Inventario de las campanas de las Catedrales de España

Informe preliminar - Colegiata de la Encarnación - BAZA (ANDALUCÍA)

Introducción

  • El inventario de las campanas de las Catedrales de España: precedentes
  • Difusión del inventario
  • Necesidad de una actualización del inventario
  • El concepto de restauración aplicado a las campanas
  • El campanario como instrumento musical
  • Los toques de campanas tradicionales
  • Campanas religiosas y cívicas
  • Epigrafía y grafitos: la pequeña historia escrita de la torre
  • La protección legal de las campanas
  • Conservación del inmueble: los cables, los palomos y otras agresiones
  • La suciedad de las campanas: triple significado negativo
  • Actuaciones en el conjunto de campanas: la necesidad de un proyecto
  • Las condiciones para una restauración de las campanas de una Catedral
  • Propósito de este informe preliminar
  • Informe preliminar y Plan Director
  • Metodología utilizada

    Colegiata de la Encarnación - BAZA (ANDALUCÍA)

  • Informe preliminar
  • El inventario de las campanas de las Catedrales de España: precedentes

    El Ministerio de Cultura nos encargó, entre 1989 y 1991 la dirección del inventario de las campanas de las Catedrales de España, que fue realizado por diversos miembros del Gremi de Campaners Valencians. En su primera fase, el trabajo recogió las características de las campanas, de las torres y de los toques de las campanas de la Corona de Aragón. En una segunda fase se recogieron los datos de las campanas de otras veinticinco catedrales de una franja vertical de la península, que comprende la Andalucía Oriental, la Comunidad de Murcia, Castilla - La Mancha, la Comunidad de Madrid, parte de Castilla y León, el País Vasco y Navarra. En total se estudiaron 50 conjuntos de campanas.

    Difusión del inventario

    El inventario de las campanas de 50 Catedrales de España se difundió en tres ámbitos complementarios.

    En primer lugar se remitió la totalidad de la información al Ministerio de Cultura, donde figura en sus archivos. También se remitieron las correspondientes copias a los Cabildos de cada una de las Catedrales, a los Ayuntamientos correspondientes y a cada una de las Comunidades Autónomas, competentes en la conservación del patrimonio en su propio territorio.

    Finalmente, y no menos importante, la información se introdujo en Internet desde 1996, donde ha sido permanentemente actualizada. Esta es probablemente una de las mejores capacidades de la red y al mismo tiempo algo inquietante: la información, al ser constantemente puesta al día, es válida hasta la siguiente renovación, que puede ser inmediata. De este modo los datos corresponden al Último conocimiento sobre el patrimonio, cosa que no ocurre con las publicaciones, que de alguna manera son válidas hasta el momento de su edición y no más adelante.

    Necesidad de una actualización del inventario

    El trabajo realizado tuvo diversas carencias: en primer lugar estudiaba aproximadamente la mitad de los conjuntos catedralicios de campanas. Por otro lado, el difícil acceso a algunas campanas así como otras limitaciones, recomendaban completar el estudio. Cabe añadir a esto las numerosas actuaciones realizadas en la mayor parte de las Catedrales en estos últimos quince años. Incluso hay que tener en cuenta la aparición de nuevas catedrales, debido a la reorganización de las sedes episcopales.

    La aparición de nuevas tecnologías, como Internet, la fotografía digital o el análisis informático de los sonidos, así como la ampliación del estudio a la totalidad de las Catedrales, permitirá la elaboración de un estudio definitivo sobre un aspecto cultural poco conocido, y a pesar de todo, de gran valor emotivo y patrimonial.

    El concepto de restauración aplicado a las campanas

    Si entendemos bien el concepto de restauración, esta actuación pretende recuperar, poner en valor y difundir los valores originales de un bien patrimonial. Del mismo modo suponemos que el efecto patrimonial es un valor añadido, que convierte al bien, en su conjunto, como elemento que tiene y que da sentido a una comunidad. El concepto de restauración requiere un proyecto previo, unas actuaciones documentadas y en la medida de lo posible reversibles, y un informe final de las acciones realizadas. Por lo general el proyecto no es realizado por la empresa que efectúa la restauración, excepto en procesos muy especializados y que requieren actuaciones específicas y con amplio apoyo científico. Incluso, el proyecto es independiente del titular del edificio, aunque es conveniente, y a menudo necesario, que los usuarios intervengan en el proyecto, de modo que el bien restaurado pueda cumplir, en la medida de las necesidades actuales, con el propósito para el que fue concebido.

    Naturalmente, estos conceptos son usuales en las intervenciones tanto arquitectónicas como artísticas. No es preciso recordar que las empresas de restauración arquitectónica aplican un proyecto, redactado por un técnico superior y aprobado por las autoridades competentes, y que a menudo actúa el mismo redactor del proyecto de director de las obras. En las actuaciones sobre bienes muebles (desde obras pictóricas hasta orfebrería pasando por los documentos o por la indumentaria) no es inusual que un proyecto aprobado sea ejecutado por el mismo equipo técnico que lo propuso, pero éste está formado por especialistas, de titulación superior, y con una formación y una preparación teórica y tecnológica adecuadas.

    Del mismo modo los titulares de los bienes restaurados son conscientes que la restauración de estos objetos ha de seguir el proceso indicado: proyecto realizado por técnicos idóneos, autorización no sólo de los titulares sino y sobre todo de aquellas autoridades competentes, oferta pública atendiendo criterios de calidad, de reversibilidad y de aptitud técnica antes que de economía, documentación previa de los bienes así como un estudio final que justifique y explique las restauraciones.

