Inventario de las campanas de las Catedrales de España

Catedral de Santa María - CALAHORRA (LA RIOJA)

TorreCatedral de Santa María (Referencia: 143)
Población CALAHORRA
Protección Bien: Catedral de Santa María
Comunidad Autónoma: C. A. La Rioja
Provincia: La Rioja
Municipio: Calahorra
Categoría: Monumento
Código: (R. I.) - 51 - 0000700 - 00000
Registro: (R. I.) REGISTRO BIC INMUEBLES: Código definitivo
Fecha de Declaración: 03-06-1931
Fecha Boletín Declaración: 04-06-1931
Fuente: Ministerio de Cultura (2005)
Descripción La torre de las campanas de la Catedral de Calahorra es un edificio de planta rectangular y de sillería en su cuerpo principal, y de forma octogonal en la parte superior, hecha ésta de ladrillo y rematada con un chapitel. También hay cuatro torrecillas en la terraza, que acompañan la parte central, y las cinco se cubren con tejas industriales vidriadas.
En las tres plantas superiores, dos rectangulares y una octogonal, se ubican las campanas, mientras que en las inferiores, atravesadas por la escalera de acceso y por el pozo de las pesas del reloj, se encuentran aún las estancias donde vivían la familia de campaneros y otros empleados de la Catedral.
Los vanos se distribuyen, en las salas de campanas, dos por cada uno de los lados mayores del rectángulo y uno solo en los extremos.
La torre, adosada a la Catedral, tiene acceso independiente desde la calle, junto a la portada principal, a los pies de la nave mayor.
En el vano norte de la planta primera había, pintado aparentemente sobre tela, y tapando la parte superior del arco, un a modo de yugo de madera con sus herrajes. Debemos preguntarnos, sin respuesta de momento, si esta decoración cubría también parcialmente los demás vanos (incluso con motivo acústico, además del meramente estético).
Graffitti Hay diversos conjuntos de grafitos en la torre, de gran interés, pues aportan información sobre la pequeña historia de la torre, de los campaneros y de los relojeros. Las inscripciones de visitantes son más escasas. Sin pretender transcribir la totalidad de estos textos, que superan los límites de este trabajo, indicaremos los que parecen más significativos.
Así, en el último tramo de la escalera, antes de llegar a la terraza de la tercera planta, dice "El dia 20 diciembre 1.920 / cogi el cargo / Pedro ¿Priano?".
Otro dice "Músico de 1ª del Rgto. Zamora / A. ¿Elquerro? / 7 - 4 -1937".
En la zona del reloj pone "Cecho la canpa / na a 15 @ / entro el / año / 1808 / Franco Bue...". También dice "Se limpio y repuso / Reloj en Mayo / se pinto las esferas / (rúbrica)". Hay pintada una custodia, que parece también de principios del XIX, así como un pentagrama. En el muro de esta sala dice "Año / 1791 / BL..."
En esta sala del reloj hay, igualmente, instrucciones incompletas y manuscritas, para ajustar el mecanismo. También figura una hoja impresa de MANUFACTURAS BLASCO, de 1969, con las indicaciones de mantenimiento, así como otra hoja manuscrita que indica fechas de ajuste de la maquinaria.
Hay restos de inscripciones en los que se leen, como fechas 1774, quizás, y otras de finales del XVIII. En otra pintada con grasa del reloj dice "Se compuso / en 20 de Julio / año 1878 / G. R. M. R. ..."
Otras marcas incisas en los sillares, como una cruz con pedestal, denotan una mayor antigüedad. Incluso, algunos trazos en sillares pueden tener significados muy complejos.
En la planta primera, en la piedra, con el deterioro debido a la intemperie, se lee "1836" y "1841".
Finalmente, en las puertas del pequeño armario, ubicado en una de las estancias donde vivían los campaneros, y donde se encuentran los dos timbres del reloj, que suenan en la Catedral, dice "LAIZO ZIrI / LOSAENZ 1841" rodeando unos símbolos (espadas, palmas de martirio, lunas invertidas) probablemente asociados a los dos mártires Emeterio y Celedonio. Podemos interpretar esta inscripción como "LA HIZO CIRILO SAENZ 1841"
Los grafitos debieran ser conservados. En caso de que se vean afectados irremediablemente por las actuaciones de restauración de la torre, deben ser documentados.
Estado original Parece deducirse de la distribución de los niveles rectangulares que la torre tenía desde antiguo las campanas ubicadas en la planta segunda, y en una estructura de la terraza se encontraría la campana de las horas.
Quizás en el momento de modificación del reloj (mitad del XVIII) y añadido de la campana de los cuartos, pudo construirse la parte octogonal central en la terraza. Debe asociarse la aparición de la campana de los cuartos a la modificación o cambio del reloj, hacia 1750, en el momento de la introducción del péndulo, como regulador de la maquinaria, y por tanto, como garante de una mayor exactitud, que permitía tocar los cuartos con una cierta precisión.
Puede pensarse en un desplazamiento de las campanas pequeñas hacia la planta tercera, dedicada exclusivamente a zona del reloj, en alguna de las remodelaciones de esta parte octogonal, quizás a finales del XIX.
También parece sorprendente el número de tres campanas romanas de volteo, inusual en estas tierras, donde lo más normal es la existencia de dos campanas, que se voltean alternadas una respecto a la otra. Este toque recibe aquí el nombre de "bandeo". No es improbable que hubiese dos campanas y que al decidir hacer una tercera las desplazasen desde una estructura interior de madera, aún existente en la planta segunda, a los vanos de la planta primera.
Estado reciente En 1992 el conjunto se encontraba como en la actualidad, es decir con tres campanas de volteo y quizás de repique en la planta primera; el reloj en la planta segunda y las campanas pequeñas y las del reloj en la planta tercera.
Las tres campanas de volteo estaban en buenas condiciones de uso, al menos en cuanto al volteo continuo se refiere, aunque es probable que los mazos externos no funcionasen. Estas campanas están dotadas de un ingenioso mecanismo gestionado por sendos motores de doble uso, según el sentido en el que giren: en uno producen el volteo continuo de la campana y en el otro el toque de una maza externa, aunque a menudo durante el volteo tocaba también la maza, produciendo tres golpes por giro en vez del par característico.
