Imágenes de San Vicente por las calles de Vannes


De las diversas hornacinas que públicamente se venera al santo dominico valenciano allí fallecido y guardado sus restos, vamos a destacar una situada en fachada de casa un tanto descuidada cerca del puerto de esta ciudad bretona.
Extrañemos la ausencia de piezas cerámicas.
Tantas como poseemos por aquí...
No podríamos..., luego volveremos a plantear una sugerencia nuestra.
Se nos olvidó el nombre exacto de la rue... parece ser Ferdinand de Dressen.
Allí está, creemos aún seguirá, pues como puede verse esta tachada característica de la construcción semi rural no está muy cuidada.
¿Quién entronizó tal capillita?
Investigando entre los vecinos, «no saben cuándo» «de siempre»... «touchours»...
Pero sí coincidieron era en honor de Saint Vincent.
Alguien rumoreó en lengua bastante extraña a la francesa —breizh----- mezcla de celta e inglés, idioma muy primitivo, algo que no comprendimos.
Pero ahí queda esta imagen de un metro aproximado de altura y con vestigios pictóricos con deterioros sensibles, pues al contrario de las que se guardan en el interior de los templos con su buen cobijo y cristal que las protege de bichos molestos, de la atmósfera que priva ahora y sobre todo del polvo incrustado en intersticios difíciles de quitar y adulterando pliegues y líneas del ropaje y recovecos de ellas.
Porque aun sabiendo por la posición en donde se rige, si las lluvias y vientos le llegaren siempre se le sitúa o protege —al menos transcurrida época que la experiencia el devoto afecto, así lo comprueba-— en condiciones para poder resistir el ambiente.
No sabemos si al llegar la fecha conmemorativa del 5 de abril se le ofrenda luces, flores, ador nos o festejos ante él.
En cambio, sí sabemos —y vimos—, cómo a San Vicente Mártir en tierra de Seine et Marne, a unos setenta y dos kilómetros al este de París, ante su hornacina callejera, mejor dicho. dos en la misma ciudad, una fanfarria viene y ejecuta marchas alegres mientras se le cambian las botellas del vino de la anterior cosecha, porque siempre queda un grupo quizá reducido aunque sea donde fuere en cuestión de fiesta y ofrecerse pastas y licores, aparecen por todos los lados gentes, organizadores de lo típico, quizá los vecinos de siempre, amantes del tipismo, dan ese brillo y esplendor a lo más inocente, pero con una proyección dispuesta a conseguir, que no sólo la nación más bien lejos de las fronteras se preocupen y vengan a estudiar y recrearse, viendo, sin tiendo estas entrañables por ser esencia, alma de un grupo de convecinos de familiares única, creada y perfilada y sentida por ellos mismos sin influencias ni modas ni atavíos de otra tierra.
La cerámica... En estos contactos con Vannes les hicimos comprender lo resistente que resulta estando siempre, a todo tiempo, a la intemperie.
Aun siendo en climas calurosísimos que quiebra y raje y agrieta sólidos materiales, resisten estas al parecer frágiles piezas.
Mas siendo pródiga la región valenciana en este arte. ¿por qué no llevar tanto a la plaza que nos dedicaron delante de la finca donde falleciera nuestro santo como junto a la portalada del puerto o en algún lateral de la Iglesia Mayor, donde está su cuerpo, y en la a él msmo dedicada, varios de estos retablos que los altares y la Ciudad de Valencia, agradecida y vicentina, ofrendare a estos más afortunados devotos que poseen su cuerpo?
Todo es querer y proponérselo. Hagamos los preparativos y reanudemos contactos con los vanetenses y que no se diga que aquí sólo es ruido y palabras...
¿Quién será el iniciador? Pues muchos estamos a punto para ir a llevarlos.

FRANCISCO-JOSE LLOP LLUCH
Altar del Tossal - València (1976)

 

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    Última modificació: 16-04-2024