    Pues bien: ninguno de estos conceptos es aplicado en el caso de los campanarios, las campanas y los toques. Se actúa por lo general sin proyecto, se carece de autorización administrativa y se elige la empresa no tanto por su competencia sino por su más bajo presupuesto.

    Este "modelo" de actuación, opuesto directamente al concepto de restauración y desde luego en clara contradicción con la legalidad vigente ha supuesto la destrucción de numerosos conjuntos de campanas, la refundición de campanas históricas así como la imposible ejecución de aquellos toques de campanas tradicionales que definían la personalidad a menudo multisecular del conjunto.

    Intentaremos, con este estudio preliminar, aportar elementos para recuperar los valores originales de un elemento patrimonial singular: el campanario, las campanas y los toques de la Catedral.

    El campanario como instrumento musical

    Hasta ahora se entendía que únicamente las campanas eran un objeto sonoro, o mejor dicho, un objeto que producía sonidos para anunciar acontecimientos religiosos. Ni siquiera se suponía que las campanas producían música, sino exclusivamente un ruido, más o menos armonioso, para llamar a la iglesia. Esta simplificación ha privado a las campanas, los campanarios y los toques de muchos de sus valores tradicionales.

    Nosotros proponemos una visión mucho más amplia y cultural de las campanas, los campanarios, las instalaciones y los toques, que enriquece a cada conjunto y que complica las actuaciones y los usos de este artefacto sonoro peculiar.

    Pensamos, en primer lugar, que se trata de un instrumento musical en el cual tanto la torre, con sus características acústicas, las campanas, las instalaciones y los toques, conforman una unidad cultural, en la cual cualquier modificación en uno sólo de sus elementos puede privarnos de un rico legado cultural.

    Decimos que el campanario es parte importante del instrumento: más allá de sus innegables valores arquitectónicos, la torre se construye para servir de referencia a la comunidad (valor icónico) y para transmitir mensajes colectivos (valor comunicativo). Por tanto la presencia de elementos aparentemente "añadidos", de mala arquitectura, se justifica para mejorar la acústica del conjunto. Y aún hay más, como diremos al hablar de los grafitos, el campanario es un elemento documental, que transmite numerosa información escrita sobre la pequeña historia del edificio.

    Las campanas son aquel objeto sonoro tan singular que suena, produciendo al menos cinco notas musicales, que algunos llaman armónicos y otros concomitantes. La campana es un objeto musical que suena siempre igual, si se conservan los accesorios originales, ya que estos no modifican las notas producidas pero sí cambian su potencia, destacando unas u otras, y afectando en consecuencia al timbre. Decimos que suena siempre igual: la campana produce, a lo largo de los siglos, el mismo conjunto de tonos, y es por tanto el único sonido cultural vivo que podemos escuchar del pasado.

    Las instalaciones determinan el modo de tocar la campana, y por tanto repercuten directamente en su sonoridad. Los yugos de madera, más antiguos, producen una sonoridad más melodiosa y potente, modificada por la distinta relación entre bronce y contrapeso, o incluso por la distinta ubicación de la campana: por lo general las más agudas instaladas en la parte alta del campanario o al menos en la parte superior de la sala, mientras que las graves se ponen, por lo general, en la parte baja, no tanto por su peso sino por una mejor difusión de las frecuencias más bajas. Las instalaciones determinan los toques posibles: campanas sin yugo no pueden voltear, y tampoco aquellas que están fijas. Del mismo modo ciertos badajos impiden el repique, mientras que otros, de diversos materiales, evitan la rotura frecuente. La distinta altura de las campanas no impide su toque: a veces existen técnicas para voltear grandes campanas a cinco y más metros de distancia, mientras que diversos mecanismos mediante cuerdas, poleas u otros ingeniosos sistemas, permiten el toque de dos o más campanas por una sola persona.

    Los toques justifican la existencia del campanario y de las campanas. Tradicionalmente ordenaban no sólo la vida de la Catedral, sino de la ciudad o incluso de la zona hasta donde llegaba el son de sus campanas. Los toques de las campanas marcaban los ritmos cotidianos, mucho más que los relojes, abrían o cerraban murallas, al tiempo que llamaban a oración; construían el calendario comunitario, mediante diversos toques que indicaban los rezos corales a laudes, a nona o a vísperas, y organizaban la vida ciudadana. También tocaban a muerto, señalando el sexo, la edad, la categoría social e incluso la pertenencia a ciertas asociaciones del fallecido, y acompañaban las procesiones y otros eventos espaciales, marcados y señalados con los correspondientes toques.

    Los toques de campanas tradicionales

    Los toques tradicionales son una de las aportaciones culturales más singulares de las Catedrales. Construidos a lo largo de los siglos, adaptaban la acústica de los edificios, el número de campanas, su instalación, las técnicas aplicadas para tocarlas a las necesidades de comunicación de un grupo social tan significativo como una Catedral y la rica vida litúrgica generada por el Cabildo.

    Hay que recordar dos puntos importantísimos con respecto a los toques de las campanas de las Catedrales en España: cada Catedral tenía una forma peculiar, un lenguaje propio en sus toques de campanas. Había, y aún quedan en parte, formas regionales de tocar las campanas, pero cada Catedral marcaba, con sus maneras, el estilo, los modos de tañer en su territorio. No hay, en absoluto, modos comunes de tocar, ni siquiera los toques de difuntos. En algunos lugares todas las campanas voltean, en otros no lo hace más que una pequeña; en muchos campanarios catedralicios las campanas oscilan, mientras que en otros el repique, esto es el movimiento de los badajos estando las campanas fijas, es algo prohibido.