En la planta tercera estaban dotadas de mecanismo eléctrico tanto la esquila primera, la menor de todas las campanas, como la de las horas. Otras tres campanas tenían exclusivamente instalación manual y estaban ubicadas en sus soportes de manera que hubiesen podido tocar (aunque parecía evidente que no lo hacían desde hacía tiempo) mientras que una cuarta campana, con su instalación completa, yacía en el medio del suelo de la sala, desprendida quizás durante un volteo excesivamente vigoroso.
Dos de las campanas de volteo de la primera planta, presentaban mucha suciedad, por excrementos de palomos y otras aves, mientras que la tercera estaba prácticamente limpia.
Por otra parte las dos campanas del reloj sonaban mediante mazo externo por gravedad mediante cables de transmisión desde el mismo reloj mecánico de la planta segunda.
En 2005 la menor de las tres campanas de volteo estaba rajada, y probablemente por eso se quedaba casi horizontal. La grieta afectaba al sonido, de modo que perdió toda la resonancia original.
En la planta tercera la esquila de volteo parecía funcionar mientras que el mazo motorizado de la campana de las horas podría estar averiado.
Las campanas estaban ubicadas como unos años antes, y con el deterioro producido por el paso del tiempo.
Acústica En las tres salas se ha cubierto con un techo plano para crear una especie de caja de resonancia cuadrada. En la tercera planta el falso techo, ahora parcialmente desprendido, de cañizo enlucido, no parece tener otra finalidad.
Del mismo modo en las tres salas los antepechos bajo las campanas funcionan de caja de resonancia antes que de quitamiedos. Es importante insistir en este aspecto, que parece evidente en la tercera planta, ya que solamente un vano carece de este murete, para acceder al interior, pues la mera protección personal es innecesaria en una sala ubicada en el centro de una terraza. Del mismo modo cabe considerar otros muros ubicados en la sala segunda, paralelos a las dos campanas de volteo, y que pueden servir de cañón acústico de su sonido hacia la ciudad.
En consecuencia las tres salas deberán tener este mismo aspecto cerrado tras la actuación arquitectónica. La utilización de madera, a pesar de los problemas de conservación, reforzaría la resonancia de estas salas destinadas, principalmente, a servir de caja del instrumento musical que es la torre. Una posible unión de la primera y segunda plantas, tras quitar el suelo de tablas de madera, carecería de sentido, al menos desde un punto de vista acústico y funcional.
Palomos y otras plagas La torre sufría hasta 2005 dos tipos de encuentros con aves: por un lado las cigüeñas, que residen a lo largo de una parte del año, y las palomas y otras aves menores, que deben residir de manera permanente.
La acumulación de ramas se mostraba en la planta tercera, debida a los grandes nidos de las cigüeñas, mientras que las palomas actuaban, sobre todo, en la planta primera. Sorprendentemente las dos campanas ubicadas en la cara oeste estaban llenas de estiércol (que impide incluso la lectura de sus inscripciones), mientras que la campana orientada al sur carecía (como ocurría en 1992) de esa suciedad. Las campanas de la planta tercera también estaban limpias, con la excepción de una pequeña zona de la gran campana de las horas, que probablemente sirve de posadero de las aves.
La protección contra las aves puede pasar por la ubicación de las correspondientes rejillas en los vanos de las salas, pero esta defensa está condicionada tanto por la ubicación de las campanas como por la manera de tocarlas.
En cualquier caso una protección pasiva contra las aves (especialmente mediante rejilla en los vanos) debe instalarse de manera que no impida los toques regulares, especialmente el volteo, que proteja las campanas y que permita su mantenimiento. No es aceptable, en ningún caso, que la reja se instale tras la campana, de manera que no solamente la convierta en un lugar de anidación o de posada de las aves, con la consecuente suciedad, impidiendo tanto el acceso a la campana como su toque regular.
Las campanas El primer indicio de la desaparición de los toques tradicionales en una torre consiste en la pérdida de los nombres antiguos de las campanas. Como es sabido, éstas solían denominarse por un nombre tradicional asociado a veces al uso de la campana (la prima, la tercia...), otras veces a la posición o tamaño (la gorda, la mediana...) y otras veces a un mote adquirido a lo largo de los siglos. Por lo general no eran llamadas con el nombre el santo al que iban dedicadas, sino por estos motes cariñosos. Por tanto, ante la ausencia de tradición oral viva, debemos definir las campanas actuales por su ubicación, tamaño o uso, careciendo de esta denominación antigua que nos relacionaría con costumbres pasadas.
Así pues, en la actualidad, hay tres campanas de volteo, de forma romana, en la primera planta, una de ellas rajada. Las tres son de reciente construcción (entre 1969 y 1973) y de limitada calidad, hechas por un fundidor de Pamplona, Vidal ERICE.
En la segunda planta se encuentran únicamente las matracas así como el mecanismo del reloj. No obstante en el centro de la sala hay un conjunto de vigas de madera que soportaron, sin duda, un par de campanas de volteo.
En la planta tercera, de forma octogonal, se encuentran cuatro campanas en sus vanos, aunque llegó a haber otra más, ahora tirada en el suelo, en el centro de la sala. Cuatro de éstas son de volteo o quizás de balanceo, como hablaremos más adelante, mientras que la quinta, fija, se destina exclusivamente al toque de los cuartos del reloj.
En el centro de esta sala, y ubicadas también mediante un conjunto de vigas de madera, hay dos campanas. La mayor, fija, destinada tanto al toque de las horas como a otras señales mediante su badajo interior, mientras que la otra, dotada de yugo de volteo, podía girar, o cuando menos balancear.
De estas siete campanas hay tres de gran interés, e incluso antigüedad. Hay una campana gótica, con epigrafía mayúscula, y que puede ser del siglo XIV, ubicada en uno de los ventanales, mientras que la gran campana de las horas, de forma romana, es del siglo XVII. La de los cuartos es de 1759, y corresponde al momento de ampliación de los relojes debido a la aparición del péndulo que aumentaba la exactitud y permitía el toque de los cuartos.
De las campanas de volteo o de balanceo, dos son del siglo XIX y otras dos del XX. Solamente las dos últimas tienen el autor conocido, la familia de los PEREA, y corresponden a 1917 y 1958 respectivamente, mientras que las otras dos, de 1815 y 1831, no indican el nombre de su fundidor.

