LEGUIZAMÒN, Gustavo, "El Cuchi" - Las campanas de Salta

Las campanas de Salta

Construido nuestro Cabildo a poco de la fundación de la ciudad, se procedió a colocar una campana en la torre principal para informar a la ciudadanía sobre distintos tópicos.

Mediante toques especiales se anunciaba la reunión de los cabildantes o la convocatoria a Cabildo Abierto, si es que algÚn asunto de gravedad lo requería.

El toque de alerta era frecuentemente utilizado para advertir a la población de los peligros de inundación o posibles ataques de los indios, tan frecuentes como sorpresivos.

Mediante el toque de fuego se convocaba a la población para que se hiciera presente munida de recipientes de agua para combatir el siniestro y organizar el salvataje.

Con la construcción de las primeras iglesias de Salta, la Capilla Mayor, San Bernardo, La Merced, San Francisco, numerosas campanas se incorporaron a la vida de la ciudad, proliferando la información sonora.

Los toques de hora suplantaban la ausencia del reloj pÚblico, que vino mucho más tarde. Los toques de retreta, que en los primeros tiempos de la colonia se efectuaban a las cuatro de la tarde, significaba el cierre de la jornada laboral que se festejaba con un paseo alrededor de la plaza. Luego venia el de oración y muy luego el de silencio que anunciaba las horas del sueño para los salteños de antaño.

Las campanas de Salta anunciaron durante muchos lustros el nacimiento de los hijos varones, la paga de los sueldos, la llegada de la mensajería y el correo desde el Sur, como así también las resoluciones importantes del Virrey, del Gobernador o el Cabildo.

La muerte de los antiguos salteños era comunicada a la población mediante toques de campana denominados dobles por practicarse en dos campanas y en forma casi simultánea, el primero en una campana aguda y como apoyatura musical del segundo toque efectuado en una campana grave que lo precedía, verdaderos lamentos campaneros, utilizados emotivamente para la expresión de la angustia del duelo.

Con toques de campana de celebraban todas las festividades, las pÚblicas y las familiares, como cumpleaños, casamientos y todo hecho de algÚn relieve social o cultural.

Llegadas las luchas de la independencia nacional, las campanas de Salta prestaron su concurso a la causa patriótica, alertando a la población sobre la presencia del enemigo...El general Güemes utilizó las campanas de Salta para convocar a sus gauchos, informándolos o haciéndose informar otras veces sobre la presencia o proximidad de las huestes enemigas. Leopoldo Lugones en su Guerra Gaucha, cita un emotivo episodio de campanas, alertando a los soldados de la patria de los avances enemigos.

Al producirse los primeros choques con los españoles, con los cañones inutilizados y tomados al enemigo se fundió la campana de San Francisco con una leyenda que reza "VIVA LA PATRIA", en grandes letras, que hasta hoy luce deteriorada, a raíz de haberse intentado por manos godas borrarla a escoplo, en una de las entradas de los españoles a la ciudad.

Ya en las luchas de la organización nacional, las campanas de Salta siguieron prestando su oficio informativo a la población. Durante la invasión del caudillo Varela las campanas de la ciudad informaron sobre la inminencia de la invasión, como así también expresaron el jÚbilo popular de aquel memorable 10 de octubre por el triunfo de las armas lugareñas.

Hace 20 años nada más, las campanas de Salta sonaban con inusitada frecuencia, verdaderas organizaciones de campaneros perfectamente adiestrados en cada barriada de la ciudad, aseguraban el éxito de los más complicados toques de ocasión. La infancia y la adolescencia lugareña encontraban en aquellos tiempos gran divertimento en la tarea y los campanarios de la ciudad se encontraban siempre colmados de entusiastas grupos de hábiles repicadores, y la tierra nunca abandonaba su presencia ante ese mundo grandilocuente de las campanas.

Los dobles resultaban tenuemente abagualados; los toques de retreta lucían alegres ritmos de carnavalitos y en los repiques fuertes de las grandes festividades volaba siempre al aire el alegre e inconfundible ritmo de las chilenas del Norte.

La alegría de los mÚsicos adolescentes se volcaba en la expresión sonora de las campanas con los impulsos más noble del folklore, haciendo menudear los complicados contrapuntos rítmicos, entre la agilidad de los arabescos agudos y los rotundos graves de las grandes campanas. Los changos forjaban el complicado oficio del bombista, perfeccionándose como campaneros.

Hoy la ciudad se ha hecho grande y la neurosis ciudadana protestando de las campanas ha conseguido silenciarlas mientras el chango campanero ha desaparecido prácticamente de la ciudad.

Las bocinas agresivas de los automotores, los pitos hirientes de las fábricas, los afligidos silbatos de las locomotoras y las variadas formas de este estruendoso existir contemporáneo, han trocado nuestra antigua placidez provinciana por un complejo y desorbitado muestrario de mÚsica concreta, donde las urgencias sociales, desubicadas del paisaje, traducen las angustias espirituales de la frenética existencia urbana, en cuyo nostalgioso recuerdo aÚn vive el sueño evocativo de las campanas.

Gustavo LEGUIZAMÓN,"El Cuchi"
(1962)
Síntesis Digital de Salta (2001)
  • SALTA: Campanas, campaneros y toques
  • LEGUIZAMÓN, GUSTAVO - "EL CUCHI" (SALTA) : Toques y otras actividades
  • Lista de toques: Bibliografía

     

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