ARTEAGA, Ángel - Segundillo-segundilla

Segundillo-segundilla

Dicho así, Segundillo y Segundilla, parecen los protagonistas de un cuento infantil que viven en un mundo de relojes o en un pueblecito perdido de Nadalandia. A veces van al cole cogidos de la mano y, en otras ocasiones, se cambian los vestidos para confundir a las gentes y no sepan quién es quién. Segundillo y Segundilla pueden ser dos hermanos muy bien avenidos o dos niños que nacieron el mismo día de madres distintas pero con la misma mirada y la misma sonrisa en sus rostros. Si formaran parte de una compañía de teatro ambulante, o de una gangarilla, o de un cambaleo, o de una garnacha, o de una bojiganga serían, sin duda, los graciosos, o él actor de papeles femeninos, o ella actriz cantante con faldita de tisú, o segunda dama él, bien escondido el bulto, o picaruela ella para darle gusto al populacho; desde luego, nunca actores protagonistas. Por eso quiero darles ahora ese pequeño empujoncito hacia el centro del escenario de Palabraria, para que reciban el aplauso del público por su inmejorables interpretaciones a lo largo de sus vidas. Vistas así, con esos diminutivos, parecen voces pequeñas pero son tan grandes como las demás. Hechas las presentaciones gritemos: "¡Arriba el telón! ¡Que la obra comience!"

Segundillo y segundilla son voces que no recoge Covarrubias pero que sí aparecen en Autoridades, con estos significados:

"SEGUNDILLO. s. m. En las Comunidades Religiosas llaman á unas porciones de pan, que sacan en las comidas despues de la porcion principal, que se les pone a todos al empezar á comer, las quales son mas pequeñas. Tambien llaman assi al segundo principio, ó ante, que les suelen dar. Lat. Secundum ferculum.

SEGUNDILLO. En la Música es un tono de los accidentales, que se diferencia del segundo natural, en que acaba en be. fa. Be. mi bemolado, y el otro en G sol reut, con tercera menor. Lat. Tonus secundus accidentalis,

SEGUNDILLA. s. f. En estilo familiar llaman el agua que se enfría en los residuos de nieve, que quedan de haber enfriado otra agua. Lat. Aqua secundo loco, vel secundarie cadem nive frigofacta.

SEGUNDILLA. Llaman en algunas Comunidades la campana pequeña, con que avisan á algunos actos de su obligacion. Lat. Campanula, vel parvum cymbalum".

Academia se atiene a lo dicho por Autoridades, hasta la edición de 1925, en la que dice:

"SEGUNDILLO. m. d. de Segundo.// 2. Segunda porción de pan, menor que la primera y principal, que suele darse en las comidas a los religiosos de ciertas comunidades.// 3. Segundo principio que suele dárseles.

SEGUNDILLA.. (d de segunda.) f. desus. Agua que se enfría en los residuos de nieve que quedan después de haber enfriado otra agua.// 2. Campana pequeña con que en ciertos conventos se llama o avisa a la comunidad para algunos actos de su obligación.// 3. Ál. Lagartija".

En la edición de 1970 añaden una tercera acepción de la voz segundilla:

"3. Col. Corta porción de alimento, refrigerio".

En la edición de 1989 añaden una cuarta acepción de la voz segundillo que ya venía apareciendo en las ediciones manuales desde la de 1927, pero desaparece en la de 1992:

"Col. segundilla, campana".

Desaparece también la acepción alavesa de la voz segundilla en la 23ª edición, última consultada, permaneciendo las demás.

El Esteban Terreros recoge ambas voces con estas definiciones:

"SEGUNDILLO, en la Música, un tono de los que llaman accidentales, que se diferencia del segundo natural. Fr. Demi-ton de ceux qu´on appelle accidentels. Lat. Tonus secundus accidentalis.

SEGUNDILLO, llaman en algunas comunidades á una de ocho partes en que dividen el pan.

SEGUNDILLA, el agua segunda que se enfría con la nieve que queda despues de haber enfriado la primera. Fr. Seconde eau. Lat. Aqua secunda loco eadem nive frigefacta.