Proponemos un cambio de denominación de las campanas, al menos hasta que otras fuentes orales o escritas sugieran lo contrario. En la sala primera de campanas, por orden de menor a mayor, la esquila pequeña (1917), la esquila grande (1815), la Ave María (1350ca), La Campana o Campana de San Emeterio y San Celedonio (1831), La Mediana (1969) y la Garbancera (1969).
En la planta tercera, que ahora denominamos sala segunda de campanas estaría la Esquila de arriba, la Campana de los Cuartos y El Compás.
Toques tradicionales No es fácil intuir los toques tradicionales, tras las últimas intervenciones, posteriores a la desaparición de los campaneros. Parece posible que las campanas pequeñas de arriba se pudiesen tocar desde abajo, desde las propias habitaciones de los sirvientes de la Catedral, a balanceo. La larga palanca metálica, así como los badajos carentes de ojal indican ambas cosas: tanto la imposibilidad de efectuar repiques, junto a las campanas, como el toque oscilado de las menores, mientras que la campana mayor uniría al toque de las horas otras señales diarias, e incluso se añadiría como base del toque festivo o de difuntos.
Las dos campanas ubicadas en el centro de la segunda sala podrían igualmente repicar y voltear, y quizás tendrían como las otras una palanca la cual, mediante una soga, serviría para iniciar el volteo de las campanas.
De cualquier modo es preciso recuperar también los nombres tradicionales: las campanas "bandeaban" es decir volteaban, mediante impulso humano, mientras que balanceaban tocándolas a distancia mediante sogas unidas a una larga palanca. Finalmente podían repicar dos o tres campanas pequeñas, mediante sogas unidas a los badajos, así como la campana de las horas que se tocaba con un pedal pasado por una cuerda unida del badajo a la pared.
Probablemente la gente mayor recuerda solamente dos tipos de toques tradicionales: el repique diario de coro, mediante dos campanas pequeñas tocadas con la mano y con el contratiempo del "Compás", nombre que recibía la de las horas, por su papel de metrónomo. El segundo toque era el bandeo de las campanas mayores, especialmente la "Garbancera", la campana mayor, que solamente bandeaba (volteaba) para las grandes fiestas, precisamente aquellos días en que se comían garbanzos. El toque de esta campana requería el esfuerzo de tres o cuatro hombres.
Toques actuales Los toques posibles hasta 2005 se limitaban al volteo de dos de las tres campanas de la primera planta (la tercera estaba rajada y carecía de badajo), así como el volteo de la esquila primera de la planta tercera. Probablemente el mazo motorizado de la campana mayor había dejado de funcionar.
Los toques del reloj se daban con sus correspondientes campanas, mediante una transmisión mecánica desde la maquinaria.
No es improbable que toques puntuales extraordinarios, como la muerte del Papa Juan Pablo II se hayan señalado mediante toques manuales, ya que al menos dos campanas de la sala tercera tienen cuerdas unidas a su badajo.
Tras la restauración y la concentración de campanas en la segunda planta, que denominaremos sala primera de campanas, todas las de la sala (3 grandes y 3 pequeñas) pueden bandear o voltear y balancear mediante su correspondiente motor de impulsos, así como repicar mediante electromazo exterior.
La esquila ubicada en la planta tercera, que denominamos sala segunda de campanas puede bandear o voltear, así como balancear exclusivamente. Las dos campanas del reloj solamente pueden tocar sus toques correspondientes mediante mazas externas por gravedad.
No obstante es preciso ordenar todos estos toques, de acuerdo con las posibilidades técnicas, mecánicas y musicales, de modo que reproduzcan los toques tradicionales, adaptándose a las necesidades cultuales y culturales de la Catedral en los tiempos presentes.
Toques propuestos Los toques propuestos están relacionados con la intervención arquitectónica y la reubicación de las campanas, tanto por uso como por forma de toque.
