Leyendo los periódicos valencianos de hace medio siglo nos encontramos con una serie de festejos vicentinos conmemorando los quinientos años de la muerte de Fray Vicente Ferrer.
Si la ciudad, con aquel esplendor maravilloso que por entonces, con regulares o escasos medios, ofrecía, aún teniendo graves trastornos políticos y humanos —registremos las escaseces en comercios alimenticios y, sobre todo, las enfermedades o epidemias que llegaban a paralizar casi la vida ciudadana, con aquella, por desgracia, gran gripe que tantas vidas costó—, digamos cómo en especial esta Asociación de la Tapinería, a pesar de todo, ofreció unas muy sonadas fiestas.
- “Las Provincias” del 5 de mayo de 1919 —año LIV de su publicación, número 16.315, con su gran formato y sin fotografía alguna— nos relata el bautizo que esta Asociación instituyó a un niño pobre.
Pero unos días antes, concretamente los 27, 28 y 29 de abril, había expuesto en un comercio de la calle Nueva —ahora de las Mantas—, de los señores Comes, Buigues y Tarín, de la lápida de mármol blanco que en la fachada donde se colocaba el altar quedaría por siempre prendida.
El boceto era de Mariano Marco, grabador, tan vinculado a la fiesta, y los marmolistas que intervinieron se llamaban Adriá, Mascarós y Sancho.
Descubrióse a principios del mes siguiente con ese ambiente especial y hogareño que todos los vecinos de siempre dan a la barriada.
No hemos podido localizar ni fotografía ni más detalles de tal acto, pero eso sí, e las demás piezas que se anunciaba serían colocadas para recuerdo, ésta fue la única y la primerísima de todas las que por el tiempo se irían ofreciendo en las calles valencianas, resurgir bastante digno a las horas presentes, supervivencia de las tan renombradas fiestas de ‘carrern.
Aún hemos admirado aquellos altares y espléndidos adornos por los años anteriores a 1930... los festejos concurridísimos, todo en un ambiente (la verdadera alegría en el barrio trabajador que por unos días —de sábado al martes por la noche—, con reparto de arroz, azúcar, garbanzos y otras especies para los pobres, el montaje del tablado en medio e la calle en la rinconada aun existente entre el cucharero y la carnicería de Dubón, antes de llegar a la calle de la Verónica, las veladas de música de nueve a doce, el gran castillo de fuegos artificiales en la plazoleta, creo que aun no rotulada, de Lope de Vega... el lunes por la noche...
Y esto es ligero resumen del que pocos lo recordarán, pues ya van siendo cada día menos los que aun viviendo en la calle quedan de aquellos entonces.
B. GABOYARD
Associació de Sant Vicent Ferrer del Mocadoret - València (1969)