SEGUNDILLA, en algunas comunidades, lo mismo que cimbalillo. V.".

Nos vamos a ver la voz cimbalillo, de la que dice:

"CIMBALILLO, o CÍMBALO, llaman á una campana mui pequeña; y tambien dán los mismos nombres á las campanas inmobles, y sin badajo, que se tocan con martinetes, teclas y registros; de modo, que con multitud de estos cimbalillos se forman conciertos mui harmoniosos. Fr. Timbre. Lat. é It. Campana. En Flandes hai un concierto mui numeroso, y sonoro, compuesto de treinta, ó cuarenta de estos cimbalillos de diversas magnitudes; y en esta Corte, y en el Real Sitio de S. Lorenzo del Escorial hai otros dos, de suyo primorosos".

Academia recoge esta única acepción hasta la edición de 1884, en la que añade la que actualmente relacionamos con esta voz:

"CÍMBALO. (Del lat. cymbalum; del gr, cimbalon, cavidad.) m. Campana pequeña.// Instrumento músico muy parecido ó casi idéntico á los platillos, de que se servían los griegos y romanos en algunas ceremonias de la religión gentílica".

En la edición de 1992 remite a cimbalillo, que Academia viene definiendo como "Campana pequeña. Llámase así comúnmente la que en las catedrales y otras iglesias se toca después de las campanas grandes, para entrar en el coro".

En el resto de diccionarios habitualmente consultados se atienen a lo dicho por Academia. En "Hablas Andaluzas" recogen las siguientes acepciones de la voz segundilla:

"SEGUNDILLA. F. Segunda intención. (...) . 2. Tratar a uno con-, o ir con-, mostrar reserva o doblez".

A este respecto, hay una copla que dice:

Al hombre falso y sin ley

trátalo con segundilla;

por si acaso te echa el rey,

échale tú la malilla.

Federico Baraibar incluyó la voz segundilla en su "Vocabulario de palabras usadas en Álava y no incluidas en el Diccionario de la Real Academia Española" (13ª ed. Establecimiento Tipográfico de Jaime Ratés. Madrid, 1903):

"SEGUNDILLA (NE. de Alava). s. f. Lagartija. (Vid. sanguandilla)".

Nos vamos a ver la voz sanguandilla, de la que dice lo siguiente:

"SANGUANDILLA. s. f. Lagartija, reptil del orden de los suarios. Lacerta agilis, L.

En vasco-vizcaíno, surankilla, suganguila, sogalinda, nombres de la lagartija (LABAYRU, Hist. de Vizcaya, t. 1, p. 586), de donde proceden sanguandilla y otras variantes vulgares de este vocablo. Sospecha Campión (Celt., Iber., y Eúsk:, ap. Euskal-erría, t. 40, p. 392) que el primer elemento de sanguandilla se refiere á sangu, sango "ratón", siendo difícil decidir si la n es orgánica ó debida a la influencia del segundo elemento, que, según el mismo euskarólogo, es genuínamente latino.

Los muchachos alaveses y treviñeses dan golpecitos con un palo en las cuevas de las lagartijas, y pretenden hacerlas salir con el siguiente conjuro:

Sanguandilla,

sal al sol,

que tu padre

te se ha muerto,

con un grano

de cebera,

que le ha dáu

la molinera.

Una obra imprescindible en esta materia es "El arte de hazer campanas" (Écija, 1630), de Antonio de Biedma. Entre los variados versos laudatorios que inician el libro me ha gustado la décima del Licenciado Diego Fernández, presbítero de Medellín, que dice así:

Campanas de buen sonido

que causan gusto y contento

forman vuestro entendimiento

Biedma, en modo no entendido

al Propheta, áueis querido

imitar, por que los dos;

deis alabanças á Dios,

el con glossas soueranas

al tocar vuestras Campanas,

y en hazerlas (tales) vos.

