Para acabar el concierto se tocan las dos campanas a volteo, empleando las sogas no solo para levantarlas, como es habitual en Moya, sino también para enrollar las cuerdas y tocar, en un sentido o en otro, a gran velocidad. También se tocan las campanas "alternadas" (una detrás de la otra) o "apianadas" (las dos al mismo tiempo), lo que supone una adaptación a los distintos ritmos y movimientos de cada campana.