    En consecuencia cada Catedral marcaba el estilo propio del obispado, la manera diocesana de tocar. Por tanto una actuación en el campanario catedralicio, aún hoy, sirve de modelo para las iglesias de la diócesis, en lo positivo… y en lo negativo. Del mismo modo, cada Catedral marcaba, construía y organizaba el paisaje sonoro de la ciudad, señalando el inicio y el final de los toques compartidos, desde la oración matutina hasta el toque más festivo.

    Ante esta inmensa variedad de actuaciones con las campanas no podemos considerar que unos u otros modos de tocar sean "superiores" o "más excelentes". Por el contrario, cada modo de tocar es fruto de un proceso de creación, más o menos culto, desde luego oficial, y que ha durado varios siglos. Su sustitución no puede deberse más que a causas extremadamente justificadas, y nunca estéticas ni de aplicación de normas actuales, como la afinación, a objetos más antiguos, como las multiseculares campanas medievales.

    Campanas religiosas y cívicas

    No es propósito nuestro entrar en una discusión interminable sobre la titularidad de las campanas, tema delicado que genera a veces apasionadas reacciones. Creemos que la titularidad, es decir la propiedad de unas campanas ubicadas en una Catedral, es un tema irrelevante, ya que se trata de bienes asociados a un monumento, y por tanto inamovibles. Parece mucho más importante hablar de los usos asociados a las campanas. De manera general las campanas asociadas a los relojes son denominadas campanas "cívicas", y desde antiguo se utilizan exclusivamente para el toque de horas y a veces de cuartos. También, de manera general, estas campanas asociadas a los relojes, pueden llevar el escudo municipal, pero en cualquier caso, y salvo muy contadas excepciones, ya tradicionales, no se "mezclan" con las otras. Las campanas del reloj están ubicadas, por lo general, en el mismo campanario, pero en un lugar diferente, ya que no se utilizan para los toques ordinarios. A menudo la campana de las horas, fija y antigua, tiene un badajo interior (las señales horarias se hacen con un mazo externo) para toques realmente extraordinarios, mientras que la de los cuartos incluso carece de este accesorio para el toque.

    La ubicación de estas campanas en la misma torre no es casual. Incluso son fruto de nuestra historia: mientras que en los Países Bajos, hace seis o siete siglos, construían torres diferentes para el reloj, a cargo del municipio, y para las campanas de la Catedral, a cargo de la Iglesia, nosotros, mediante "Concordias" u otros convenios, ubicábamos en un mismo edificio campanas con diferentes usos. En consecuencia deben mantenerse estos usos separados, manteniendo esta ubicación altamente simbólica y fruto de la historia.

    Epigrafía y grafitos: la pequeña historia escrita de la torre

    Lamentablemente carecemos en España de una tradición culta de estudios epigráficos de las campanas. Ciertamente algunas campanas catedralicias fueron estudiadas, aunque, a menudo, se citan sus inscripciones sin verificarlas o incluso sin asegurarse de la existencia de una campana ya refundida. Menos aún existen estudios de los grafitos y otras epigrafías más o menos populares que existen o han existido en todos los campanarios catedralicios. Ciertamente las inscripciones de las campanas constituyen una expresión solemne, a menudo culta y litúrgica, y que transmite datos históricos muy concretos, que se pueden completar a menudo mediante otras fuentes cultas, como el archivo catedralicio.

    Sin embargo los grafitos constituyen, muy a menudo, la única fuente directa sobre los campaneros y sus toques, así como sobre los visitantes, información mucho menos relevante. Estas informaciones escritas, muchas veces muy antiguas, y que utilizan los más diversos soportes, desaparecen a menudo sin documentarlas durante el proceso de restauración arquitectónica, perdiéndose unos datos irrecuperables.

    La protección legal de las campanas

    Probablemente todos los templos catedralicios son Bienes de Interés Cultural, y en consecuencia estarían amparados aquellos objetos muebles o inmuebles que forman parte inseparable del edificio.

    No entraremos en la discusión de considerar las campanas como bienes muebles o inmuebles: hay opiniones técnicas que defienden una u otra opción.

    Sin embargo creemos que las campanas, especialmente las más antiguas, deben tener una incoación y una declaración específica según su relevancia, como Bien de Interés Cultural (para aquellas anteriores a 1700 o para aquellas más simbólicas para el grupo); incluidas en el Inventario General de Bienes Muebles (para aquellas fundidas entre 1701 y 1820 o para las de menor interés comunitario), protegiendo de manera genérica las posteriores.

    De cualquier modo, la incoación y posterior declaración debe incluir la campana y sus instalaciones, esto es el yugo, el badajo, incluso el sistema de toques.

    Tampoco puede excluirse la declaración del conjunto, de manera específica, con la correspondiente delimitación de aquellos elementos protegidos, que de ningún modo han de limitarse a los meros bronces, por muy antiguos que sean. No obstante son escasos, y se pueden contar con los dedos de una mano, los expedientes de incoación de BIC, o aquellos que completan expedientes anteriores, que incluyan las campanas de la Catedral, al menos las más antiguas.

    Conservación del inmueble: los cables, los palomos y otras agresiones

    Es evidente que los campanarios no fueron concebidos originalmente con cables eléctricos u otros conductores, de agua, de aire o de electricidad. Sin embargo, estas instalaciones, necesarias en nuestro tiempo no sólo para la iluminación de los edificios sino para la dotación de ciertos servicios (desde alarmas a protección contra incendios, sin descartar los mecanismos para los toques automáticos de las campanas), deben armonizarse con los valores del monumento, sin olvidar los efectos acústicos e incluso estéticos que puedan producir a los visitantes.

