Ante la Capilla – Cárcel, en el muro exterior de la Catedral, una Señora – muy bien vestida – y una niña (¿hija? ¿nieta?) comentan: ¿Qué mal ha hecho San Vicente para tenerlo ahí aherrojado?
¡Niña, mira, no te preocupes, deja…!
¿Por qué? ¿Qué ha delinquido? ¿Qué mal nos hizo a los valencianos?
No te atormentes. Quizás, más adelante…
Pero… Esto nunca debió ocurrir. Yo sé que en la placita cercana al Mocadoret estará muy bien situada, reverenciada, acogida por el buen vecindario del entorno, y allí recibirá, velas encendidas, flores, que la Asociación le dedicará, y todo estará muy limpio y aseado…
¡No puedo verle! ¡Encima de encerrado, incomunicado!