Las campanas de la torre del Micalet, en la Catedral de Valencia, tocaron «a difunto» ayer domingo durante cuatro horas -desde las 8 de la mañana hasta las 12 horas- por el fallecimiento del Papa Juan Pablo II.
Miembros de la asociación de Campaneros de la catedral efectuaron un toque especial, conocido como l'entrà, que tan sólo se efectÚa cuando fallecen personalidades religiosas y de la realeza. Este toque de difuntos no sonaba en el Micalet desde 1992, cuando falleció el arzobispo de Valencia, monseñor Miguel Roca.
Con las campanas de la torre del Micalet tocando «a difunto», un altar improvisado en la plaza de la Virgen y las banderas a media asta en señal de duelo, cientos de valencianos se acercaron ayer a la plaza de la Virgen para mostrar sus condolencias ante la muerte del papa Juan Pablo II.
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El toque de campanas conocido como "l'entrà" se realiza con toques extremadamente lentos de un golpe cada tres minutos, hasta conseguir una melodía encadenada de las nueve campanas "que va acelerándose de forma progresiva" segÚn el presidente de la asociación de Campaneros de la catedral, Francesc Llop.
Este toque especial tan sólo se efectÚa cuando fallecen personalidades religiosas y de la realeza. Para su ejecución son necesarias como mínimo cinco campaneros para poder accionar nueve campanas de la Seo.
Tras "l'entrà" tuvo lugar el repique de campanas conocido como "toque de muertos" para el que se utilizaron siete campanas pequeñas de la Seo y dos grandes lentas, "Andreu" y "María".
El "toque de difuntos" sonó por Última vez en Valencia en 1992, tras el fallecimiento del arzobispo de Valencia, monseñor Miguel Roca, y se repetirá hasta que Juan Pablo II reciba sepultura. Hasta ese momento, las campanas del Miguelete tocarán todos los días en tres momentos: al alba, a mediodía y por la noche.
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