    Sin embargo la mayor agresión que sufren en estos momentos los campanarios radica en los palomos y otras plagas animales o vegetales, que introducen suciedad, deterioro, contaminación y degradación, aparte de ser fuente segura de enfermedades y parásitos. Es innegable que los palomos gozan de una fama inmerecida como adornos urbanos, que no corresponde con la degradación que producen en los elementos muebles e inmuebles, y que no es compartida por otras plagas urbanas como las ratas o las cucarachas, que también forman parte del patrimonio biológico de la humanidad.

    Ante los palomos solamente cabe la defensa pasiva (puesto que la activa aparece como imposible o poco popular). Sin embargo las defensas (rejas mejores que las redes, unidas a pinchos e incluso a instalaciones eléctricas, más caras de mantener) deben tener en cuenta el fin principal del campanario, es decir el servir de instrumento musical; por tanto no pueden instalarse "tras" de las campanas o impedir que éstas puedan tocar al modo histórico, agresión similar a sustituir los bronces por altavoces, o cambiar los paramentos originales por masas de vidrio y cemento.

    Otra agresión usual, por parte de las empresas instaladores de las campanas, de relojes y de otros mecanismos, consiste en la aplicación de publicidad en muchos de estos elementos. La indicación de la empresa instaladora en la esfera del reloj, o incluso en cada uno de los elementos electromecánicos que conforman la instalación, constituye sin duda una publicidad innecesaria y que está estrictamente prohibida tanto por la Ley del Patrimonio Histórico Español como por las correspondientes Leyes de Patrimonio Cultural de las Comunidades Autónomas.

    Tampoco podemos olvidar la utilización del campanario como símbolo visual de la comunidad, durante el ciclo festivo anual. Dejando aparte la iluminación del inmueble, que a menudo consiste en una innecesaria contaminación lumínica por el exceso de focos utilizados, no podemos olvidar la instalación durante el ciclo de Navidad de una estrella luminosa, que a menudo se deja en la torre durante todo el año y que afecta a los valores monumentales y estéticos del inmueble. Del mismo modo la utilización del campanario como base para los fuegos artificiales de las fiestas, constituye sin duda una aplicación tradicional del inmueble, pero debe aplicarse la cautela con todas estas aplicaciones luminosas, más o menos efímeras, que a menudo dañan al edificio y sobre todo su imagen, de manera irreversible.

    La suciedad de las campanas: triple significado negativo

    En la actualidad, la inmensa mayoría de las campanas de las Catedrales en España está cubierta de espesas capas de suciedad. Este abandono tiene tres consecuencias, que afectan al papel simbólico, patrimonial y acústico de las campanas.

    Desde un punto de vista simbólico las campanas son los únicos elementos muebles del culto que reciben nombre durante su bendición. Un ornamento, un vaso sagrado, incluso un órgano - el máximo exponente de la música litúrgica - deben ser bendecidos antes de poder utilizarse. Las campanas, también, e incluso su bendición es a veces tan compleja que se asemeja más a una consagración, con el empleo de óleo, incienso y agua bendita. Pero la gran diferencia con respecto a los otros objetos cultuales es su denominación ritual: ni un vaso sagrado, ni un ornamento, ni un órgano reciben nombre al ser bendecidos.

    Desde un punto de vista patrimonial las campanas transmiten muchos datos históricos, musicales o simbólicos. Tienen inscripciones y dedicaciones, a menudo señalan el momento y el autor de su fabricación, y no faltan los donantes o los responsables de su factura, así como diversas decoraciones, grabados u otros elementos, que aportan una preciosa información sobre el momento de su fundición, y las inquietudes, necesidades y afanes de sus autores y patrocinadores.

    Desde un punto de vista musical las campanas son, quizás, el único instrumento sonoro que transmite la misma voz, con centésimas de semitono de diferencia, a lo largo de los siglos. Sin embargo, capas de suciedad externas como los excrementos de las aves o internas como el sarro acumulado, modifican tanto su sonoridad que pueden ahogarla. Diversos estudios demuestran que campanas históricas limpiadas han recuperado uno y más minutos de vibración con respecto al momento previo a la limpieza.

    Por ello la suciedad que tan generosamente cubre las campanas es inaceptable, tanto por que se trata de objetos de culto, como por desfigurar información patrimonial, así como - y sobre todo - por esconder, desfigurar y apagar una voz musical, el único legado sonoro aún vivo de nuestros antepasados.

    Actuaciones en el conjunto de campanas: la necesidad de un proyecto

    Tras lo dicho, no es preciso reiterar la necesidad de elaborar un proyecto de restauración del conjunto de campanas relacionado con los valores originales del conjunto: la acústica del edificio, la afinación de las campanas, el timbre peculiar aportado por las instalaciones, los toques como parte integrante de la historia y de los usos del edificio.

    En consecuencia el proyecto arquitectónico, y por ende, el plan director de restauración de la Catedral, debe incluir estas necesidades acústicas, históricas y de comunicación que no solo conforman el proceso de creación del campanario, de las campanas y de sus toques sino que incluso configuran y determinan la peculiar configuración arquitectónica del edificio.

    Las condiciones para una restauración de las campanas de una Catedral

    Por tanto, el proyecto de restauración de las campanas de una Catedral deberá no sólo estudiar las características actuales del conjunto y aportar información sobre la historia y las técnicas tradicionales, sino que adaptará unos y otras a las necesidades actuales del templo catedralicio, de la ciudad e incluso de la comunidad de usuarios, en sentido muy amplio.

    De manera especial el proyecto debe incluir:

    En consecuencia cualquier proyecto mantendrá siempre la sonoridad original del conjunto, reproducirá los toques históricos y no impedirá la interpretación manual de estos toques tradicionales.