Biedma, del que no sabemos si es pariente muy lejano del poeta o, incluso, de Esperanza Aguirre, no nombra, en este tratado, la campana segundillo o segundilla sino el címbalo, que reúne estas características:

"En la traça de los zimbalos, se tiene de guardar esta orden: darles once plantas de boca, como alas Campanas francesas, y darles seis plantas de alto, y sinco (sic) de hombros, la planta por beço; y por bandero darle la entreplanta; estas campanas no lleuan sustancia nilaan menester; respeto de lleuar planta por beço, y con la cercha, que comiença del punto del beço, toma bastante gossor de metal, en áquella parte: la primera cerchadel macho, que es desde el punto del batidero hasta el çeñido, se da con seis plantas, y la segunda, de la camisa, desde el punto de el beço, hasta el çeñido, con tres palntas; y para acauar de çerchareso otra mitad de macho y camisa, que es de el grossor del çeñido hasta el encuentro de los hombros, se haga con doce plantas: Lo que toca a el empinado delos hombros se le dara vna planta, como a esotras, y darle el grossor mayor; ála parte de arriua que se entiende al contrario de como se da en esotras Campanas, y dar la buelta de los hombros con dos plantas; lo que toca ael çeñido se le dara vna planta, dando el grossor menor de suerte que el punto que termina la planta quede en mitad de los dos del grossor, de la suerte que se dexa en los esquilones y françesas".

(Pág. 59)

Su ex-Libris es curioso y muy actual: "Porfiar hasta vencer". A su lado, dos versos memorables: "Al fin se rinde la Fortuna / si el trabajo la importuna". Hemos porfiado y hemos encontrado un escrito de este autor en la obra de Fernando de la Villa Nogales y Esteban Mira Caballos titulada "Documentos inéditos para la historia del arte en la provincia de Sevilla. Siglos XVI al XVIII" (1993). Comienza de este modo:

"BIEDMA, Antonio (fundidor de campanas)

11-XI-1623

"Dos campanas nuevas para el convento de San Pablo y Santo Domingo de Ecija.

"Sepan todos los que esta escritura vieren como yo Antonio de Biedma, vecino en esta ciudad de Ecija, a la Barrera de Santa Cruz, y en su collación otorgo, por el tenor de la presente, que me obligo de hacer al convento de San Pablo y Santo Domingo de esta dicha ciudad dos campanas que de presente están quebradas en el dicho convento, que la una le dicen que es Segundillo y la otra la Campana Grande que acabadas han de tener el único peso que de presente tiene de buen metal y a vista de oficiales que de ello entiendan de manera que queden con buen sonido con que para las mermas de las dichas campanas le ha de dar el dicho convento un quintal de metal y la leña que fuere menester para fundir las dichas campanas y seis libras de sebo y tres docenas de huevos y dos adumbres de vino para los moldes y ladrillos para el dicho, y el dicho convento ha de bajar y subir a su costa las dichas campanas las cuales tengo de dar acabadas dentro de diez y ocho días primeros siguientes poniendo en ellas las letras que el dicho convento me diere...."

(Pág. 218)

El Padre Predicador fray Antonio de Castro publicó un libro titulado "Ceremonial segvn el Romano, y el vso de los religiosos de nvestro padre San Avgvstin...." (L. A. de Bedenas. Madrid, 1701) El capítulo segundo lo tituló "De la campana, que comunmente llamamos Segundillo". Allí dice:

"En todos los Conventos há de aver vna Campana acomodada, para tocar con ella al Coro: Esta há de tener cabeça, para que se pueda tocar con ella á buelo, y há de estar en parte donde se pueda oír en todo el Convento: Con ella no se ha de tocar, sino á las Funciones de Comunidad, que aquí fueren expresadas. Tocase con esta Campana á todas las horas, que la Comunidad há de entrar en el Coro, á cantar, ó rezar el Oficio Divino, ó á cantar alguna Missa; con esta distincion, que vnas vezes se toca á buelo, y otras solo á medio pino. A buelo se toca solo á entrar en Prima, á Tercia, ó Sexta, conforme fuesse el dia. A Visperas, á Completas, y á Maytines, quando se dizen á media noche, ó quando se cantan con solemnidad á prima noche. A medio pino se toca con dicha Campana, quando se reza alguna hora antes de la acostumbrada, ora sea por alguna ocurrencia extraordinaria, ora por aver dispensado el Prelado, el que no se canten Completas, y Maytines, sino que se rezen, por aliviar a la Comunidad de el trabajo, que há tenido aquel dia. En este caso, á la hora que le pareciere al Prelado, se hará señal á rezar con dicha Campana. Tambien se toca á medio pino á todas las Funciones que se contienen en el numero siguiente:

42. A la Antifona de Nuestra Señora; Oracion Serotina; á los Psalmos Penitenciales, que se dizen los Viernes, antes de la Disciplina de toda la Comunidad; á la Disciplina de los Hermanos Professos, Legos y Novicios; los Miercoles, y Vísperas de Comunion, quando la Disciplina no es á media noche; á las Missas cantadas, que se dixeren fuera de las horas acostumbradas; en las fiestas Clasicas, para que se baxen á venir á Maytines, y á Tercia el Preste, y los demás Ministros; á Abitos negros, el dia que es estilo ponerselos la Comunidad, para asistir á Tercia, Missa Mayor, y las Processiones; á Prima, al començar el tercer Psalmo; para llamar al Vicario, y Organista, quando despues de Prima, que en este caso se hará señal al segundo Psalmo de Tercia; á las Horas menores de el Oficio Parvo de Nuestra Señora; y á Maytines, en los dias que no se dixesen á media noche, para llamar los Hermanos Professos, para que assistan a dicho Oficio menor.

Tambien se hace señal con dicha Campana á los Campaneros, para que toquen á tiempo las Campanas, quando se descubre, ó se encierra el Santissimo Sacramento; ó para que clamoreen á algun Responso; y tambien para que las dexen de tocar, quando el Campanario, ó Torre estuviere distante de el Coro".

(Págs. 16-17)

En el "Ceremonial y Ordinario de Carmelitas Descalzos de Nuestra Señora del Carmen...." (Imprenta Real. Madrid, 1805) también utilizan la voz segundillo para nombrar la campana que Academia llama segundilla. El capítulo cuarto de la segunda parte lo dedican al oficio de tañedor. En el apartado primero, que titulan "De las campanas y duracion de sus tañidos en el Oficio divino" leemos:

"269 Aunque por el derecho común antiguo y la actual Disciplina es permitido y lícito á toda Comunidad Eclesiástica y Regular el uso de muchas campanas para convocar al pueblo á los Oficios divinos; con todo entre nosotros jamas excederá el número que aquí señalamos, como mas conforme á la humildad y pobreza de nuestro estado. Habrá pues en nuestros Conventos dos campanas: la primera, que se llamará mayor, y lo ha de ser en la realidad respecto de la segunda, que se nombrará menor ó segundillo. Antes de colocarlas en el campanario deben bendecirse con. el rito y oraciones del Pontifical Romano, como pondera Benedicto XIV, y pide el alto destino para que las consagra nuestra Madre la Iglesia.

272 Para el Oficio divino rezado (si no se notare otra cosa en particular) nunca se tañerán las dos campanas sino cada una de por sí, ni se hará mas de un tañido con cada una en dias ordinarios. E l tañido de la campana mayor durará regularmente un salmo Miserere ó poco mas, y el de segundillo como uno d dos salmos De profundis á excepción del tañido de Completas ú otro caso irregular, que se notará en sus respectivos lugares; mas en los dias solemnes se harán los tañidos con la una sola ó con las dos juntas, según las horas y tiempos que diremos en los párrafos siguientes".

(Págs. 113-114)

El apartado segundo -"Del tiempo y hora de tañer al Oficio divino en los Conventos de vida regular"- comienza de este modo:

"273 Para Vísperas se hará el primer tañido con la campana mayor á las dos en punto, y de allí á un poco, que será como dos salmos de Miserere, se hará el segundo tañido con el segundillo hasta el medio quarto, que empezará el Oficio, y en este intervalo avisará por las celdas dispertando á los Religiosos. En Quaresma, esto es, desde el Sábado que precede á la Dominica primera, y se dicen las Vísperas antes de comer, se guardará otro orden: á saber, los dias que el Oficio es doble ó semidoble se hará el primer tañido al segundo salmo de Nona, y seguidamente el segundillo, de manera que concluya con la Hora; pero si el Oficio es ferial, se hará el primer tañido á los Agnus de la Misa conventual , y á continuación el segundillo hasta el fin de la Misa".

