Historias, recuerdos y anécdotas de un asociado


Víctor, aunque nacido en Bilbao, como su hermano Mauro, quiero que también tú veas subir el Santo y también como él oigas sin pestañear la traca de colores

(proseguimos)
Está como un tanto ensimismado...
— Siempre creo y espero mucho del genio. no, de ingenio... se pueden hacer a veces muchas cosas sin... pesetas.
— Pero esto es imposible...
— Ahí voy... el mérito de las grandes conmemoraciones no consiste sólo en los derroches. Puede y debe ser el sacarle jugo, eso sí, sin apurar demasiado -—¡me entiendesl... con actos que todos participen y se sientan felices y actores del éxito y mérito de lo efectuado.
— Queda otra vez como ya saboreando la plenitud de la fiesta en honor y gloria de San Vicent del Mocadoret... Y allá donde dirige su vista una espléndida fotografía del altar... repleto de telas, brocados, tapices... la bandera de la Asociación junto a la imagen... un dignísimo trabajo de artesanía...
— Yo soy hombre de otro tiempo... —añade—. He vivido épocas muy modestas y, sin embargo, resultaban muy esplendorosas teniendo en cuenta, muy en cuenta —repite—, que todas las cosas y plantas bajas de esta barriada Milagro del Mocadoret, Tapinería, Verónica, Corregería, Argentería —ahora de Martín Mengod—, pozo de San Lorenzo... Virgen de la Paz, Zapatería de los Niños... estaban habitadas... Y creo que reviviendo adornos, actos, ofrendas de especias a los pobres... incluso ¿por qué no celebrar una Misa el sábado por la tarde víspera de la fiesta en la iglesia de Santa Catalina?... Yo por mi parte ofrezco tal acto eucarístico en memoria y recuerdo de aquéllos que nos precedieron en la señal de la fe... de esta Asociación. ¡Ah!, y con la presencia de nuestro San Visent del Mocadoret, que desde allí podría salir para la posada, como ya es desde luego de 1940 costumbre... y a la Parroquia de San Martín.
Decae la tarde... Estamos a principios de Febrero. Luego de unos días de frío muy intensísimo, se llega a varios grados bajo cero en estas tierras valencianas... ¡pobres verduras, hortalizas, naranjas...!, y nuestra salud, exclama él...
Ya alarga el día bastante, y se presienten las fiestas.
Se enciende la luz en esta habitación-Museo en que nos encontramos.
Por todas partes la presencia de San Vicente Ferrer... Es inverosímil el número de objetos que plasman su efigie, su vida, sus milagros...
Aun la luz de la tarde domina en el azul valenciano...
. —Quisiera hacer mucho... Tengo muchos proyectos algunos solo con buena voluntad y ayudando todos, sin casi o nada de dinero, sólo la presencia y participación de vecinos, valencianos, vicentinos de otros altares pues esta fiesta se celebra cuando ya terminaron los otros... con buena voluntad y con ingenio devolveremos la gran importancia, animación, esplendor que tuvo este Altar del Mocadoret, pero a veces no te comprenden, no te escuchan ni valoran tu interés, tu devoción.
Unas lágrimas y la voz entrecortada está ahora en su rostro... Es un recordar, un revivir sus esfuerzos e ilusiones incansables, en dar vida —nueva vida—, «als altars de Sant Vicent».
Veo en la aparente desilusión como un hondo ánimo de no cejar, incluso yo afirmaría que luego de fallecido por sus disposiciones testamentarias aún ayudará a que estos festejos en recuerdo y glorificación de Fray Vicente Ferrer sigan por su interés reviviendo.
Está como abstraido. Natural el rostro, más bien un poco serio, pero sin tristeza. Sigue absorto como si no viviera ahora en la tierra... Sonríese levemente... Dudo en decirle algo o callarme.
No quiero crea interprete sus planes, sus proyectos, sin pensarlos ni hablar...
Ya es de noche. Nueva pausa y quien si como saliere de un letargo vuelve a sonreirse... Cambia el panorama. Todo empieza a ser optimismo en él.