    Propósito de este informe preliminar

    Este informe preliminar forma parte de un proyecto global, como es el indicado estudio de las campanas de todas las Catedrales de España, de sus instalaciones y de sus toques tradicionales y actuales.

    En consecuencia debe considerarse como una primera aproximación al estado actual de las instalaciones, que será completada a lo largo de los tres años de duración del proyecto, y cuyos datos serán actualizados constantemente en la página campaners.com/php/catedrals.php

    Informe preliminar y Plan Director

    No obstante debe considerarse, igualmente, el presente informe preliminar como un adelantamiento, como un anteproyecto de restauración, que creemos debe formar parte del Plan Director de la Catedral correspondiente.

    Metodología utilizada

    La información recogida a lo largo de los últimos 15 años ha vuelto a ser verificada directa y personalmente por un equipo formado por dos personas, Mari Carmen ÁLVARO MUÑOZ, y Francesc LLOP i BAYO, revisando, ampliando o recogiendo información de cada una de las campanas y de los campanarios estudiados.

    Igualmente se ha procedido a fotografiar, en la medida de lo posible, toda la epigrafía y decoraciones de cada una de las campanas estudiadas, cuyo total de fotografías figura junto a cada campanario o campana. Estas imágenes digitales pueden consultarse en dos tamaños en la ficha correspondiente.

    También se ha grabado digitalmente el sonido de la práctica totalidad de las campanas, incluyendo las rotas, grabaciones que serán analizadas a lo largo del proyecto y que serán incorporadas a la memoria final.

    Del mismo modo se ha iniciado la consulta a los archivos escritos e incluso orales, para completar las informaciones recogidas, junto al acceso a los Planes Directores de las Catedrales, en aquello que ha sido posible. Incluso, en los pocos casos en que aún existen campaneros tradicionales o nuevos grupos de campaneros, se han iniciado las entrevistas para incluir su conocimiento inmaterial la memoria definitiva.

    Parte importante del proyecto ha sido la utilización de una base de datos MySQL, y la redacción de numerosas consultas en lenguaje PHP, que permiten no solamente introducir todo tipo de informaciones y de consultas, sino hacer accesible esa información constantemente actualizada, en su totalidad o en la parte que se considere, a través de Internet.

    Informe preliminar - Colegiata de la Encarnación - BAZA (ANDALUCÍA)