(Pág. 114)

Más adelante dice:

"275 A Completas se tañerá en todos los Conventos el segundillo á las siete en punto con un solo tañido, que durará como un salmo de Miserere, ó mas si fuere necesario, para congregarse la Comunidad en el coro. Al fin de la antífona de nuestra Señora se tañerá la campanilla de los oficios para anunciar el silencio de la Regla, avisar á la disciplina los días que la manda la Ley, al Examen de conciencia, y á la cena ó colación , que será comunmente el último acto de Comunidad.

276 Á Maytines se harán dos tañidos, el uno á las doce de la noche con la campana mayor, y el otro con el segundillo, que terminará al medio quarto como á Vísperas; y para dar tiempo á que todos se congreguen sin precipitación y con la gravedad que exige el estado, el Tañedor, ú otro Religioso que nombrare el Prelado, avisará por las celdas al caer el dispertador, que será como un quarto de hora antes, dando luz á los que la pidieren ó necesitaren.

279 Para la Misa conventual y Hora canónica que le antecede se harán tres tañidos. El primero un quarto de hora antes de entrar en el Coro con la campana mayor: el otro con el segundillo para comenzar la Hora que precede á la Misa; y el tercero también con la campana mayor al último salmo de la Hora, que durará hasta finalizarla; y se entonará inmediatamente el introito si no hay Asperges. Todos los dias á la elevación así de la hostia como del cáliz de la Misa conventual se darán nueve golpes con la misma campana mayor, acompañando con tres á cada uno de los que con la campanilla da el Acólito en el altar: así está decretado por Gregorio IX para que descansen los fieles de sus tareas por un breve espacio, y adoren á Dios con profunda reverencia quando es adorado en tan alto sacrificio Por el mismo fin manda el Ceremonial Romano la observancia de este decreto en todas las iglesias, y nuestra santa Religión á sus hijos para que en los ministerios, oficinas y lugares donde se hallaren tributen de rodillas al Señor tan debida adoración.

280 Después del Pater noster se tañerá la campanilla de los oficios los dias de Comunión; y en todas las conventuales después de cantada la Communicanda el segundillo para Sexta y Nona, ó la que corresponda. Al tercer salmo de la última Hora se tañerá la campanilla de los oídos para Exámen de conciencia ; y quando por algún caso irregular se hubieren ya dicho las quatro Horas menores y Misa antes del tiempo aquí prescrito, se hará dicho tañido medio quarto de hora antes de comer".

(Pág. 115-116)

Son muchos más los tañidos en que se utiliza una u otra campana; no los vamos a poner todos. Concluiremos citando lo que dicen al principio del apartado V que trata "de los días y horas en que se tañen las dos campanas juntas":

"296 En qué dias. Se tañerán las dos campanas á un tiempo todos los dias de primera clase así de la Iglesia universal como de la Religión, incluidos los de segunda clase que se celebran con aparato de primera, y en la fiesta del Titular de cada Convento, á aquellos actos de Comunidad que luego diré- mos. Lo mismo se practicará en las fiestas de los Patronos de los Lugares donde hubiere Conventos, conformándose con las Parroquias y Comunidades, aunque por nuestras Constituciones sea el Oficio rezado. Los dias de Bendición Papal se tañerá á fiesta al toque de las Ave Marías así de la noche antes como de la mañana siguiente, y un quarto antes de dar la Bendición al Pueblo. Para los dias en que se expone el Santísimo por razón de las Quarenta Horas se harán también los tañidos de aviso con las dos campanas á las mismas horas, y antes de la Misa solemne los tres acostumbrados. Finalmente, á todas las fiestas solemnes que se celebran con Sermón se tañerá la Vi gilia á medio dia, por la noche á las Ave Marías , y en donde hubiere estilo al toque de las Animas. Estos tañidos se harán á la misma hora luego por la mañana, y se reiterarán dos ó tres mas hasta el Oficio, dando al fin de cada uno la señal de haber Sermón. Si este fuere por la tarde, como en los Domingos de Escapulario y de Pláticas catequistas, se harán estos tañidos el mismo Domingo á medio dia, y después de Vísperas á las tres ó á las quatro según los tiempos. Para la Vigilia y Octava del Corpus y otras funciones particulares de entre año, véase la quarta Parte".

