El Ministerio de Cultura ha encargado al antropólogo y secretario del Gremi de Campaners Valencians, la elaboración del primer inventario de las campanas de todas las catedrales de España; trabajo que desarrollará durante cinco años con la colaboración de su esposa, Marí Carmen Álvaro, especialista en campanas.
De todas las inventariadas por Francesc Llop, las campanas de la torre del Miguelete de la Catedral de Valencia, sobre todo, las llamadas Catalina, de 1305, y el Micalet, de 2,4 metros de diámetro, son la más antigua y de mayor dimensión.
“La más antigua es la Santa Catalina, aunque se estima que anterior a ésta es una campana sin fecha inscrita que está en el interior de la Seo y que, segÚn se pudo calcular hace un par de años, fue traída a Valencia por el rey don Jaime I cuando entró en la ciudad en 1238”, destacó Llop.
El inventario de las campanas incluye fotografías y grabaciones sonoras de sus toques. “Lo más interesante es que hay que cuantificar el valor histórico y patrimonial de estas campanas, conocer su estado de conservación y realizar propuestas de conservación, dado el lamentable estado en que se hallan muchas de ellas”, destacó el antropólogo.
Hasta el momento lleva estudiadas 26 campanas; 20 el pasado año y 6 en lo que va de este. “Creo que al final de año habré revisado unas 30 campanas. He visto las de Getafe, Guadalajara, San Isidro (Madrid), Cuenca, Solsona, Vich y La Seu d’Urgell”, señaló.
El trabajo es meticuloso. A cada campana se le abre una ficha en la que se anotan sus características, como su peso, su diámetro y la nota musical que emite cuando tañe. “Un aspecto importante que observamos con detenimiento son las inscripciones que contiene. Lo que hacemos es fichar a la campana”, destacó Llop.
En la mayoría de campanas que ha estudiado destacan grandes desperfectos ocasionados por los excrementos de las palomas.
“La llamada palomina, que no es más que el excremento de los palomos, está provocando un deterioro enorme en las campanas. Este aspecto hay que atajarlo, de lo contrario vamos a perder auténticas joyas”, señaló.
La labor de restauración que se realizará tras el inventario es fundamental, ya que con ella se recuperan auténticas joyas. “Este trabajo es muy importante porque las campanas son parte del patrimonio.”
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