tercer misterio el de “Sant Cristòfol”, ya conocido en 1449, ha llegado hasta nosotros.

Esta víspera de la fiesta ha estado marcada por el repetido sonido de las campanas de nuestras Catedral, anunciándonos repetidamente que ya se acerca la gran fiesta de Valencia. A las 12 de la mañana el “Vuelo de Mediodía”, que incluye un villancico, ha lanzado al viento a “La María”, “La Ursula”, “La Violant” y a la anciana “La Caterina”, que reserva su canto para la Sagrada Eucaristía. A las cuatro de la tarde hemos vuelto a oír las campanas tocando a “Coro Obispal de Dos Paradas” con el repique de las campanas, el vuelo de “La Caterina” y luego el de “La María” para anunciarnos que van a celebrarse las primeras Vísperas solemnes y por Último a las ocho de la tarde nos acompañará el “Vuelo del Ave María”, vuelo de las campanas grandes anunciando la fiesta que incluye también un villancico. Antes de este toque se ha realizado una “Señal de aviso” en las parroquias tocando “La Caterina” y repicando “El Pablo”, para coordinar el vuelo de todos los campanarios de la Ciudad. No oiremos esta noche el toque de “cierre de la muralla”, pues las campanas deben quedar preparadas para el día siguiente.

La afluencia de la gente a la plaza de la Virgen ha sido continua durante todo el sábado, pero sobre todo a la caída de la tarde y por la noche, ya que a las 23 horas, en ella se celebrará el tradicional concierto de nuestra Banda Municipal. Mientras espera el comienzo del concierto o una vez finalizado este la gente se acercará a las calles de Caballeros, Bolsería y Avellanas a admirar el adorno de sus balcones, pues es tradicional que sea en estos puntos de la procesión donde con más esmero se engalanen las fachadas, en honor de la Custodia. El elemento floral y eucarístico es la nota predominante en ellos.

Pero volvamos a al día de la fiesta del Corpus. Desde hace unos años la celebración popular se ha trasladado al domingo siguiente al jueves de Corpus, ese jueves que representa el traslado del Jueves Santo, día de la institución de la Eucaristía, pero que por caer dentro de la semana de Pasión no permitía una celebración esplendorosa de tan importante misterio. De nuevo la plaza de la Virgen bulle de nuevo con la gente que se va acercando a ella para ver el “desfile del pregón”, también conocido como “Degolla”que comenzará a las 12 en punto. La policía montada y “les banderoles” (el estandarte y los dos guiones de la Ciudad) abrirán la comitiva. Tras ellos las distintas danzas o bailes del Corpus, todas ellas antiquísimas y con su significado espiritual. La primera de todas será la de “Chagants y nanos”, cuyo significado hemos comentado, que bailaran al una antigua danza al son del Tabalet y la Dulzaina, pero esa mañana solo la bailaran las tres parejas de cabezudos, ante los Gigantes apostados en la Catedral, a su paso por esta plaza, cuyo origen se remonta a 1589. A ellas seguirán otras más: “Cavallets y morets”, de 1615, que parece inspirada en las evoluciones ecuestres realizadas en la Edad media en las conmemoraciones y homenajes y que viene representada por ocho niños, vestidos de moritos, que portan un caballo de cartón y que viene a significar que hasta los infieles hacen testimonio de su adoración al Santísimo Sacramento, “La Magrana”, baile de cintas que representa a los judíos rindiendo acatamiento a la Eucaristía, “Els Arquets”, también conocida como “danza de las Polonesas”, de 1846 interpretada por un grupo de niños con arcos florales y cuyo significado debemos buscarlo en la alegría por la participación de los labradores en la Festividad del Corpus, “Els Pastorets” cuya presencia parece unida al Misteri del “Rey Herodes” y sus danzantes y la danza de “La Moma y los momos”, la más genuina de las danzas del Corpus.

En este baile, la virtud, la Moma, interpretada siempre por un varón, con blanco traje de mujer , coronada de flores y con la cara cubierta por un pañuelo, vence a los pecados capitales que la tientan, los momos, vestidos de amarillo y negro, cubiertos con pintoresco gorro que semeja a dragón. Posiblemente es el baile más antiguo y de mayor contenido didáctico- religioso de la festividad del Corpus. Las figuras bíblicas, las de los misteris y los soldados de Herodes “la Degolla” cerraran la “cabalgata del convite o Pregón, en el que la figura central será “El Capellà de les Roques”, antiguamente representado por el Capellán de la Casa de la Ciudad, que montado sobre su caballo, engalanado a la antigua usanza, con gualdrapa de terciopelo negro, con los escudos de la Ciudad bordados en plata, invita al pueblo valenciano a la Procesión. AÚn cuando el primer pregón del Corpus se realizara en 1355, parece ser que esta “cabalgata” se iniciaba mucho tiempo después, en 1516. Y a pesar de los siglos que lleva realizándose siempre resulta nueva y colorista esta cabalgata del Pregón.

Y a las 12 en punto de la mañana también comenzaran, de nuevo a tocar las campanas del Miguelete. En este día de la Fiesta han tocado ya a las siete y media, el “Vuelo del Alba”, vuelo de las campanas anunciando la inminencia de la Fiesta, a las nueve y cuarto se las ha vuelto a escuchar con el “Coro Obispal de Dos Paradas”, con el repique de las campanas y el vuelo de “La Caterina” y luego de “La María” para anunciar la Misa Obispal y de diez y media a once y media han interpretado los “Toques de la Misa Obispal” en sus diversos momentos: principio y Alzamiento a Dios y final, ya que la Misa Pontifical se realizaba, hasta hace muy pocos años, a las diez y media de la mañana, en lugar de a las doce. A esta hora las campanas de nuevo serán lanzadas al viento en el “VUELO de MEDIODÍA”, el Único Volteo General que se realiza desde el Miguelete, el más completo de todos y el Único momento en el que tocan todas las campanas históricas de la Sala de Campanas de la torre campanario de la Catedral, incluyendo de nuevo el volteo de “La Caterina”. A pesar de la musicalidad de este toque, mayor o menor, lo que más sorprende en él es su espectacularidad. Parece que se estableció como costumbre en el siglo XIX y va seguido de un villancico. Esta forma de tocar, junto al nÚmero de toques de este día, nos indica que nos encontramos ante la fiesta litÚrgica más importante de Valencia.