(Pág. 121)

En el ensayo de don Antonio de los Reyes titulado "La Catedral de Murcia (Torre y campanas)"(Murgetana. Nº 36. 1971) encontramos una descripción detallada de una campana que llaman segundilla:

LA SEGUNDILLA, O SANTA MARÍA

"Sin embargo, en las notas del manuscrito de Díaz Cassou al hacer la transcripción de los escritos que hay en las campanas, refiere la fundición de la Segundilla al año 1670. Hemos de suponer un deterioro en las campanas llevadas a cabo por Pizuela, de las que no quedan restos, ni por ahora, otras referencias. Un breve cálculo nos hace suponer que la Catedral disponía en 1662 de unas siete u ocho campanas. La Segundilla, según los apuntes de Cassou, tiene la siguiente inscripción : en la franja superior

S. MARÍA ORA PRO NOBIS ANN 1670

Juan Albaladejo

AÑO 1901

Situada en la cara de levante de la torre, ángulo superior izquierdo, mirándolas desde dentro. Era una buena campana, que pesaba siete arrobas justas. Reparada, como dice la inscripción, por Juan Albaladejo Herrero, en 1901, dio un peso de ocho arrobas doce libras. Se estropeó en una mañana y se tardó más de medio año en repararla. Se llama Segundilla por ser la segunda que llama al coro, después que la Nona voltea. Esta es, pues, la segunda campana en antigüedad que conserva la Catedral".

(Pág. 89-90)

En kilos diremos que pesa sesenta y ocho, la que menos de las veinte que componen el campanario. La que más pesa es la llamada de Santa Águeda: 6.420 kilos. Data del año 1790; no la voltean. Tiene motor de tiro de badajo aunque, a veces, los tañedores tocan a mano.

A la segundilla la nombra Javier Fuentes y Ponte en su novela "Murcia que se fue"(Imprenta de la Biblioteca de Instruccion y Recreo. Madrid, 1872):

"En esto estaban, cuando un «Deo gracias,» acompañado de otro tono mayor de flato sonó á la puerta, y aparecióse el padre provincial de San Gerónimo, que bien lo mostraba, á más de su hábito, su cerviguillo y su vientre, que pudiera pasar por embarazo de mes mayor, así como la color arremolachada de sus mofletes; viniendo de acompañante otro Reverendo gordo y coloradote como Ñora, y nada tiene esto de extraño, estando en la Ñora el su convento. Cruzaron sus miradas con la moza, la vista bajaron luego que conocido hubieron la urdimbre de aquel trapo, y enderezaron al Tío Pebre, que besólos las manos y hábito, descubriéndose para ello; despachó la moza, y fuese; sentáronse un rato; presente hízoles el maestro con dos pasteles de carne, pues bula tenían para en casos tales no despreciar finezas; y marcháronse á confesar monjas, según dijeron; cerrándose la casa á las doce, como costumbre, y se abrió á las tres, cuando la segundilla de la catedral tocó á coro; entonces encendieron un candil, que colgaron de una escarpia cabe los azulejos del Santo, y rezó el Tío Pebre el rosario, contestado por los oficiales y deprendices, así como por los que á comprar entraron y salieron".

(Tabla XI: "La pastelería"; pág. 195)

"Despertóme la segundilla de coro de la Catedral; las dos eran de la tarde; hice sacar vestidos negros; púsemelos, que antes de mi tocado hacer las campanas de los conventos del Carmen y San Francisco, como las de Parroquia, tañian funeral; no cisquéme de polvos la peluca, que luto denota no peinado ir, y enderecé á casa de Fray Ambrosio, donde acudiendo fueron personas de sangre y de limpia nota de hidalguía, por el tanto no de amigos, que nunca serlo quieren sino de quien azul como ellos la sangre tiene, sino porque dineros debíanle al difunto, con la idea de presentes haciéndose que no repretáraseles".