La esquila de la planta segunda debería oscilar solamente y no voltear jamás, para los toques de coro, especialmente los diarios, e incluso para avisar las misas, con un único toque. Las campanas del reloj solamente tendrían esa finalidad, de día y de noche. Dudamos en recuperar el papel de metrónomo o de Compás de la campana de las horas, entre otros motivos por la desaparición del badajo de la campana de las horas, existente en 2005, o por el cambio de ubicación de las campanas pequeñas. Lo más sensato sería traspasar ese papel de ritmo base a la campana de San Emeterio y Celedonio, ubicada con las otras.
En la planta principal hay seis campanas: tres mayores y tres menores. No participamos de la propuesta que la campana gótica no debe bandear (utilizando esta palabra en el sentido tradicional, es decir voltear), por ser antigua y para protegerla, ya que las campanas son igual de dañadas bandeando que oscilando, a pesar de las apariencias. Creemos que ninguna de las tres pequeñas debe bandear, por respeto a la tradición, lo que es una cosa bien diferente.
En este sentido debe ordenarse el toque de coro diario mediante el repique de las dos esquilas y el contrapunto de la campana de San Emeterio y San Celedonio, con un ritmo que ha sido indicado por las últimas campaneras de la torre. Este ritmo marca el inicio y el final del toque del coro, que se acompaña con la oscilación de la esquila de arriba.
La Ave María debe utilizarse, salvo mejor opinión, para avisos especiales - quizás salida de la procesión (salida de la cruz inicio de la procesión), o durante la Bendición del Santísimo o el Magnificat de vísperas.
La Campana puede bandear sola, en vez de la esquila de arriba, para el toque de coro de domingos. Para las fiestas bandearía la mediana, también sola, y para las solemnidades la Garbancera. Probablemente en estos dos últimos casos se acompañe con "el repique", es decir el ritmo rápido y armónico de las dos esquilas con el contrapunto de la Campana.
Para los toques de difuntos podría ser conveniente tocar las tres pequeñas "a medio bando" es decir a balanceo, con golpes lentos de las tres mayores, al menos para el toque general, capitular. En otros casos, el toque lento de las tres mayores parecería suficiente, incluso con un acelerado final, como siempre ha sido habitual.
El bandeo de fiestas debe consistir solamente en el volteo de las tres mayores, aunque lo más conveniente y tradicional sería el repique (esto es las dos esquilas y la campana) mientras que las dos mayores volteasen alternadas, como es habitual en toda la Ribera del Ebro. De ninguna manera deben voltear las dos o las tres pequeñas con las mayores, y menos aún la esquila de arriba.
Estos toques se basan en una entrevista de urgencia a las últimas campaneras. Sería conveniente entrevistarlas con calma y proponer un modelo de toques adecuado tanto a las necesidades actuales de la Catedral como a las tradiciones de Calahorra, que ahora con la nueva tecnología se pueden reproducir y fijar, sin impedimento de interpretarlas alguna vez de manera manual.
Actuaciones Parece deducirse de las instalaciones, campanas y restos existentes, que las campanas de volteo fueron ubicadas en la segunda planta, quedando libre la primera planta. En la terraza, que se cubriría de manera diversa a la actual, podría estar la campana de las horas y una o dos pequeñas de señales, incluso la gótica.
Sería conveniente confirmar si había campanas en la primera planta, como ahora, antes de la posible refundición en 1969 / 1973 o si estaban ubicadas en el centro de la planta segunda. Es probable que las plataformas para el toque manual, muy provisionales, fuesen una adaptación a un cambio de lugar de unas campanas potencialmente pesadas de voltear. En cualquier caso en este momento se ubican las tres mayores de volteo en esa primera estancia.
Las campanas pequeñas se ubicaron en la parte superior, quizás para expandir mejor su sonido. Esta instalación puede ser de mitad del siglo XIX.

