La realización de catas para restaurar la iglesia de Canet d'En Berenguer gracias a una donación anónima ha permitido hallar en el templo dibujos o grafitis realizados en el siglo XVIII por fieles como peticiones u ofrendas a su Patrona, la Virgen contra las Fiebres, así como restos de época romana y medieval. - Autor: TORTAJADA, Daniel / LEVANTE
Una familia de Canet d'en Berenguer que prefiere preservar su anonimato ha donado 800.000 euros para recuperar el campanario original que tenía la iglesia antes de la Guerra Civil y poder restaurar los desperfectos visibles en su fachada. Tras más de un año de trabajos previos, la parroquia ya tiene todos los proyectos listos y solo espera el visto bueno oficial para empezar las obras. Sin embargo, ese gesto altruista ya ha dado frutos inesperados, pues las catas e investigaciones incluso con drones han sacado a la luz unos hallazgos que abren la puerta a reescribir toda la historia de la localidad.
La razón es que se han descubierto restos de época romana integrados en la construcción y otros indicios que apuntan a que el origen de Canet «no estaba en una alquería árabe, como se sostenía hasta ahora, sino muchísimos siglos antes». Así lo explicó ayer el restaurador Marcos Roca durante el acto organizado por la parroquia para explicar la intervención proyectada y los hallazgos realizados. «Todo apunta a que había un templo en este mismo lugar hace más de 2.000 años y que hubo un puerto interior en Canet anterior al del Grau Vell, desde el que se llevaban mercancías a Sagunt por el río», apuntó; una teoría totalmente nueva que, como admitía Roca a Levante-EMV, «cambia radicalmente la historia local, que situaba su origen en una alquería árabe».
El estudio preliminar también ha permitido hallar en una pequeña dependencia unos dibujos o grafitis realizados en el siglo XVIII por fieles como peticiones u ofrendas a su Patrona, la Virgen contra las Fiebres. «Creemos que aquí se trasladó durante un tiempo el cuadro de la Patrona y es donde la gente le expresaba sus demandas u ofrendas, a veces dibujándolas en la pared», explicaba Roca, resaltando que en los muros se ven desde corazones a jarrones con flores o embarcaciones, pues se cree que se pedía protección a los marineros.
«Hay dibujos de barcos de todo tipo, desde velas latinas a militares o bien otros grandes de ultramar. Creemos que los dibujaban para pedir porque los marineros volvieran con vida, pues los barcos guardaban cuarentena cuando atracaban en lo que se cree que era un puerto interior de Canet desde la época romana», según ha explicado el restaurador Marcos Roca.
En esos dibujos incluso se pueden ver marcas «con las que contabilizaban las bajas por fallecimiento o aquellos que sobrevivían», ha explicado Roca.
También se han hallado pinturas de colores en muros sobre las que se colocaron hasta 40 capas de cal, el producto con el que desinfectaban las paredes en tiempos de la peste; ladrillos, elementos arquitectónicos y policromías del siglo XVIII, así como sillares y una columna de época romana; unos últimos datos que, como ha explicado el arquitecto Francisco Ribelles, se ven como indicadores de que era un lugar de culto en época romana. «Si más adelante se hacen excavaciones, se conseguirán pruebas, pero el desarrollo urbano de la ciudad apunta a esa dirección», decía a este diario.
Las obras impulsadas gracias a la donación anónima permitirán recuperar el campanario anterior a la Guerra Civil y hacerlo visitable a través de una escalera de caracol, además de reparar la fachada, que lleva tiempo con un cornisa enmallada para evitar más desprendimientos. «El campanario original sufrió una mutilación importante pero, por fotografías antiguas, lo vamos a poder reconstruir», explicó el arquitecto Francisco Ribelles junto a otros profesionales implicados en todo el trabajo.
A la presentación del proyecto no ha faltado el alcalde, Pere Antoni Chordà, quien ha agradecido tanto la donación realizada como el empuje del párroco, Manuel Ortí, para dar forma a esta obra que, como destacaba el mismo sacerdote, «dará otro motivo más de visita a la localidad». El vicario episcopal, Camilo Bardisa, se ha manifestado en la misma línea y ha admitido tener «envidia sana» de esta potente iniciativa, dado el estado del interior de la iglesia de Santa María de Sagunt, donde ejerce como párroco.
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