Tres actos a la vez y una sola persona para disfrutar con ellos. Me tenía que decidir, y este año lo hice por el espectáculo de las campanas, así es, que me dispuse a subir los interminables escalones de la escalera de caracol del Miguelete. Me lo tomé con calma y descansé a mitad recorrido. Antes de llegar a la sala grande que las alberga me sorprendió el espacio que guarda la campana “Eloy”, procedente del cercano campanario de Santa Catalina, y que fuera casa del campanero. Mientras subía oí como uno de los muchos jóvenes que delante llevaba, leyendo el nombre de las campanas, que venía impreso en la entrada, le comentaba a su vecino. “A mí me parece que les han puesto el nombre que les ha dado la gana”, no pude evitarlo y dije en voz alta: “si, pero tras bautizarlas”. Me dic pena pensar que no serían capaces de imaginar el antiguo y solemne ritual de la bendición de las campanas, que no podían llegar a entender la gran participación ciudadana que llegó a alcanzar tanto él como la propia fundición de una campana importante. No serían capaces de comprender lo que aquellas campanas y fundamentalmente las más antiguas, supusieron para los ciudadanos de Valencia, y mucho menos entender como llegaron a regir sus vidas.

Por fin llegaba al amplio espacio que constituye la Sala de Campanas y me sorprendió la cantidad de gente, agolpada, que allí se encontraba. Pensé por un momento lo difícil que iba a ser acceder a su interior, y eso que aÚn no eran las doce del mediodía, pero lo conseguí. Allí estaban la televisión y los campaneros de la Catedral de Valencia, pidiéndonos, estos Últimos, un mínimo de margen de seguridad antes de que comenzara el toque manual de las campanas de la sala. A las doce en punto comenzó el espectáculo. Era el toque del mediodía, el Único día en el que realizaban un volteo general de aquellas campanas. Primero fue un trío de las cuatro campanas menores volteando a la vez ( “El Pau”, “L’Ursula” y “La Violant”, y a ellas se fueron sumando progresivamente las demás (“L’Andreu”, “El Vicent”, “La María”, “El Manuel”, La Bàrbera”, “La Catalina” y “El Jaume”, hasta voltear todas a la vez. Su sonido llega a ser armónico, todas volteando menos “L'Arcis”. Era difícil seguirlas con la mirada. La cÚpula, gótica, de lo más acogedora, nos remontaba a tiempos ya lejanos y allí, en aquel espacio todo se llenaba con el sonido de aquellas campanas tiradas al viento. Era estremecedor, a la vez que algo ensordecedor. Las campanas seguían volteando una y otra vez, casi durante una hora, anunciando a toda Valencia que estábamos de fiesta, de una fiesta mayor, de la fiesta más grande de Valencia, que era la Fiesta del Corpus. Terminado el volteo general se fue despejando la sala, a él siguió el toque del villancico de “El Jaume” y aÚn me parece recordar algÚn otro toque menor. Me quedé en la sala todavía un rato. A ella había llegado Armando Serra y me presentó a los campaneros. Entre ellos se encontraba el alma de todos ellos, el patriarca de la saga de los Llop, un hombre ya entrado en años, enjuto y enamorado de las campanas, orgulloso de su título de campanero Mayor vitalicio de la Catedral, dado por su propia Majestad. Allí estaba él, con las postales de sus campanas, con los folletos, para el que quisiera cogerlos de nuestras campanas de la Catedral y de sus toques a lo largo del año. Me contaba como a diario subía a la sala de campanas, muchos días en más de una ocasión, y me sorprendió que a su edad, aquello no supusiera un esfuerzo, pues a mí, me había costado llegar a ella, y eso que soy mucho, mucho más joven. Ellos hicieron que me interesara por las campanas de nuestra Catedral, me contaron la electrificación de las de la Catedral de Tarragona y me dijeron la importancia de nuestro juego a pesar de ganarnos, con sus cinco campanas góticas, del siglo XIV, la Catedral de Mallorca, pero como ellos mismos decían, ninguna de ellas tan antigua como nuestra “Caterina”. Ellos mantienen visitable nuestra sala de campanas y con su labor contribuyen a mantener la atención en nuestras viejas compañeras.

No era la Única vez que volteaban y repicaban nuestras campanas en ese día. La habían hecho, como hemos visto, el día anterior y aquella misma mañana y lo repetirían por la tarde, a las cuatro, de nuevo con el “Coro Obispal de Dos Paradas”, esta vez para anunciarnos las Vísperas Solemnes, a las seis y media para dar la “Señal de Procesión General” con el vuelo de “El Manuel” para anunciárnosla, a las siete con el repique de campanas a la salida de la Cruz y comienzo de la Procesión, propiamente dicha, y de ocho a nueve y media, con los “Vuelos de la Procesión, vuelo de las campanas a la salida de la Custodia de la Catedral, cuando pasa por la Plaza de la Reina y cuando vuelve a la Santa Iglesia Catedral. A estos vuelos del Miguelete, se unirán los vuelos de las campanas de las parroquias por las que pasa la Procesión: San Nicolás, Santos Juanes y San Martín. Solo de nuestras antiguas parroquias queda muda Santa Catalina, al no tener campanas en su campanario.

Durante años, había oído el “Vuelo de Mediodía”, siempre sobrecogedor, mientras esperaba que comenzara la “Cabalgata del Pregón” o “Degolla”, pero nunca lo había vivido en su espacio natural y ¡Válgame Dios!, era algo asombroso, difícil de olvidar. Cierro los ojos y veo voltear a nuestras campanas, su sonido llega a molestar al oído por la resonancia que adquiere en aquella sal, siguen en él aÚn cuando ya han quedado mudas. Pienso que es lo más grandioso de este magnífico y singular Corpus de Valencia.

Por la tarde, cuando iba hacia la Catedral, para unirme a la Procesión General, solo podía pensar en la maravillosa experiencia de ese medio día y esperaba con ansia volver a oír la encantadora voz de nuestras campanas acompañándonos y marcándonos los pasos de la Procesión.