    Descripción
    La ex-colegiata de Nuestra Señora Santa María de la Encarnación se construyó sobre los restos de la mezquita aljama musulmana. Inicialmente se abrió al culto cristiano tras su sacralización manteniendo su estructura como mezquita.
    En 1529 se inicia su construcción en estilo gótico pero un terrible terremoto que asoló la ciudad en 1531 la derribó en su mayor parte, permaneciendo en pie su cabecera conformada por capillas absidiales con arcos apuntados y pilastras góticas.
    En 1531 el Cabildo bastetano encarga su reconstrucción, ya con proyecto renacentista a Alonso de Chova rubias y al maestro cantero Rodrigo de Gibaja que culmina la obra en 1549. Consta de tres naves cubiertas por bóvedas de crucería y girola poligonal.
    En el exterior destacan la fachada renacentista dedicada a Nuestra Señora María de la Encarnación y la torre, situada al pie del templo, ésta presenta cinco tramos, siendo los dos primeros de cantería, de forma trapezoidal el primero y cuadrado el segundo, los tres últimos son octogonales de ladrillo visto y corresponden a una restauración realizada en la segunda mitad del siglo XVIII, tras otro fuerte terremoto.
    En el interior destaca la Capilla Mayor, diversas capillas laterales, algunos retablos, el púlpito barroco en mármol marrón, y el templete del Altar Mayor. CATEDRALES DE ESPAÑA Concatedral de Baza (2005)
    Grafiti
    Hay numerosos grafitos en las salas de campanas. Entre otros:
    Junto al esquilón hay una placa de mármol blanco, con epigrafía incisa cursiva inglesa pintada de negro, que dice: " - SAN DIEGO - / Por apodo me / llaman el "Esquilón". / Doy la nota musical / "Si "Natural" / Le doy las gracias al que me / hizo el proyecto y al constructor / de mi cabeza. / Joaquin Jimenez Garcia paisano mio / y a Don Vicente Rosas Jimenez / de Torredonjimeno. / Le doy las gracias tambien a / todas aquellas personas que han / aportado generosamente para / realizar esta obra. / Siendo Rvdo. cura parroco / de la Colegiata. / Don Faustino Sanchez Cuevas / Promotor de este proyecto / Diego Florentin Martinez".
    Otra similar existía en 2005 junto a la campana de San Valentín, en la segunda planta: "SAN. VALENTIN / PATRON / DE LOS / ENAMORADOS". En 2016 la placa se encuentra suelta, puesta sobre una especie de mesa de madera que hay en la sala.
    "27 mts cuerda"
    "M JIMENEZ"
    "AИO DE. 1871."
    "Cristobal Caparros / y Miguel Navarrete / estuvieron en la torre / el dia 5 de Diciembre / del año / 1893"
    "Estrenó y ... / las canpanas Pedro Roche / y Antº Lopez alias / Patarrana / en el mes / de Octubre de 1893 / Antº. Lopez"
    "A qui es tubo Antonio Morales / el dia de Diziembre del 1895"
    También dice, con letras de trepa (excepto los dígitos): "J. (cruz de calvario) S. /TOMÒ POSEZION / JOAQIN BERNABEO, / EN AGOSTO DE / 1899. "
    "Tomás Aragon / Estuvo en el / año 1913 / el día 29 de / Abril"
    "Jose Menendez estubo en esta torre / el dia 24 Julio 1921"
    "Miguel Aragon / Día 25 Abril 924"
    "Miguel Aragon / 1º Mayo / 1926"
    "Las campanas la Juana y la Segundilla / y El lequilon las monto y desmonto en el año / de 1929 Eulogio Gallardo Lozano"
    "Ricardo Bernardo Pérez / estuvo en esta Torre de ser / vicio para en caso de avia / ción dar la señal de alarma / el día 14-6-1937"
    "José Avila el / día 31 de Mayo / del 1945"
    "Isidro T... en / el 2-12-52"
    ... entre muchos otros.
    En la escalera dice "Se compuso la Torre / y los Tejados de la Yglesia / en el mes de Julio y Agosto / de ...852" (la cifra del millar falta por el agujero de un clavo). Al lado "Rafael Silva / Año 1950 / 35 años / albañil". También varias veces "1929..."
    En la planta intermedia dice "del 36 al 1939 / Puesto de / Observación / de la DECA". La Defensa Especial Contra Aeronaves dependía del Ministerio de Marina y Aire y estaba encargada de la vigilancia contra aviones enemigos, utilizando en este caso la campana mayor fija que se había dejado en la torre para este fin.
    En la misma zona (Hoz y martillo borrado) / "1937"
    Más abajo, sobre una ventana, y debajo de una capa de cal parece leerse "Se proi / be subir"
    En la calle hay un rótulo que dice "Granada / Caminos, Mar y Cielo / Iglesia Mayor / Sta. María / de la / Encarnación / (S. XVI -XVIII)
    También hay una placa de mármol donde está escrito "ESTE EDIFICIO DE LA / COLEGIATA CON CATEDRAL / DE STA. MARIA DE LA ENCARNACION / DE BAZA / CONSTRUIDO EN LOS / SIGLOS XVI AL XVIII / FUE DECLARADO / MONUMENTO NACIONAL / POR DECRETO DE / 3 DE JUNIO 1931" (las palabras subrayadas debieron estar pintadas en rojo; ahora solamente están talladas en la losa. El resto repasado en negro.)
    Protección
    Bien: Iglesia Mayor de la Anunciación de Nuestra Señora
    Comunidad Autónoma: C. A. Andalucía
    Provincia: Granada
    Municipio: Baza
    Categoría: Monumento
    Código: (R. I.) - 51 - 0000596 - 00000
    Registro: (R. I.) REGISTRO BIC INMUEBLES: Código definitivo
    Fecha de Declaración: 03-06-1931
    Fecha Boletín Declaración: 04-06-1931
    Fuente: Ministerio de Cultura (2005)
    Estado anterior
    Tras la guerra civil, solamente quedaron cuatro campanas históricas: dos del reloj y la mayor litúrgica, fijas, que permanecieron en la torre, mientras que la mayor de volteo, que fue lanzada al vacío, volvió a su lugar con nueva instalación.
    Gracias al esfuerzo personal del campanero, las campanas se fueron ampliando poco a poco, hasta el número actual de 15 litúrgicas y dos del reloj. La selección pudo realizarse de otro modo, completando primero las mayores, pero seguramente la realización por fases se debió a las limitaciones económicas del momento, contra las que peleó el campanero.
    El numeroso grupo de campanas, muy heterogéneo, parece a todos puntos excesivo, como se expresa de manera usual con los toques regulares de la torre, aún manuales, que se realizan con las campanas mayores, sin contar para nada con las pequeñas de la planta superior.
    La instalación, mediante yugos de hierro, aporta poco a la sonoridad del conjunto, aunque supone una original novedad, con unos contrapesos de hierro forjado o fundido, de formas caprichosas. No obstante, y más allá de la curiosidad de sus formas, o de la facilidad del toque, suponen una deformación notable del sonido de campanas, cuya musicalidad es ya de por sí confusa.
    Estado actual
    El conjunto actual está formado por tres grupos diferentes de campanas, de muy desigual interés.