A propuesta del técnico que suscribe, en la intervención arquitectónica de 2006 se ha realizado una amplia reubicación de las campanas, ubicando las seis de los toques litúrgicos, excepto la esquila de coro o de arriba y las dos del reloj, que permanecen en la parte superior de la torre.
De este modo las tres campanas de bandeo (o volteo) y las tres esquilas e repiques y balanceo se ubican juntas, en un mismo espacio sonoro, compartido con el reloj, de modo que su sonoridad se conjunta y expande a la vez, permaneciendo las campanas estáticas del reloj y la de señales en otro compartimento separado física y conceptualmente.
Esta modificación ha supuesto la reposición de los yugos de madera, basándose como modelo el de la Campana o Campana de San Emeterio y Celedonio, aún existente, en una potente estructura de madera, de modo que las seis campanas puedan voltear completamente si se desea, a la vez, sin que ninguna toque a la otra.
La protección física de los vanos impide que las aves no solamente aniden, sino que puedan entrar y ensuciar con sus excrementos, como antes ocurría, afectando a la conservación de las instalaciones y sobre todo a la sonoridad del conjunto.

Por iniciativa de la Asociación Amigos de la Catedral de Calahorra, comenzaron en 2005 las obras de restauración de la torre y de las campanas, en una actuación en la que han participado económicamente la Consejería de Educación, Cultura y Deporte; el Ayuntamiento de Calahorra y la Asociación de Amigos de la Catedral. La inversión en la torre fue de 503.848 € mientras que la restauración de las campanas costó 82.360 €, según notas de prensa.

La presentación de las campanas restauradas tuvo lugar en un emotivo concierto, solamente posible con los medios técnicos actuales. En poco más de una hora se descargaron, mediante la pericia del gruísta, las campanas restauradas del camión que las transportaba desde la Comunitat Valenciana, y se montaron en sendas estructuras metálicas. El equilibrio de las campanas es tan eficaz y compensado que esas estructuras no se fijaron al suelo más que por el propio peso de la campana. Se interpretó a final de la maña un concierto a cargo de los CAMPANERS DE LA CATEDRAL DE VALÈNCIA que mostraron la facilidad de volteo de todas las campanas, incluso la mítica "Garbancera", que bandeaba mediante el esfuerzo de un solo hombre. Tras el concierto, que tuvo lugar el 27 de noviembre de 2006, la propia grúa cargó las campanas hasta el claustro de la Catedral, donde permanecieron hasta su subida definitiva a la torre unas semanas más tarde. Las dos campanas del reloj ya estaban instaladas en su lugar, pues fue preciso subirlas antes de poner el chapitel de la torre.
Propuestas Reflejamos las propuestas del informe inicial, que se han tenido en cuenta, en su casi totalidad, en la actuación arquitectónica, y que dejamos para comprender la totalidad de la intervención:

"Parece prudente plantear una actuación global de las campanas, sus instalaciones y sus toques, que tenga en cuenta ciertas premisas:
  • La existencia de una campana rota.
  • La ubicación de las campanas según su destino, y de manera que se difundan mejor sus sonidos.
  • La instalación de manera que se recuperen toques tradicionales y no se impidan posibles toques manuales.
  • El funcionamiento del reloj.
  • La protección pasiva contra las aves.