La procesión del Corpus de Valencia, es también singular, aÚn cuando ha perdido mucho del esplendor que llegó a tener en siglos pasados, siendo el gran acontecimiento de la tarde del Corpus. Ya no vemos en ella, a caballo a los timbales y clarines de la Ciudad, a los Reyes Magos, a los Maceros, Escribanos y Señores Regidores de la Comisión de fiestas, ni a los Alguaciles precediendo a la Carroza de honor, ni en su burrito a la “Mare de Déu de la burreta”, todos ellos iniciando la procesión con la Degolla y siguiendo a esta las rocas y la enramà, como en la propia Procesión echamos de menos las pequeñas andas llevadas al hombro, de los santos patronales de nuestros gremios, así como los de los santos titulares de nuestros conventos e iglesias parroquiales, estas Últimas precedidas, cada una de ellas, por su respectiva Cruz Alzada. Sin embargo, como antaño, podemos ver en ella, pero a pie, a muchos de aquellos personajes, las banderas de nuestros gremios y otras instituciones están presentes en la procesión, que hoy viene abierta por el cuerpo de la Policía Local montada, con su uniforme de gala y en ella podemos distinguir varios momentos que nos recuerdan aquellas procesiones de varios kilómetros que recorrían las calles de nuestra Ciudad, cuyo itinerario ha variado poco desde entonces y que en la actualidad irá recorriendo desde su salida de la Catedral por la Puerta de los Apóstoles, sucesivamente la Plaza de la Virgen, calle Caballeros hasta el Tossal, Bolsería, Plaza del Mercado calle de Mª Cristina, San Vicente, Plaza de la Reina, calle del Mar, Avellanas, Palau y Plaza de la Almoina, introduciéndose en la Catedral por la Puerta del Palau.

A las cuatro y media de la tarde, terminado de tocar el “Coro Obispal de Dos Paradas” comenzará la Procesión General. La gente, a pesar de lo temprana de la hora va agolpándose a lo largo de todo el itinerario. Abrirá el cortejo la Guardia Montada Municipal, a la que seguirá el desfile procesional de las Rocas por el itinerario de la Procesión, que una vez terminado, desde la Plaza de la Almoina se retiraran a la Casa de las Rocas. Es en este desfile tradicional acudir a ver la subida del Palau de estos carros procesionales y muy especialmente el de la Roca Diablera. Al llegar a este punto, se desenganchan los caballos que de ellas tiran dejando tan solo uno. Todavía podemos ver como se realizan apuestas, sobre todo con la “Diablera”, para ver si el animal es capaz o no, de salvar sin dificultad, es decir, sin caerse, el pequeño desnivel que existe en este punto. Tras las Rocas veremos los Carros de la Enramada esparciendo la “murta” por todo el recorrido que realizará la Custodia. A las cinco y media o seis, comenzará el Desfile de las Danzas, precedido de la “Senyera” flanqueada por los “Estandartes de la Ciudad” o “les banderoles”, portados por tres reyes de armas con cotas de seda, gorguera blanca, cabeza coronada con corona dorada y blancas barbas, seguidos de todo el cortejo que forman los Gigantes, los cabezudos y las danzas del corpus, que irán representando los distintos bailes a lo largo de la Procesión. Mientras a las seis y media, el vuelo de “El Manuel” nos da la “Señal de Procesión General” anunciándonos que media hora después dará comienzo ésta. A las siete en punto el repique de campanas del Miguelete nos indica que se está dando comienzo a la Procesión, que la Cruz Alzada de nuestra Catedral, flanqueada por los Candeleros, ya sale por la Puerta de los Apóstoles, seguida de todo el cortejo procesional.

Durante casi media hora estarán repicando las campanas acompañando a la salida de este cortejo, en el que podremos ver desfilar las figuras bíblicas del Antiguo y el Nuevo Testamento, con sus atributos que las identifican, hubo tiempo en que desfilaron más de 100, el Arca de Noe, el Candelabro de los Siete Brazos, las uvas de los exploradores de la Tierra Prometida, la Escalera que llegaba al cielo, los personajes de “Els Misteris” ( el de “Adán y Eva”, “San Cristóbal y los peregrinos” y el del “Rey Herodes”), los santos Eucarísticos y las alegorías, es decir, las tres Águilas, el Dragón de San Jorge, la Cuca Fera y la Tarasca. Todo ello entre las distintas parroquias, gremios, órdenes religiosas, y otras instituciones de índole religiosa o cívico-religiosa, todos ellos con sus estandartes. También veremos desfilar la personificación del Ángel Custodio de la Ciudad, los ocho heraldos representados por “vegueros” con cota y tunicela roja y amarilla, cada uno de ellos con un escudo en su brazo izquierdo con las armas de la Ciudad y uno de sus protocolarios títulos: Ilustre, Egregia, Fiel, Magnífica, Coronada, Insigne y dos veces Leal, y una vara en su mano derecha, cuya parte posterior lleva el escudo de la Ciudad y que antaño servía para señalar o descubrir la cabeza de los espectadores que no lo hacían al paso de la Custodia, y “Els Cirialots”. Estos Últimos desfilaron ya en 1382 en nÚmero de 12, doblando el nÚmero en 1395. Recuerdan los 24 ancianos que segÚn el Apocalipsis participan en la Liturgia Celestial adorando al Cordero de Dios y que también representan a la Ciudad, cuyo escudo ostentan. El Tintinábulo y Umbela, El Ministro Pertiguero de la Seo, el Perrero de la Seo, los Incensarios y la Escolanía preceden a la Custodia. La Custodia es el centro y corazón de la procesión. A su paso por las calles de Caballeros, Bolsería y Avellanas, los pétalos de rosa que le tiran desde las ventanas, le llueven, cubriéndola por completo, en un acto de adoración y respeto del pueblo valenciano. No es la magnífica custodia gótica que Joan de Castellnou realizara en 1456, de plata oro y piedras preciosas que fuera fundida en 1809, durante la invasión francesa, para hacer moneda, sino la realizada y sufragada por suscripción pÚblica en 1952, en la que se trabajó durante trece años y que representa una de las obras de orfebrería más importantes del siglo XX. La Escolanía, situada en puntos claves del recorrido, acompaña con sus cánticos el paso de la Custodia. La Senyera, los dos cabildos, catedralicio y municipal, buen nÚmero de autoridades tanto religiosas como civiles y militares, la Banda Municipal y un Cuerpo del Ejército, que le rinde honores, cierran esta procesión del Corpus de Valencia, en la que el Ayuntamiento, como en ningÚn otro lugar, tiene una activa e intensa participación.

