Era por la segunda década del presente siglo y lunes día de San Vicente Ferrer.
El día es normal. Aún vemos el Altar. Son unos lienzos creo que blancos y pintados en unos óvalos varios santos valencianos. Unas arañas (lámparas de cristal), que iluminan y embellecen el Altar de San Vicente Ferrer de la plaza del Carmen.
Se volvía la tarde gris. Un vientecillo molesto augura lluvia... y nosotros unos amigos y unos primos hermanos fuimos a ver y oir “els miracles”.
Más el tiempo se hacía cada vez más oscuro, amenazador... cuando jque temporal!, y ¡como llueve!, casi no se ve el Altar, imagen y a casi nadie en la plaza. A todo esto (histórico), llevamos un traje muy poco tiempo o aquel día estrenado.
Cobijados no recuerdo cierto a donde, vemos que aquello no termina... Arrimándonos junto a los edificios bajo los balcones, llegamos por fin a nuestra casa... ¡como nos recibieron!.
Más aún llovió durante mucho tiempo.
Transcurrieron muchos años... Ahora, creo exactamente fue en 1992... También el cielo dejó caer ya anochecido y colocado el Santo en el Altar llovizna persistente a veces el aguacero recio y como se empapaban los chiquillos del “miracle”, porque se interpretó ¡valientes devotos actores! íntegremente.
Insistimos. Son otros tiempos. Otros gustos, otras gentes, y ya muchos allá en el cielo.
Evolución de gustos, ambientación muy diversa, más lo esencial la devoción a San Vicente Ferrer es la misma o más emotiva... la barriada desplomada, sin aquella vida honrada, artesana, laboriosa.., pero el entusiasmo muy tenso, muy vivo.
Todo cambia... más la imagen del Santo es la misma desde hace un siglo.
F. J. LLOP LLUCH
Altar del Carme - València (1994)