San Vicente Ferrer Ángel de la Paz

En medio de la alegría que supone celebrar otra vez la tiesta de San Vicente Ferrer, nos aparece también como una amargura que si no llega a igualarse con ella, enturbia el gozo pleno de tal solemnidad.
Desquiciado casi todo en este tiempo y sin solución buena, debemos recurrir e insistir --—prodigio de fe-—- a nuestro Santo.
Esplendidez para lo deleznable, y penuria y tacañería a lo digno, a tanta cosa nuestra, antigua y esplendorosa en otros siglos y ahora diluyéndose porque no viene esa mente generosa, ese resurgir de cuantos tuvimos la dicha de contemplar y vivir en 1950 -—los seiscientos años del nacimiento del Santo-— y en 1955 - los quinientos años, el medio siglo de su canonización—, no tuviese un resonar importantísimo, una proyección ya asegurada.
Ante tal prodigio de volcarse el pueblo —-ciudad y alrededores, todos ellos con memorando en sus caseríos, ermitorios, poblaciones de todo orden y categoría, tanto en los montes, huertas, llanos o junto al mar — con detalles y magnificencias admirables, con asistencia ubérrima, parece increíble tal enfriarse la devoción hacia él.
Desvaídas bastante estas fiestas vicentinas, no habiendo ese masivo resurgir. venimos a pedir antes que nada directamente al Santo por lo que más nos atañe a todos, la petición urgentísima que luego ya vendrá a completar el gran esplendor que creemos, y esperamos no tardará en llegar luego muy de seguido..; LA PAZ, la tranquilidad de alma, y ciudadana, el estimarse y quererse todos con el temor de Dios a toda hora y a cada instante..
Así, ya en nosotros la buena disposición, la tranquilidad de cuerpo y alma, vengamos a engrosar la tiesta de San Vicente por las calles de nuestra barriada de Nuestra Señora del Pilar.
Que esta barriada, emporio de trabajo de sentimientos muy arraigados de valencianía, y en cuyo ámbito surgieron las más hondas devociones ——la Virgen de los Desamparados en el recinto del Hospital dels FolIs y en su reducido Capitulet, los telares de los sederos con su magna casona-palacio del Arte de la Seda, la ermita de Santa Lucía, las fallas importantes de esta plaza recupere aún más la fiesta de San Vicente, erigida en la antigua iglesia de Nuestra Señora del Pilar, convento de los Dominicos, lugar marcado con el número 18 en el Plano famosísimo del Padre Tosca, fechado en 1704, y cuyo amplio espacio y claustro, jardines, iglesia, son bien visibles,.,, vuelva a ser envidia y sano orgullo de ahora y ya para siempre,
Demos a la fiesta vicentina, tras aquellos “heroicos actos conmemorativos centenarios”, un nuevo cariz y resurgir y reverdezcamos los laureles de esta única Real Asociación de San Vicente Ferrer, instituida en la iglesia de la Virgen del Pilar de Valencia.

(ANÒNIM)
Real Asociación de San Vicente Ferrer de la Plaza del Pilar - València (1980)

 

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    Última modificació: 26-04-2024