Uno de los puntos de partida para plantear diversas soluciones de restauración del conjunto consiste en la posibilidad de limitar las servidumbres del reloj, aunque manteniéndolo en funcionamiento. La principal carga es el espacio necesario para la caída de los pesos, aunque no deben olvidarse la transmisión del movimiento a las agujas o del toque a las campanas, tanto las de la torre como las de la nave de la iglesia. Creemos que el gran pozo ubicado bajo la maquinaria solamente es preciso en caso de remontaje manual o bien ante la ausencia de corriente eléctrica de manera regular. Una vez modificado el mecanismo y suponiendo que la alimentación de corriente eléctrica sea regular, puede limitarse de gran manera el espacio necesario para el movimiento de los pesos, llegando incluso a anularlo. Esto supondría tanto el aumento de la superficie útil de las plantas inferiores como una mayor concentración del reloj en su estancia. Creemos que es posible realizar esta modificación, y que solamente una empresa especializada en relojes monumentales puede realizarlo. Probablemente los más adecuados fueran los sucesores de RELOJES BLASCO, aún en activo en Roquetes bajo el nombre de RELOJES FERRÉ. El reloj plantea un triple problema de transmisión de la información generada: hacia las esferas, hacia las campanas de la torre, hacia las campanas de la iglesia. Evidentemente el problema se resolvería sustituyendo el reloj por un ordenador, que se encargaría de la gestión de estos elementos, del mismo modo que se encargará de la interpretación de los toques ordinarios o extraordinarios. Pero creemos que se ha decidido, con buen criterio, mantener este reloj mecánico, no demasiado antiguo, con una intención también patrimonial. Por tanto la transmisión de los datos a las muestras o esferas y a las campanas de la torre puede seguir realizándose como en la actualidad mediante la unión física correspondiente. Respecto a las campanas de la iglesia, la unión entre el reloj y éstas puede plantear más problemas, no irresolubles, y pudiera sustituirse la transmisión por un pequeño motor de tiro que moviese los actuales mazos externos, que deben ser conservados en todo caso.
El ordenador por tanto deberá encargarse exclusivamente de la gestión de los toques diarios, semanales, anuales y extraordinarios. Los toques deben estar previamente grabados, de manera que se interpreten de manera automática o pulsando un solo botón, de manera que se preserven en su complejidad. Aunque los toques propuestos se detallan en otro apartado, esta relación debe incluir los diarios (toques de oración, de coro diario si lo hubiere, incluso de misas ordinarias, con una sola campana), los semanales (marcando desde la víspera, e incluso el sábado, el anuncio de la fiesta), los de fiesta o de difuntos y otros que se convenga, tanto según la tradición, como según las necesidades cultuales y culturales actuales.
Otro de los puntos de partida consiste en la refundición, soldadura o descarte de la campana rota. La decisión sobre esta campana puede influir de manera decisiva sobre las propuestas de reubicación del conjunto. Desconocemos cuantas había en los años 60 antes de la refundición las tres actuales. No obstante podemos decir que, anteriormente hubo dos campanas mayores en la planta segunda como atestigua la estructura de madera del centro. Por otra parte recordemos que es habitual en tierras riojanas y navarras, con la excepción de la Catedral de Pamplona, la existencia de dos grandes campanas romanas, que se voltean pausadamente de forma alternada para las fiestas.
En consecuencia, tras la rotura de la menor de las tres campanas romanas, podría pensarse en utilizar las otras dos, reubicándolas, y no volver a refundir la dañada.
Por otra parte, la ubicación de las campanas en la segunda planta es más coherente, puesto que se encuentra más elevada y sobrepasa el nivel de cubiertas, expandiendo por tanto más el sonido de las campanas.
Respecto a la ubicación de las campanas, debemos recordar las pautas tradicionales: las campanas del reloj, fijas, están en la planta superior. En esa zona solamente se encuentra un esquilón de señales, para los toques diarios, y las matracas, para su mejor expansión sonora. De ningún modo las campanas del reloj participan en toques en movimiento, es decir volteándolas o balanceándolas, y la única excepción, habitual en tierras riojanas y navarras, consiste en utilizar la campana de las horas para algunas señales, incluso cotidianas como el toque de oración.
Por otra parte, las campanas pequeñas, más agudas, deben ubicarse al mismo nivel o por encima de las mayores o graves, ya que la difusión sonora de los armónicos altos se produce en línea recta mientras que los armónicos bajos se expanden, por así decirlo, en todas las direcciones. Una solución tradicional consiste en colgar todas las campanas al mismo nivel de eje, de modo que por su menor tamaño, las campanas agudas se encuentran más altas. Otra forma menos habitual consiste en ubicar las campanas agudas en un nivel superior, lo que tiene como consecuencia una mayor difusión, pero al mismo tiempo no se produce un sonido conjunto de las campanas, al proceder los toques de focos sonoros diferenciados.
Las campanas deben ubicarse de manera que puedan tocar de manera automática, pero con tres condiciones: que preserven su sonoridad original, que reproduzcan lo toques tradicionales y que no impidan los posibles toques manuales. Recordemos que la campana es el único instrumento musical cuyo sonido permanece constante a lo largo de los tiempos; en consecuencia las campanas serían la única voz viva de los siglos pasados. La sonoridad original, esto es la voz del pasado, se preserva con yugos de madera, con una ubicación adecuada, y con unos accesorios y unas maneras de tocar convenientes. Estos accesorios determinan no tanto la sonoridad de la campana, cuanto su timbre, su ritmo, por decirlo de algún modo el color del toque. En consecuencia dos de las campanas deberán permanecer fijas, las del reloj, mientras que las restantes deberán ser dotadas de yugos de madera de tipo Calahorrano, como los existentes en la torre. Estos yugos deberán dotarse de motor de impulsos para reproducir el balanceo o el volteo original, e incluso alguna de las campanas deberá tener un electromazo exterior para permitir repiques automáticos. Deberán ser dotadas asimismo de una palanca de hierro, similar a la existente, ubicada en el lado contrario al motor y en su caso electromazo (que tendrán que colocarse en el mismo lado), para permitir el toque manual.
El último condicionante para la ubicación de las campanas debe ser la protección pasiva contra las aves. Una de las soluciones más efectivas consiste en dotar todos los vanos de la correspondiente rejilla, en acero inoxidable para una mayor duración, de manera que apenas interfieren visualmente, dejan pasar el sonido e impiden la entrada de los pájaros. Esta rejilla debe instalarse con dos condicionantes: que se instala delante de las campanas, para proteger precisamente aquellos elementos para los que se construyó la torre, y que no impida su toque, especialmente en el caso de los volteos.
Una solución habitual consiste en poner las rejillas a nivel exterior de vano y retranquear los soportes de las campanas de manera que se permita, en su caso, el volteo o el balanceo de aquellas campanas que se muevan.
Ciertamente estaría la solución de la limpieza semanal de la sala de campanas, en el caso que ésta permaneciese abierta, pero sabemos por experiencia que este mantenimiento no suele ser habitual, ni siquiera en los lugares más concienciados de la protección de su patrimonio.
Con todos los elementos apuntados podemos proponer tres opciones diferentes para reubicar las campanas. En cualquier caso éstas se dotarían de yugos de madera y de los mecanismos correspondientes para el volteo, el balanceo o el repique, según los casos. Tres son, por tanto, las posibilidades:

Primera alternativa: la reparación
Esta alternativa sería la más conservadora. Se trata de refundir la campana romana rota (su falta de antigüedad y de calidad no justifican la soldadura), y de dotar las tres de los correspondientes motores de volteo y electromazos, amén de los yugos de madera adecuados. En la tercera planta se volverían a ubicar en las ventanas las campanas dotándolas a todas de motor de balanceo, ya que parece que no llegaron a voltear, al menos a distancia. La campana de los cuartos se ubicaría más elevada, y solamente tocaría sus señales, mientras que la de las horas sería dotada de un motor que tirase del badajo, para ciertas señales diarias, como el Ángelus.
Esta alternativa, la menos original, tiene serios inconvenientes. Por un lado las campanas mayores, ubicadas en la parte baja, expanden peor su sonido. Por otra parte las campanas pequeñas demasiado alejadas de las otras, se conjuntarían mal. Y, sobre todo, no se resuelve el problema de la protección pasiva contra aves, que en poco tiempo mancharían todo.
Segunda alternativa: vuelta a los orígenes
En este caso no se refundiría la campana rota. Se ubicarían las dos campanas romanas en el centro de la segunda planta, y en el espacio ahora ocupado por las matracas se ubicarían en nuevas estructura de madera, con los ejes a la misma altura de las otras, cuatro de las cinco campanas de movimiento de la tercera planta. En la planta superior se dejaría solamente la esquila menor, de movimiento, para las señales diarias, ubicando la campana de los cuartos por encima o al menos a la misma altura de la campana de las horas. También se ubicaría aquí la matraca restaurada.
Esta alternativa tiene varias ventajas. Al ubicar las campanas juntas, se sonido se expande de forma coherente, incluso con la limitación que supone el reloj en uno de los lados de la sala. Por otra parte al ubicar tanto éstas como las otras campanas en el centro de las salas correspondientes, las estancias pueden protegerse con rejilla metálica transparente, para evitar la entrada de aves sin dificultar la salida de sonido. En este caso la planta primera quedaría sin campanas, aunque sus vanos se cubrirían también de rejilla, para evitar accesos de pájaros.
Tercera alternativa: un poco de todo.
La tercera alternativa tampoco considera la refundición de la campana rota. Se trata de ubicar también las dos romanas en el centro de la segunda planta, y dejar también allí las matracas, mientras que en la tercera planta se retranquearían las campanas de modo que se pudiesen poner las rejillas antes propuestas. En cualquier caso la campana de los cuartos debería ocupar un lugar más elevado, incluso en el mismo vano, sin ser dotada ni de movimiento ni de toque alguno que no sea el suyo.

Dentro de las posibilidades que ofrece el conjunto de campanas, creemos que la segunda posibilidad es la que mejor se adapta a una mejor referencia histórica, a una mayor difusión sonora y a una óptima conservación de las campanas y sus instalaciones. En cualquier caso, y se tome la decisión que se tome, las campanas del reloj no deben desplazarse de la tercera planta, mientras que parecería conveniente destinar las campanas romanas para el volteo, utilizando las otras, probablemente con balanceos individualizados para marcar diferentes niveles de festividad. Por ejemplo la esquila pequeña para misas ordinarias, la gótica para tocar a coro, la de los Santos Emeterio y Celedonio para los domingos, una de las dos romanas para las fiestas, la otra para las Solemnidades, y ambas para las Solemnidades más importantes del ciclo anual: Pascua, Navidad, Corpus Christi, los Santos Emeterio y Celedonio, la Virgen."

Tras la excelente actuación tanto arquitectónica como de restauración de campanas realizadas, solamente queda concretar, definir y cerrar los toques a la mayor brevedad, para recuperar los valores inmateriales del monumento, una vez que los elementos materiales han sido preservados, conservados y puestos en valor.
Autor
  • AÑÓN PASCUAL, Gerardo (14-09-1992)
  • ÁLVARO MUÑOZ, Mari Carmen; LLOP i BAYO, Francesc (10-09-2005)
  • ÁLVARO MUÑOZ, Mari Carmen; LLOP i BAYO, Francesc (27-11-2006)
  • Matracas
    En la sala segunda de campanas se encontraba una matraca de aspa, con sus correspondientes mazos de madera, y que se tocaba mediante cigüeñal. Este instrumento sonoro tradicional no ha sido repuesto tras la intervención arquitectónica de la torre.