De él son las Rocas, las alegorías y muchos de sus elementos, es él, el que contrata las danzas y a través de las muchas figuras que le simbolizan (La Senyera y les banderoles, el Ángel Custodio de la Ciudad, los heraldos con sus títulos y los propios Cirialots) en ella participa, sin olvidar el lugar preferente nuestra Senyera y nuestras autoridades municipales, así como la participación en ella de nuestra Policía Montada y nuestra Banda Municipal. Como es fundamental la participación del pueblo valenciano, a través de “els Amics del Corpus”, en la permanencia de los personajes que en él se representan.

Todo en este día es mágico en Valencia, y a ello contribuye sin duda el sonido de nuestras campanas lanzadas al viento. Alguna de ellas, “La Caterina”, es anterior a aquel año de 1355 en el que la Procesión del Corpus salía de las iglesias en nuestra tierra, podría contarnos toda su historia, desde sus comienzos hasta nuestros días, pues es más anciana que ella. Conoció su época de esplendor, los Reyes que ex profeso vinieron a verla, sus épocas de decadencia y su nuevo resurgir.

Ya ha pasado tiempo desde entonces y continua impactado en mi cerebro el recuerdo del “Vuelo de Mediodía” desde la Sala de Campanas del Miguelete, veo a los campaneros tirando de las cuerdas de sus campanas, obligándolas a voltear, veo sus badajos chocar contra sus copas. Todo es humano en aquel extraordinario movimiento de las campanas de nuestra Catedral, por ello pienso que vale la pena que los valencianos, que nuestros visitantes, puedan disfrutar de este espectáculo, hoy puede decirse que Único en España y periódico, siempre en nuestro Corpus, y ruego a Dios para que siga manteniéndose durante muchos siglos más, pues ellas, nuestras campanas forman parte integrante de las tradiciones de nuestra tierra.

Toques manuales desde la Catedral de Valencia

Cincuenta y nueve son los días que el grupo de campaneros de la Catedral de Valencia, pertenecientes al Gremio de Campaneros de la Comunidad Valenciana, hacen sonar manualmente las campanas históricas de la torre campanario de nuestra Catedral, y lo hacen interpretando los toques de la Consueta Nova, actualizados por la Consueta de Herrera de 1705. Un día, el de Viernes Santo hacen sonar tan solo la matraca, pues este día, en señal de luto, no suenan las campanas. Son pues sesenta los días que ellos suben a la Sala de Campanas del Miguelete para hacer sonar sus campanas o su matraca.

Dentro de los toques que interpretan los campaneros de nuestra Catedral se encuentran:

Vuelo del Alba
Se toca a las siete y media o a las ocho de la mañana. Es un vuelo de las campanas anunciando la fiesta. Se toca en la madrugada del día de la fiesta del Corpus, de la Virgen de Agosto (Virgen de la Asunción) y de la Virgen de los Desamparados. En este Último día se produce además el volteo de la María al Alzar a Dios en la Misa de Infantes y el volteo de campanas al terminar la misa.
Coro Obispal de Dos Paradas
Cuando el cor se toca por la mañana, normalmente anuncia la Misa Obispal en las diferentes fiestas litÚrgicas, anunciando los “Laudes” y la fiesta de la mañana, el día de la Fiesta LitÚrgica Nuestra Sra. De los Desamparados, víspera de su fiesta pÚblica. En muchas ocasiones se une a otros toques como son los “volteos” o los “repiques” s oliéndose tocar a la nueve de la mañana, aunque el día de Navidad, el Uno de Enero ( Santa María) y el Domingo de Pascua se hace a las nueve y media El Domingo de Ramos va seguido del repique de campanas. Este toque consiste en el repique y volteo de “La María”, menos en la víspera y en la fiesta del Corpus, en las que es más extenso, ya que se trata de un repique de campanas y vuelo de “La Caterina” y luego de “La María”. Cuando el toque se realiza por la tarde anuncia las primeras Vísperas Solemnes y las Vísperas Solemnes, realizándose a las cuatro y media de la tarde, a las seis o a las siete, segÚn la festividad de que se trate. En algunos casos se toca a “coro y repique” o a “coro y volteo”. Se toca solo “A Coro” el 1º,2º y 4º domingo de adviento y el 1º,2º,3º y 5º de Cuaresma a las nueve de la mañana, y las primeras vísperas de la Virgen de los Desamparados. El toque de “Coro y repique” se da siempre por la tarde, generalmente a las cuatro y media y va seguido del volteo de campanas a las siete y media u ocho de la tarde tocándose en las vísperas de la Inmaculada, del Corpus Christi y de la Virgen de Agosto, y el día de Nochebuena, mientras que el “Coro y volteo”, que también se toca siempre por las tardes, se da el día de la Inmaculada, precedido del de “Coro a las nueve” y del “Vuelo del mediodía” y el día del final de las 40 horas, como toque Único.
Toques de la Misa Obispal
Se trata de distintos toques que marcan los momentos del principio, el Alzamiento de Dios y el final de la Misa Obispal.
Volteos del Traslado
Se tocan a las once de la mañana, en el día de la Virgen de los Desamparados, en cuyo caso son tres, un volteo a la salida de la imagen de su capilla, otro a la entrada de la imagen en la Catedral y un tercero al llegar el anda a la calle del Miguelete. Durante el traslado voltean las cuatro campanas menores (“el Racó”) y una de las cinco grandes. También se tocan los volteos o vuelos del traslado, en el traslado de la Virgen de Agosto (día de la Asunción), a la salida de esta de su Real Capilla y a su entrada en la Santa Iglesia Catedral.
Vuelo de Mediodía
Se trata del volteo de las campanas anunciando la fiesta. Se da en el día de la fiesta y en la víspera de algunas fiestas mayores. Incluye un villancico, toque de la campana grande, “La María” generalmente, y toque de las campanas menores “L’Ursula” y “La Violant”. En la víspera del Corpus Christi a ellas se suma “La Caterina”. Se da este vuelo el día de la Inmaculada, el día de Navidad, el domingo de Pascua, el día de San Vicente Ferrer, el día de la Virgen de los Desamparados, de Corpus Christi, de la Virgen de agosto y el 9 de octubre, día de la dedicación de la Catedral, así como en la víspera de la Virgen de los Desamparados y del Corpus Christi
Vuelo de Mediodía
Es el volteo general de las campanas del Miguelete, reservado para la Festividad del Corpus. En él el vuelo de las campanas anuncia la fiesta. Es el Único momento en el que tocan todas las campanas históricas de la Catedral. Parece que este toque se inició en el siglo XIX. Se trata de un toque más espectacular que musical.
Señal de Procesión General
Se realiza una media hora antes de realizarse la Procesión General mediante el vuelo de una de las campanas del Miguelete. Por las tardes se da a las seis y media de la tarde, ges la procesión suele iniciarse a las siete. En el día de Virgen de los Desamparados se hace mediante el volteo de “L’Andreu”. En el día del corpus el vuelo es de “El Manuel”. Cuando la procesión es por la mañana, como el día de San Vicente Mártir y el día de la Virgen de Agosto, la señal de procesión se da a las once de la mañana, y en ambos casos va precedida del toque de cor a las nueve de la mañana.
Repiques
Los repiques cuando se tocan por la tarde a las siete y media en invierno y a las ocho en verano, nos anuncian la fiesta, por eso se tocan en su víspera. En muchas fiestas es esta la Única participación de los toques manuales de la Catedral, como sucede en la víspera del día del Bautizo del Señor, en la de la Purificación, en la de la Santa Cruz, en la del Corazón de JesÚs, en la de San Juan, en la de San Pedro y San Pablo, en la del Cristo del Salvador y en la de Cristo Rey. Repican también las campanas a las 12 de la mañana en el día de la fiesta (en estas fiestas no se toca, como en otras, tal vez más importantes, el volteo de mediodía) el domingo Gaudete, el uno de enero, fiesta de la Circuncisión del Señor o Santa María, el domingo Laetare y el día de San José, siempre precedido por el toque “A Coro” a las nueve o nueve y media de la mañana. El domingo de Ramos y al inicio del año litÚrgico el repique del mediodía va precedido del cor a las 9 y un repique a las nueve y media, en el Domingo de Ramos y a las once de la mañana en el día del inicio del año litÚrgico. En algunas fiestas el repique de campanas se da la víspera por la tarde y el día de la fiesta a las 12 de la mañana, precedido este Último del toque “A Coro” a las nueve o nueve y media de la mañana, en la fiesta de Reyes, de Pentecostés, de la Trinidad, de San Jaime, y de Todos los Santos. También repican las campanas al inicio de la procesión, cuando sale la Cruz Alzada en las procesiones del Corpus Christi y de la Virgen de los Desamparados, y en el día de Jueves Santo a las siete y media de la tarde, estando precedido por el toque a cor a las 9 de la mañana y a las siete de la tarde.
Volteos
Las campanas voltean por las tardes a las siete y media en invierno y a las ocho en verano, anunciando la proximidad de la fiesta en la víspera de nuestras más importantes fiestas, (Víspera de la Inmaculada, de las 40 horas, de San Vicente Mártir y de San Vicente Ferrer, de la Virgen de los Desamparados, del Corpus Christi, de la Virgen de Agosto y del 9 de Octubre). Este volteo suele ser el “Vuelo del Ave María”, mientras que en el día de la fiesta, cuando en ésta se da la Procesión General, (Virgen de los Desamparados, Corpus Christi y Virgen de Agosto) suele ser el Último vuelo de la Procesión. Voltean las campanas, a la caída de la tarde, sin asociarse a procesión alguna, la Nochebuena y el Sábado Santo. Cuando el volteo se da por la mañana, lo hace a las 12, es el “vuelo de Medio Día” o el “Vuelo de Mediodía”, reservado a las grandes fiestas (Inmaculada, día de Navidad, Domingo de Pascua, día de San Vicente Ferrer, Virgen de los Desamparados, Corpus, Virgen de Agosto y 9 de Octubre) y a la víspera de la Virgen de los Desamparados y del Corpus Christi. Voltean además las campanas a las 11 de la mañana señalando la Procesión General de San Vicente Mártir y los traslados de la Virgen de los Desamparados y de la Virgen de Agosto.
Vuelos de la Procesión
Se dan anunciándonos el desarrollo de la Procesión General. Se trata del vuelo de las campanas durante la Procesión: A la salida de la Custodia, de la Virgen, o del Santo Patrono de la Catedral, cuando pasan por la Plaza de la Reina y cuando vuelven a la Santa Iglesia Catedral.
Vuelo del Ave María
Es el vuelo de las campanas anunciándonos la fiesta, El día de la Fiesta litÚrgica de la Virgen de los Desamparados, víspera de la fiesta pÚblica, este vuelo incluye un villancico, el toque de las campanas menores “L’Ursula” y “La Violant” y “La María”. En el día de la víspera del Corpus se da el vuelo de las campanas grandes anunciando la fiesta e incluye un villancico, también toca la María sola anunciando la fiesta, y antes del toque se da una “señal de aviso” en las parroquias, tocando la Catalina y repicando el Pablo.
A Muerto
Se toca el día de difuntos y la víspera del aniversario del Arzobispo (siete de Enero) en este Último día a las siete y media de la tarde. El día de difuntos se toca dos veces y por la mañana, a las nueve y a las 12.
Vigilia
Se toca el martes de carnaval a las siete y media de la tarde, anunciando la proximidad de la Cuaresma.
Repret
Este toque que se realiza a las seis de la tarde, se reserva para el día de San Lorenzo.
Matracas
Las matracas quedan reservadas para aquellos momentos en los que la liturgia prohíbe el uso de campanas en señal de duelo por, como sucede en Semana Santa, por ello nuestra Catedral limita su uso manual al Viernes Santo, tocándose a las nueve de la mañana y a las cuatro y media de la tarde y al Sábado Santo que se tocan a las siete de la tarde, mientras que una hora después, a las ocho se produce el volteo de las campanas.

Muchos son los días en los que el Ayuntamiento de Valencia patrocina los toques manuales de las campanas de la Sala de Campanas del Miguelete, tal y como viene haciéndolo históricamente, pues es él, el que se hace cargo de los toques de las más importantes fiestas litÚrgicas de la Ciudad, contribuyendo de esta forma a mantener y potenciar los toques históricos manuales de nuestra Catedral, y la pervivencia del tan antiguo gremio de campaneros, muy especialmente de los campaneros de nuestra Catedral, a la vez que permite que los valencianos y los que a nuestra Ciudad se acercan en esas fechas, puedan oír, con toda su pureza el esplendido sonido de nuestras viejas campanas.