    Por un lado podríamos hablar de dos niveles, desde un punto de vista patrimonial: las campanas históricas, de gran valor (2 litúrgicas y 2 del reloj), y las nuevas campanas fundidas por los ROSAS de Torredonjimeno (Andalucía).
    Por otro lado hay dos conjuntos: las campanas litúrgicas, extendidas en dos niveles, y las campanas del reloj.
    En consecuencia hay tres grupos: las grandes campanas litúrgicas, de la planta baja, de las que la mayor es fija y mantiene el yugo original de madera, mientras que las otras seis son de volteo y tienen el yugo de metal. En la planta alta están las pequeñas campanas litúrgicas, ocho, de las que la menor es tan pequeña que no debiera utilizarse para ese fin, mientras que en el centro están las muy interesantes campanas del reloj.
    A lo largo de los últimos años se han añadido muchas hasta completar 15 de los 16 vanos de los dos niveles del campanario. Las campanas mayores se tocaban en 2005, con cuerdas, a distancia, es decir desde el nivel del templo, mientras que había tres electromazos, mal combinados, para el toque de los cuartos con las dos del reloj y el de las horas mediante el toque simultáneo de las dos mayores de ambos conjuntos (esto es, la gorda y la de las horas). No obstante la actuación no repercutía en los dos timbres ubicados en el templo y que antiguamente estaban también conectados al reloj, como es usual en los grandes templos históricos.
    En 2016 las campanas mayores, es decir las de la planta baja, están todas inmovilizadas, con una reja detrás que impide todo el movimiento, y mecanizadas con uno (o dos, en el caso de la campana mayor) electromazos. El caso del doble electromazo de la campana Gorda es doblemente escandaloso: por un lado se han puesto dos mecanismos, que podrían romper la campana si sonasen al mismo tiempo, y que suponen una doble inversión cuando uno solo bastaría.
    El entorno posterior de la iglesia se encuentra en estado de abandono incompatible con un monumento. Incluso hay instalaciones permanentes o temporales, como el cable eléctrico para iluminar los belenes, que debieran resolverse de modo más discreto y armónico.
    Hay en este momento una doble iluminación interna y externa de la torre, que también resulta escandalosa: a los focos existentes, de lámparas incandescentes, se han añadido nuevos focos de lámparas LED, dejados caer y conectados de cualquier modo, mientras que los anteriores han sido desconectados, en muchos casos cortando directamente el cable eléctrico, sin que hayan sido desmontados. En este sentido la segunda planta de campanas es una especie de museo con tres tipos de lámparas, las dos más antiguas desconectadas pero no desmontadas de la torre.
    Además hay una estrella de Navidad, con bombillas, que seguramente se utiliza durante su tiempo, ubicada en lo alto de la torre. A pesar del interés litúrgico e incluso etnoĺógico de esta estrella navideña, parece que su uso es incompatible con un monumento declarado como éste.
    Por otra parte en la terraza de la planta segunda hay cuatro antiguos aislantes cerámicos, que seguramente servían para subir la corriente trifásica hasta la torre y de ahí a la iglesia, aisladores que están sin uso. Sólo uno de ellos se encuentra en buenas condiciones, y quizás debería conservarse in situ, pero los otros tres, rotos, no hacen más que causar daño a la fábrica de la torre y deberían quitarse.
    Igualmente al pie de la torre hay un pequeño jardín con tres o cuatro árboles, aún de pequeñas dimensiones. En cualquier instrucción antigua para la conservación se prohibía que hubiesen árboles junto a los templos, por las humedades que producen. Ciertamente es recomendable que el enlosado de la plaza no llegue hasta el pie del muro, buscando una solución para que la fábrica respire, pero de ningún modo debe plantarse ningún tipo de vegetal por los daños que produce tanto por la humedad como por las propias raíces a la fábrica.
    Protección contra palomos
    En las dos salas de campanas había en 2005 poca presencia de las aves, probablemente por los toques manuales. No obstante en diversas dependencias de la torre, incluso en el pasillo que conduce a las campanillas del reloj dentro de la nave del templo, había numerosos nidos, con gran presencia de estiércol.
    En 2016 se ha protegido la torre, de con unas rejas muy bien instaladas, pero con efectos doblemente perversos. Si bien es cierto que las rejas son de buena calidad, y tienen una puertecilla inferior que permite acceder a la campana para su mantenimiento, no es menos cierto que las rejas han sido instaladas detrás de las campanas, por lo que los bronces quedan expuestos a las aves y se encuentran cubiertos de una espesa capa de excrementos; posiblemente hoy no sería posible la documentación íntegra de sus textos. Pero hay otro efecto negativo inmediato: las rejas impiden el movimiento de las campanas (seis de las siete existentes en la sala baja) de modo que no es posible recuperar a corto plazo tanto los toques tradicionales como la sonoridad propia de la torre.
    En el caso de la segunda planta, aunque las campanas se encuentran igualmente expuestas a los excrementos, el hecho de que los arcos sean más abiertos, resulta que las campanas apenas están sucias. Como las campanas son menores, el volteo de las mismas no es posible en las dos o tres mayores, por la causa ya citada de la reja tras la campana.
    La solución debiera ser la contraria: las rejas a nivel exterior del vano, y retranqueando la posición de los soportes de las campanas de modo que queden protegidas y puedan voltear completamente.
    Las campanas
    La antigua Colegiata de Baza perdió la mayor parte de sus campanas en la guerra civil, quedando solamente las dos mayores litúrgicas y las dos del reloj, las primeras de los últimos años del siglo XIX y las otras del XVIII. La mayor o Gorda conserva su yugo original de madera, y aunque debió oscilar en algún momento, tiene ahora tres barras dispuestas de manera que es imposible su movimiento. Todas las demás campanas litúrgicas tienen el yugo metálico y pueden voltear manualmente o con la ayuda de sus correspondientes cigüeñales.
    También las dos campanas del reloj cuelgan de maderos, aunque parece que la instalación de la campana de las horas es original, mientras que la de los cuartos está ubicada por debajo, dispuesta de manera mucho más provisional. La de las horas es de DIEGO DE PEDRAJAS, de 1766, un fundidor hasta ahora desconocido, mientras que la de los cuartos, de 1759, es de JOSÉ CORONA, que fundió campanas, sobre todo para los relojes, en la mayor parte de las Catedrales de Andalucía.