     

    Bibliografía (Se puede ordenar por cualquiera de los campos)

    AutorTítuloFecha
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    2001 TÉCNICA Y ARTESANÍA S. L.Restauración de las campanas de Calahorra2007
    2001 TÉCNICA Y ARTESANÍA S. L.Calendario 20082008
    2001 TÉCNICA Y ARTESANÍA S. L.Tríptico2010
    ÁLVAREZ, I.Y los bronces volvieron a hablar2006
    ÁLVAREZ, I.«Las primeras electrificaciones se hicieron después de fallecer la última campanera» 2018
    AMIGOS DE LA CATEDRAL DE CALAHORRACampana "Madre de la Iglesia" - "La Garbancera"2006
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    AVANUn campanero valenciano concluye el primer inventario de las 1.076 campanas de las catedrales de toda España2007
    CAMPANERS DE LA CATEDRAL DE VALÈNCIAConcierto de las campanas con motivo de la restauración de la torre de la Catedral (26-11-2006)2006
    CAMPANERS DE LA CATEDRAL DE VALÈNCIALas campanas de la Catedral de Calahorra, listas2006
    CAMPANERS DE LA CATEDRAL DE VALÈNCIACONCERTS DE CAMPANES pel Gremi de Campaners / Campaners de la Catedral de València2016
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    FÉLEZ, MaríaApodos que hacen historia2008
    Gobierno de La RiojaLuis Alegre presenta en Calahorra la restauración de las campanas y los toques de la torre de la catedral2006
    La NoticiaEl regreso de las campanas marca un momento histórico en el patrimonio cultural de la ciudad2006
    LEVANTE-EMVUn valenciano concluye el primer inventario de campanas de todas las catedrales españolas2007
    LLOP i BAYO, FrancescCatedral de Santa María - CALAHORRA - Informe sobre la torre, las campanas y los toques1994
    LLOP i BAYO, FrancescCampana contra sismos, campanas tras los sismos2018
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    MEDEL, G.La segunda fase de la torre de la catedral comenzará en 20082007
    NUEVECUATROUNOLa Rioja se suma al toque manual de campanas en iglesias2018
    PUY CRISTÓBAL, RafaelLos macillos o matracas de campanario en Calahorra2006
    PUY CRISTÓBAL, RafaelCampanas y toques en los templos de Calahorra (II): Catedral de Santa María2014
    SÁINZ, S.Amigos de la Historia visita mañana los campanarios de San Andrés y la catedral 2011
    SÁINZ, SandaUna torre con mucha historia2018
    STV La RiojaLas campanas de la catedral sonaron antes de subir a la torre2006
    STV La RiojaDomingo 26 en la plaza de la catedral concierto de campanas2006

    Vídeo (Se puede ordenar por cualquiera de los campos)

    PersonaVídeoFechaDuración
    CAMPANERS DE LA CATEDRAL DE VALÈNCIAConcierto de las campanas restauradas 14-06-200601:16
    200 fotos del campanario
    Fichas de todas las campanas

    Campanas actuales

    LocalizaciónCampanaFundidorAñoDiámetroPeso
    María Asunta (desmontada)ERICE, VIDAL1973113547
    sala primera de campanasEsquila pequeña (1)PEREA, BENITO E HIJO19175491
    sala primera de campanasEsquila grande (2)181557107
    sala primera de campanasAve Maria (3)1350ca65159
    sala primera de campanasLa Campana, San Emeterio y San Celedonio (4)183193466
    sala primera de campanasLa mediana, Jesucristo Rey (5)ERICE, VIDAL1969125740
    sala primera de campanasLa Garbancera, Madre de la Iglesia (6)ERICE, VIDAL1969137975
    sala segunda de campanasEsquila de arriba (0)PEREA, VIUDA DE ÁNGEL19584656
    sala segunda de campanasCampana de los cuartos (A)175973225
    sala segunda de campanasEl Compás, la de las horas (B)16871752031
    Ventana alta de la naveTimbre de los cuartos (a)203
    Ventana alta de la naveTimbre de las horas (b)256

    Relojes

    Reloj mecánico (1)
    Autor del relojBLASCO, MANUFACTURAS
    Fecha 1960ca
    Funcionamiento En marcha
    Existencia Existente
    Descripción El reloj actual, de BLASCO de Roquetas, es de remontaje eléctrico, y funciona con cierta regularidad. Se encarga de la gestión de las esferas, así como del toque de las campanas correspondientes a los cuartos y las horas, ubicadas en la sala tercera de campanas. También tocaba, mediante dos timbres anepígrafos, de pequeñas dimensiones, cuartos y horas, en una ventana de la torre que tiene acceso a la nave principal de la Catedral, aunque la transmisión se encuentra temporalmente desconectada.
    El bastidor está marcado con una "B".
    El reloj actúa sobre las dos campanas correspondientes, ubicadas en la tercera planta, y dotadas de sendos mazos externos por gravedad. Igualmente actuaba sobre dos timbres aparentemente anepigráficos, ubicados en un pequeño armario de la planta inferior de la torre, abierto a la nave principal de la catedral.
    Autores ficha LLOP i BAYO, Francesc
    Actualización 19-05-2020
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    Última modificación: 20-04-2024