Es el Ayuntamiento el que patrocina los toques de:

La Nochebuena y el día de Navidad
Desde antiguo en Roma se celebraba el nacimiento del Señor el día 25 de Diciembre, aÚn cuando la Iglesia Oriental lo celebrara el 6 de Enero, en sus comienzos, fecha esta en la que se celebra la Adoración de los Magos. Es la fiesta de la Navidad, o del Nacimiento de JesÚs una de las fiestas grandes de la Iglesia que tiene una octava privilegiada y el carácter particular desde antiguo de poder celebrar todos los sacerdotes, desde antiguo tres misas, que corresponderían a la idea del triple nacimiento de JesÚs, la primera, no puede comenzarse antes de la media noche y celebra el nacimiento temporal de Jesucristo en Belén, la segunda, llamada de la Aurora o del gallo solemniza el nacimiento de JesÚs en el corazón de los fieles y la tercera, que se celebra ya cuando es de día nos recuerda el eterno Nacimiento del Verbo en el seno del Padre. SegÚn la tradición cristiana tuvo lugar el nacimiento del Señor la noche del 24 al 25 de diciembre en Belén de Judá, como estaba profetizado. El día 24 de diciembre nuestras campanas tocan a “Coro y repique” a las cuatro y media de la tarde, anunciándonos las Vísperas Solemnes, volteando a las siete y media de la tarde anunciándonos el próximo nacimiento del Hijo de Dios. Voltean de alegría por la buena nueva. Por estas fechas son muchas las casas valencianas en las que se ha plantado un Belén, como también lo han hecho distintas entidades e instituciones, no pudiendo faltar entre estas Últimas nuestro Ayuntamiento, que todos los años, en frente de su fachada planta un hermoso Belén, con figuras de tamaño natural, ante el que, tras la Misa de Gallo, algunas corales que ha él se acercan entonan bellos villancicos, acompañados de la gente que va acudiendo a éste lugar para escucharlas. Allí, es ya tradicional que se acerquen nuestras autoridades municipales uniéndose al gentío hasta bien entrada la noche, pues es casi en la madrugada cuando se despeja la plaza. Valencia celebra así, la Nochebuena. El día de Navidad de nuevo tocan nuestras campanas, a las nueve y media de la mañana a cor, anunciándonos la Solemne Misa y a las 12, el “vuelo de medio día”, indicándonos que estamos de fiesta, pues ha nacido el Señor. Como Pascua importante antiguamente eran festivos tres días que hoy han quedado reducidos a uno.
La víspera y el día de Reyes
De nuevo en esta importante fiesta litÚrgica, nos acompañan nuestras viejas campanas. Desde los primeros tiempos de la Iglesia se viene celebrando el día 6 de enero como manifestación de la Divinidad de Cristo al hombre, a través de varios hechos de su vida: La Adoración de los Reyes Magos, el Bautismo de Cristo en el Jordán y el Milagro de la Conversión del agua en vino en las bodas de Canaa. Estos tres motivos se asociaron en el mismo día, en los primeros siglos de la Iglesia, aunque no conste que los tres hechos sucedieran un seis de enero. Se sabe sin embargo que Roma celebraba en esta fecha el triple triunfo de Augusto Cesar, pacificador del Imperio Romano, por ello no es de extrañar que la naciente Iglesia escogiera precisamente ese día 6 de enero para celebrar tres misterios de la vida de JesÚs, aÚn cuando no en todas partes se celebraran los tres con la misma solemnidad, pues mientras en la Iglesia Oriental prevalecía el Bautismo de Jesucristo en el Jordán, símbolo de lavar el pecado de la humanidad, del deseo de JesÚs de ser bautizado por Juan para salvarnos, en la Iglesia Romana lo hacía la Adoración de los Magos, significando la llamada a la Iglesia de los gentiles, la conversión en cristiana de la pagana Roma. A mediados de la Edad Media se hacía entrar junto a estos tres hechos otros más, como la multiplicación de los panes y los peces y la Resurrección de Lázaro. Es el 6 de enero el día de la Pascua de la Epifanía, nombre este que significa “El amanecer de la luz del día” y es una de las mayores fiestas de la iglesia, teniendo una octava privilegiada, pues en ella celebramos el “Bautismo del Señor”, dejando para el 2º domingo después de la Epifanía la celebración de las bodas de Canaa. Hasta cerca del año 376 en que se obligó a celebrar el Nacimiento de Cristo, como se hacía en Roma, el día 25 de diciembre, la iglesia Oriental, lo celebraba en éste día. Como todas las Pascuas tenía tres días de fiesta, refiriéndose a ella los domingos que le siguen formando todo un ciclo litÚrgico. Hoy solo el día seis es festivo pero ya la víspera comienza la celebración. El día 5 de enero, es el día de la Cabalgata de reyes, que termina en la Casa Municipal, con la adoración de los Reyes ante el Nacimiento, la subida de estos al Ayuntamiento y el reparto de juguetes, a todos los niños que a él se acercan. Y mientras transcurre la Cabalgata, a las siete y media de la tarde el repique de nuestras campanas se une al jolgorio de los niños valencianos que han salido a la calle a ver pasar a los Reyes Magos. Este repique nos anuncia la fiesta del día siguiente. Es el día 6 de enero, día de Reyes, el que los niños valencianos se levantan de la cama buscando lo que les han traído sus Majestades. Las campanas de nuestra Catedral mientras tanto tocando a cor a las nueve de la mañana nos anuncian la Solemne Misa, mientras que el repique de las 12 nos indica que estamos en día de Fiesta.
La víspera y el día de San Vicente Mártir