    Gracias a la intervención y a la constancia del campanero, la Colegiata aumentó las dos campanas litúrgicas que le quedaban, de JOSÉ LÓPEZ ANTRÁS en 1893, al número actual de quince, quedando por hacer la tercera en tamaño, que se denominará Pedro y que ya tiene un lugar reservado en el conjunto de cuerdas ubicado al pie de la torre.
    La menor de las campanas, apodada "el Tin-Tín", en realidad una antigua campana de reloj, solamente tiene una cruz y una inscripción moderna añadida, lo que impide conocer su autor.
    Una de las campanas mayores de volteo, "la Segundilla", es de FERNANDO VILLANUEVA SÁENZ, de Villanueva de la Serena, mientras que otras once, de muy diversa factura y por lo general de escasa calidad, son del fundidor andaluz, el HIJO DE MANUEL ROSAS, de Torredonjimeno, y se hicieron entre 1982 y 1992.
    Intervenciones
    Hacia 2005 hubo una intervención desafortunada que consistió en sustituir el reloj mecánico por otro electrónico, disponiendo tres electromazos, que no respetan las tradiciones, ya que tocan los cuartos con la de los cuartos y la de las horas, mientras que las horas suenan al unísono con la de las horas y la Gorda, dos campanas que jamás tuvieron que sonar juntas, ya que pertenecen a dos mundos conceptualmente distintos. Esta mala costumbre sigue en 2016.
    Además han sido electrificadas las campanas sin tener en cuenta los toques tradicionales e incluso en algún caso impidiendo su movimiento (que por otra parte tampoco es posible a causa de las rejas tras las campanas). En esta segunda intervención, realizada por CAMPANAS ROSAS, solamente se han dotado de electromazos a las siete campanas de la planta inferior, con un error añadido: a la campana mayor se le han puesto dos electromazos. Si tocasen ambos a la vez habría peligro de romper la campana. El segundo corresponde al innecesario toque de las horas con esta campana.
    Acústica
    Diversas intervenciones recientes redundan en un deterioro de la acústica del conjunto. La ubicación de la campana de los cuartos en una posición baja, y los yugos metálicos de la mayoría de las campanas, deforman la sonoridad, produciendo sonidos más metálicos y una peor difusión.
    Por otra parte, la mala ubicación de los electromazos, no solo cambia el sonido sino que genera peligro inminente de rotura de las dos campanas más antiguas de la torre.
    Toques tradicionales
    Se interpretaban en 2005 a diario los toques tradicionales, tanto de oración como de las diversas misas, de difuntos y festivos, algunos desde la base de la torre, mediante sogas marcadas con colores, y muchos otros desde las propias salas de campanas.
    En la base de la torre hay una placa de madera, con diversos rótulos y colores (que coinciden con las cuerdas) así como otras indicaciones. De izquierda a derecha dice "Santa María de la Anunciación - Por apodo LA GORDA; MAGDALENA; PETRA; JUANA; VERONICA - Por apodo La Muerta - A la cabeza; SAN DIEGO - Por apodo El Esquilón - Al badajo; SEGUNDILLA - Nuestra Señora del Saliente - A la cabeza"
    Toques actuales
    Se conservan las cuerdas para tocar desde el pie de la torre. Sin embargo, en la sala de campanas, se encuentran enrolladas en sus poleas correspondientes, sin conexión a la campana ni a su badajo.
    Toques propuestos
    Posiblemente, y puesto que la Colegiata de Baza conserva el tesoro, casi único en las Catedrales de España, de tener un campanero tradicional, era imprescindible grabar la totalidad de los toques, en uso y antiguos, de manera que se pudiera transmitir esa tradición en integridad a las generaciones venideras. Esta grabación integral hubiera permitido tomar decisiones en un futuro cercano, sobre la transmisión y la conservación de este patrimonio inmaterial.
    En 2016 no nos consta que esta grabación de la integridad de los toques tradicionales se realizase. No obstante parece que a través de sus múltiples ayudantes, algunos de ellos hijos y nietos, se puede llegar a construir la relación y la forma de los toques tradicionales.
    Actuaciones urgentes
    La intervención más urgente está relacionada con la mala mecanización realizada en tiempos recientes.
    En 2005 apuntábamos que debía desconectarse inmediatamente, y hasta que se regulen, los dos electromazos de las campanas del reloj, ya que están mal colocados y pueden romperlas en cualquier momento.
    En segundo lugar debe recordarse que los cuartos deben tocar exclusivamente con la campana de los cuartos y las horas con la campana de las horas, no pudiéndose aceptar bajo ningún concepto que la campana Gorda se utilice para tal fin, ya que pertenece al mundo de los toques tradicionales, y no al del reloj, cuyas campanas simbólica y espacialmente están separadas por esos motivos. En consecuencia, y tras la regulación de los electromazos, debe limitarse el toque de los cuartos y de las horas con sus campanas correspondientes, no utilizando nunca para tal fin la campana Gorda.
    Tales recomendaciones cayeron en saco roto, pues en 2016 los electromazos siguen desajustados, con peligro inmediato de rotura de ambas campanas históricas, y con merma de su sonoridad.
    No obstante, en nuestra visita separamos uno de los dos mazos por gravedad de la campana de las horas que reposaba sobre la misma y limitaba su sonoridad, con un notable aumento de la resonancia.
    Propuestas de intervención
    Es difícil actuar con objetividad en una torre de estas características. Por un lado, lo coherente sería substituir todos los yugos de hierro, incluso aquellos que tienen forma fantasiosa, y por tanto con cierto interés, por los correspondientes de madera, basándose en el modelo, de ejes rectos, formas redondeadas y color rojo de la campana gorda, la única que lo conserva. Con esto las campanas ganarían en volumen sonoro y en riqueza armónica, efectos disminuidos y deformados por los accesorios metálicos.
    Sin embargo los toques manuales así como la disponibilidad de ayudantes, están motivados por la facilidad que supone el toque con campanas tan equilibradas como las actuales.
    En consecuencia, en un lugar con una tradición viva como este, la modificación solamente puede realizarse si el campanero actual o futuro, y su grupo de ayudantes, asumen que el cambio es positivo para la sonoridad, aunque suponga un mayor esfuerzo para el toque.
    Por tanto, en cada una de las campanas se propone la sustitución del yugo metálico, como un deseo, más que como una necesidad perentoria.
    foto del campanario
    Fichas completas de todas las campanas