(Tabla XX: "Doctores y enterradores"; pág. 371)

Un significado diferente de la voz segundillo, que no recoge Academia, lo encontramos en el tomo XXII de las "Memorias Políticas y Económicas sobre los Frutos, Comercio, Fábricas y Minas de España" (Por don Antonio Espinosa. Madrid, 1795), escritas por don Eugenio Larruga. En ella nos cuenta detalladamente, entre otras muchas cosas, la descripción y actividad de la fábrica de paños de la villa soriana de Soto Cameros en 1763. La que nos interesa es esta:

"No había gremio de fabricantes, porque todos los Vecinos estaban empleados á ella : las mugeres é hijas á hilar, los hijos, unos á cardar, otros á otros ministerios, los padres á lo mismo, á excepción de algunos jornaleros al campo, y estos .también se aplicaban á los ministerios de la fábrica: algunas amas de los Señores Curas hilaban en su casa lana de otros fabricantes, y lo mismo las demás mugeres, y criadas de los oficiales cirujanos, herradores, herreros, zapateros, sastres, boticarios, y otros: no había ordenanzas, pero para cada oficio, como son tintoreros, cardadores, texedores, bataneros, percheros, tundidores, en cada un año por la justicia se nombraban dos veedores de oficio, que fuesen maestros, y éstos juraban ante dicha justicia de hacer bien y fielmente cada uno el suyo, y estaban obligados á zelar cada uno á cumplir con su obligación, para que cada especie de paño fuese de ley; no tenían gastos algunos de comunidad ni de fabricantes: la lana que se gastaba en esta villa y su aldea para su fábrica era merina trashumante, y de esta se saca el paño 22.no y 24.bo; de la de la tierra y rebiriega se saca 20.no y algunos 22.nos, y de la mas inferior 16.nos, y para orillos y muestras de los desperdicios; sin embargo, se introducía en esta fábrica la especie de lana que llaman segundillo, esto es, los desperdicios de la lana trashumante que lavan en los lavaderos, y de esta hacían 20.nos y 22.nos; el precio de lanas era, la merina á 60 reales, la churra de mejor calidad á 44, la de menos calidad de 38 á 40; se fabricaron en esta villa y su aldea 150 paños 24.nos, 22.nos , 360 2O.nos, 50 16. nos ".

(Pág. 20)

Gabriel Miró escribió la voz segundilla en su novela "Nuestro Padre San Daniel":

"Después del primer campaneo, se puso a voltear el cimbalillo, solo y terco. Nadie le escuchaba porque retumbó la «caracola» del alguacil, que a lo último del alarido iba contando con tonadas cortas las varas de crecida que traía el Segral.

Si en la torre de Nuestro Padre repicaban siempre todas las fiestas de antaño, en la bocina del pregonero bramaba la crónica de las inundaciones. Y ninguna ocurrió en los días del Triduo; ni siquiera una tronada de bochorno, ni mollizna ni nublado, como si San Daniel en persona se cuidase de la transparencia de los cielos para que nada impidiese la asunción vertical de las plegarias de sus protegidos.

Buhoneros, mercaderes y «monstruos» de feria se guarecían bajo sus toldos y en los cobertizos de los paradores, hermanados por la perdición. Todo eran chacotas para el Santo, que consentía que se malpárase el júbilo de su víspera. Un barco de sal de Torrevieja habían de traerle y colgárselo en gratitud de que pudieran volver navegando a sus casas con los despojos de sus tiendas.

Ya se cansaba el esquilón; y rodaba, otra vez, todo el molino de campanas, y para recalcar la prisa se zarandeó locamente la segundilla, que allí le dicen la medianeja-madre".

(IV: "Oleza y San Daniel"; VIII: "La riada"; pág. 235)

ARTEAGA, Ángel
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