Las campanas de nuestra Catedral en estas fechas nos recuerdan que estamos ante uno de nuestros más antiguos patronos, al que se le atribuye la cristianización de Valencia. El terrible Martirio que sufriera en nuestra tierra el joven diácono aragonés, tendría una gran repercusión en todo el mundo cristiano. El propio Jaime I diría que gracias a su intercesión conquistó Valencia y pronto sería nombrado Patrono de nuestra Ciudad. A él debe su nombre el convertido Rey Abu Zeit, rey moro de Valencia y un gran santo Valenciano, San Vicente Ferrer, que vendría a nacer estando la Ciudad de Valencia celebrando la fiesta del Santo Diácono, por ello en la fiesta de éste se celebra también, en Valencia, la Fiesta del Bautizo de San Vicente Ferrer. Misa de Pontifical en la Catedral y Procesión General con la Santa Reliquia en honor y gloria de San Vicente Mártir, y Bautizo de San Vicente Ferrer, con la cabalgata del Bautizo en la Casa Natalicia e Iglesia de San Esteban. Y todo ello por la mañana. No podían olvidar las campanas de nuestra Catedral tan estimada fiesta para los valencianos y como hace siglos la pregonan en su víspera y en su fiesta. A ella se une el gremio de Sastres, del que San Vicente Mártir es Patrono. En la Víspera de la fiesta el toque “a coro”, a las cuatro y media de la tarde nos anuncia las Vísperas Solemnes, mientras que el “volteo” a las siete y media de la noche nos anuncia la proximidad de la fiesta. A las nueve de la mañana el toque “a coro” nos anuncia la Solemne Misa de Pontifical que tendrá lugar, como hemos dicho, en la Catedral oficiada por el Arzobispo y que irá seguido del “volteo” de campanas a las once, al iniciarse la Procesión General a los Santos Lugares. Se darán los volteos de la Procesión General al salir el Santo de la Catedral por la Puerta de los Hierros, para dirigirse a la capilla-pozo de San Vicente situada en la calle Cárcel de San Vicente, donde se cree fue azotado, muy próxima a donde estuviera el convento de Santa Tecla, hoy desaparecido y posible lugar donde se celebró el juicio, para desde allí dirigirse a la Cárcel de San Vicente de la plaza de la Almoina, al lado de la Cárcel de San Valero, donde se cree que Obispo y Diácono, estuvieron retenidos entrando finalmente de nuevo en la Catedral por la Puerta del Palau.
El día de San José. Patrono de Valencia y Patrono del Gremio de Carpinteros
En su honor nacieron las Fallas de Valencia, hoy nuestra primera fiesta. Su festividad se celebra el día 19 de marzo. Hoy los actos en su honor quedan limitados a la colocación de una corona de flores ante su imagen en el puente de San José y a la Misa que en ese día celebran las distintas comisiones falleras en sus parroquias y que institucionalmente se celebra en la Iglesia de las Escuelas Pías, como era costumbre del gremio de carpinteros en ese día. El Ayuntamiento de Valencia, en esta importante fiesta municipal ha querido honrar a su Patrono con la voz de nuestras más viejas campanas, tocando a cor a las nueve de la mañana anunciando la Misa Obispal y repicando a las 12 del medio día anunciando a toda Valencia la Fiesta.
La víspera y el día de San Vicente Ferrer. Patrono de la Ciudad y Reino de Valencia
Uno de sus principales patronos, como nos lo indica el toque de nuestras campanas y uno de sus hijos más ilustres y universales. Reconocido como el mayor taumaturgo que ha tenido la Iglesia en toda su historia y como uno de los políticos, teólogos, intelectuales y filósofos más influyentes de su época. Tal vez sea San Vicente Ferrer el valenciano más universal que ha dado nuestra Ciudad. Aquí, en su tierra, su fiesta se celebra como en ninguna otra parte del mundo, con los actos religiosos propios, entre los que se encuentran la celebración de la Misa de Pontifical, la peregrinación a su Casa Natalicia en ofrenda de flores y la Procesión General, visitando los Santos Lugares: Casa Natalicia, donde nació, Convento de Predicadores, donde profesó y fue Prior, San Esteban, donde fue bautizado, y la propia Catedral, en la que predicó e impartió clases de Teología durante cinco años, y con la participación del pueblo valenciano, que planta en su honor altares en la calle y muy especialmente de los niños que ante esos altares representan sus milagros. A fin de poder dar mayor magnificencia a la fiesta, a petición de Valencia, y por Privilegio Papal, esta se celebra el lunes siguiente al lunes de Pascua, en lugar del día 5 de abril, en que la celebra la iglesia entera. El Ayuntamiento de Valencia no olvida, en sus campanas, a tan insigne Santo y así, a través de los campaneros de la Catedral de Valencia llama a la fiestas con un volteo de campanas, en su víspera, a las siete y media de la tarde, y con una serie de toques a lo largo del día de la fiesta: toque a cor a las nueve de la mañana, preludio de la Misa de Pontifical, Volteo de mediodía, a las 12, casi coincidiendo con el inicio de la ofrenda de flores a la Casa Natalicia, de nuevo cor a las seis de la tarde anunciando las Vísperas Solemnes y Volteo a las siete de la tarde, al inicio de la Procesión General, seguidos de los volteos de la procesión, a la salida del Santo por la Puerta de los Hierros de la Catedral, y a su llegada a la Puerta del Palau. A estos volteos de las campanas de la Catedral se sumaran los de las parroquias por las que pasa la Procesión: Santo Domingo, la Congregación y San Esteban.
La Antevíspera, víspera y día de la Virgen de los Desamparados
La Virgen de los Desamparados, Capitana General, Patrona y Alcaldesa de Valencia es especialmente venerada en nuestra Ciudad. Su fiesta es una de las más importantes de Valencia. Se celebra el segundo domingo de Mayo y en ella la gente se vuelca en la calle. En fiesta tan importante no podía faltar ni la participación de los campaneros de la Catedral, ni la Colaboración del Ayuntamiento de Valencia, en los toques manuales. Es en la Única fiesta en que son tres, los días consecutivos que nuestros campaneros suben a la Sala de Campanas del Miguelete a fin de hacer sonar sus campanas. La antevíspera de la fiesta popular, víspera de la litÚrgica, a las cuatro y media de la tarde el “Cor bisbal de dos paradas”, con el repique y volteo de la campana “La María”, nos anuncia las vísperas. Al día siguiente, fiesta litÚrgica, a las nueve de la mañana el “Cor Obispal de Dos Paradas nos anuncia los Laudes y la fiesta de la mañana.