— No sé qué me ha pasado... Veía y vivía tan bellas fiestas que... En torno a nuestras calles y en especial esta del Milagro del Mocadoret y Tapinería... Compruebo una gran avalancha de toda la ciudad atraídos por esta conmemoración que vienen a actuar, a participar... El altar efectuado por Pinazo ya pasará a la historia... ahora son los vecinos, asociados y amigos dedicación entusiasta con el esplendor de aquellos antiguos y con el toldo... si siempre esta pieza, da cobijo y prestigio a toda la fachada y al espacio entre estas tres fincas colindantes y adyacentes... y desde el mismo pavimento ——acera— a lo alto no viéndose para la nada la pared y con muchos y buenos detalles singular dedicación ahora de casi todos y así resultará más de todos y por tanto económico porque el material utilizado será o de la Asociación o de nosotros prestado o quizá ofrecido para siempre para el Altar. ¡Cómo nos llenamos de gozo al saber y ver es pura artesanía tras tantísimos años de ver y comprobar y contemplar estos ornamentos callejeros vicentinos... y ahora un poco como provisional, sencillo, modesto, de claras telas y con todos los respetos a veces desvaidos colores, que si antaño eran alegría y ornato de este Altar ahora queda tan sobrio y sencillo que me da algo de pena...
También antes —eso eran detalles a veces de un vecino de una devoción antigua o un favor especial conseguido en el pasado año... de gentes de estas calle o barriada—, se llenaba al día siguiente, el lunes octava de la festividad de San Vicente de murta y hierbas oloras al pié del Altar, perfume agreste que llenaba este espacio en los días en el que el Santo está en el Altar, se encuentra aquí entronizado...
También el Apostolado... bien sé de un grupo que se ofrece desinteresadamente con su propio ropaje... Detalles estos que van dándole... que irían devolviendo a esta fiesta con la participación de muchos, bien de vecinos, de gentes de otros altares, de muchos que no se atreven un tanto indecisos, mas si se les da una oportunidad perderán ese infundado temor y complacidos atraerán a familiares y amigos... y los Niños del Colegio Imperial «els Jiquets de Sant Vicent», con su albinegro hábito... más niñitos muy pequeños por promesa de sus padres luego de haber sanado de grave enfermedad, también irán vestidos de dominicos incluso con el detalle de la cabeza, llevando el característico cerquillo de los P. P. Predicadores... Y vemos como es día de fiesta grande en la barriada, en la calle todas las casas enjalbegadas oliendo a limpieza, sin carteles, ni pintadas, ni inscripciones políticas... todo este entorno vibrante de blanca cal... o un tanto azulada u ocre, pero rutilantes y aseadas...
Quiero que me comprendas... Puede que repita a veces alguna cosa más a veces, muchas veces, tanto quiero y estimo entre todas esta fiesta del Mocadoret, que me paso la noche soñando y lo veo tan natural que dudo luego si, o no, es cierto lo que recuerdo de otras épocas.
Si le comprendo. Pero debía de descansar. Ya llevamos mucho tiempo dialogando y noto un tanto de desazón al comprobar como ahora... Calla. Puede que estemos aquí más de cinco horas de conversación a veces con vehemencia relatando... siempre aclarando hechos todo con intención de purificar, de darle a los festejos esa dimensión aunque actual, más con ese sabor añejo que tanto valoraba hechos y personas y que imperceptiblemente se está diluyendo.
Queda como vacilante. Le llamo suavemente y con un gesto me dice que le deje. Parece deleitarse en sus proyectos. Pasa el tiempo. Ya es muy de noche. Yo un tanto saturado de cuanto veo y oigo deseo marcharme. Se lo indico y con un gesto de bienaventurado me despide con suave ademán.
Inicio mi marcha. lnsiste su silencio. Me mira sonriente... quisiera terminar esta entrevista ahora... Ya en la calle... ¡si son las 2’35 de la madrugada!
Ahora me doy cuenta de que no he cenado.
F. J. LLOP LLUCH
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Associació de Sant Vicent Ferrer del Mocadoret - València (1987)

 

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    Última modificació: 23-04-2024