De nuevo a las doce en punto sonarán las campanas con el “Vuelo de medio día” anunciándonos la fiesta y las volveremos a oír a las ocho de la noche con el “Vuelo del Ave María”. A esa misma hora se rezará la Salve en su Real Capilla. La fachada de la Basílica se ve adornada de un bello tapiz floral de motivo mariano. A partir de esa hora la Plaza de la Virgen empieza a bullir, a ella van acudiendo los valencianos pues a las 11 de la noche dará un concierto nuestra centenaria Banda Municipal, al terminar este, no podía faltar en nuestra el castillo de fuegos artificiales y la gran “Dansà”. En ella nuestros grupos de bailes folklóricos, vestidos con sus mejores galas, al son del tabalet y la dolçaina, ocuparán toda la plaza bailando este solemne baile popular en honor de Nuestra Señora. Todo un espectáculo digno de ver, lleno del colorido que le otorga nuestro traje regional. Finalizada ésta y hasta bien entrada la noche se cantaran Albaes en honor de la Madre de Dios. Con Bailes y cantos populares el pueblo valenciano honra a su Patrona, le cuenta su amor hacia ella y le pide protección. A la plaza sigue acudiendo gente, no solo de la Ciudad, sino también de los pueblos de alrededor, esperando que abra sus puertas, hoy, las 5 de la mañana, antaño a las cuatro, la Basílica de Nuestra Señora, dejando entrar a la gente para poder estar presentes en la “Missa de Descoberta” . En ella el tapiz que la cubre en su Altar Mayor se recoge, dejando al descubierto poco a poco la Sagrada Imagen ante los ojos de sus devotos. Momentos de verdadera efusión de fervor del pueblo valenciano, solo superable por el que poco después veremos en el traslado. El pueblo le dedica piropos, le declamaran poesías y la vitorearan como Patrona, la iglesia esta a rebosar y aÚn hay quien terminada esta, se quedará en la plaza para asistir a las ocho de la mañana a la Misa de Infantes. Estamos ya en el día de la fiesta y ha sido esta la primera manifestación de amor hacia su patrona.
Bien temprano, de siete y media a ocho de la mañana las campanas de nuestra Catedral comenzaran a sonar con el “Vuelo del Alba” anunciando la fiesta, volteo de campanas previo a la Misa de Infantes y que se seguirá durante esta con el “vuelo” de “La María” al Alzar a Dios y el de las campanas al acabar la Misa. La Misa de Infantes, Misa Mayor concelebrada realizada en un altar para tal fin colocado en la plaza, en la fachada de la Basílica, bajo el tapiz floral que la adorna desde la tarde anterior, cantada por el coro de niños cantores de la Escolanía de la Virgen y con la presencia de nuestra Banda Municipal, será oficiada por el Arzobispo de Valencia, no siendo inhabitual la presencia de alguna otra alta jerarquía eclesiástica, y con él por el Cabildo Catedral y presidida por la Fallera Mayor Infantil de Valencia y su Corte de Honor, así como por nuestras máximas autoridades civiles y militares, habiendo gozado de la presencia de miembros de la Casa Real en alguna ocasión. La plaza está repleta de gente que ocupa también las calles de alrededor y que una vez finalizada la Misa, tras cantar el Himno de la Virgen y nuestro Himno Regional, no la dejaran, pues poco después, a las diez y media comenzará el Traslado de la Virgen, desde su Real Capilla a la Santa Iglesia Catedral, a la que entrará por la puerta de los Hierros. Durante tan corto recorrido, que durará una hora, el pueblo se abalanza sobre ella. Es difícil hacer una descripción fiel de este acto, que puedo considerar como singular.
Durante todo el recorrido, desde que la imagen asoma a la plaza la gente se agolpa para poder alcanzarla, le dicen piropos, acercan en vuelo a los niños a su manto, son muchos los que la tocan, volando sobre los que la llevan, la imagen se balancea, parece que va a caer, pero pronto la vemos de nuevo erguida otra vez, le llueven pétalos de rosa desde los balcones de la Plaza, siempre rodeada del fervor de su pueblo. Y durante una hora, mientras dura el traslado, las campanas se lanzan al viento, su volteo acompaña todo el traslado, sumándose así al fervor del pueblo valenciano. Un volteo nos anuncia la salida de la imagen de la Basílica, un segundo volteo acompañara al llegar el anda a la calle del Miguelete y un tercer volteo, cuando la Madre de Dios entra en la Catedral. Voltean las cuatro campanas menores, las del “Racó” y una de las grandes. A los “vuelos del Traslado” seguirá a las doce en punto el “Volteo de medio día”, anunciando a toda Valencia que estamos en Fiesta, que es el día de la Virgen de los Desamparados, nuestra Patrona. No podía faltar, en esta festividad tan valenciana, la presencia institucional de los fuegos, por ello a las dos de la Tarde, en la Plaza del Ayuntamiento se dispara una de sus magníficas Mascletás. Por la tarde, el volteo de “L'Andreu” a las seis y media, nos dará la señal de Procesión General”, mientras que la siete el “repique de campanas nos marcará el inicio de esta con la salida de la Cruz Alzada por la puerta de los Apóstoles de la Catedral.
El recorrido de la procesión será prácticamente el mismo que el de la Procesión del Corpus, aunque no finalizará en la Catedral, sino en la Basílica de nuestra Señora de los Desamparados, entrando en ella por la puerta situada a los pies de la Iglesia. Entre las ocho y las nueve y media de la noche se irán sucediendo los volteos de la Procesión, a la salida de la Virgen de la Catedral, a su paso por la Plaza de la Reina y cuando de nuevo vuelve a su Basílica, para permanecer en ella. A estos volteos de las campanas de nuestra Catedral, una vez más se sumaran los volteos de las campanas de las parroquias por donde pasa. No serán volteos manuales como los de la torre campanario de nuestra Catedral, pero honran igualmente e indican el paso de la Santa Imagen por ellas. Como en la Procesión del Corpus el fervor de la gente, amontonada en todo el recorrido, acompaña a su Patrona, a su paso por las calles de Valencia. Tres puntos son especialmente entrañables en este recorrido, el paso por la calle de Caballeros, el paso por la Calle de la Bolsería y el paso por la calle Avellanas, pues en ellos la profusión de pétalos de rosa que le tiran desde los balcones llega a cubrir la imagen hasta tal punto que prácticamente no dejan verla. La entrada de la imagen en su Basílica es también sumamente emocionante. Esta se encuentra totalmente llena por la gente que se agolpa para ver a su Virgen, no dejando casi el paso ni a las autoridades eclesiásticas ni a las civiles, ni tan siquiera a la propia imagen. Allí de nuevo le lanzaran piropos y vítores y le cantaran su Himno de la Coronación. En la Procesión, no falta la representación de las distintas cofradías, parroquias y otras instituciones religiosas y civiles, como no faltan tampoco las fallas, dando colorido a la misma. La Escolanía canta durante todo el recorrido, como lo hace también dentro de la Basílica, aquí acompañada de la voz de los valencianos que honran a su Patrona.

María Ángeles GONZÁLEZ GUDINO
Valencia (2003)

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